Barcelona de cine: las películas que te enamorarán de la ciudad
![Rodaje de ‘Todo sobre mi madre con Pedro Almodóvar .](https://cdn.statically.io/img/media.traveler.es/photos/662233b7210bd64c260ae72c/16:9/w_320%2Cc_limit/B7YA5R.jpg)
Sobran los motivos por los que caminar por una Barcelona de cine. Por ejemplo, ¿sabías que Barcelona fue el escenario de la primera película –la primera ficción– rodada en España (Riña en un café)? Rastreamos su imagen en el cine desde los convulsos años 70 hasta las visiones más luminosas y edulcoradas de la actualidad, pasando por las recreaciones del pasado, para formarnos un cuadro de lo que es, lo que fue y lo que podrá ser, entre balcones, palmeras y suelos de baldosas hidráulicas. ¡Ponte cómodo/a, empieza la película!
Saben aquell (2023)
2023 nos dejó un gran repertorio de películas dignas de estatuillas. Saben Aquell de David Trueba nos sitúa en la Barcelona de finales de los años 60 cuando el humorista Eugenio arranca sus primeros años de carrera. El “Saben aquell que diu…” se volvió casi un himno en una Barcelona, y España, que quería reírse, un tanto deprimida que buscaba la modernidad en cada recoveco que el Franquismo le permitía. La interpretación de Eugenio a David Verdaguer le valió un Goya a Mejor actor.
- Photo 12 / Alamy Stock Photo
Mientras duermes (2011)
Nunca hemos odiado tanto a un personaje como al portero de un antiguo (y modernista) edificio de Barcelona que encarna en Mientras duermes, Luis Tosar. César, que así se llama el personaje, se obsesiona con una de las inquilinas en el edificio donde trabaja. Marta Etura interpreta a Clara, una joven de sonrisa permanente, a la que él quiere hacer la vida imposible.
El thriller de Jaume Balagueró se rodó en un edificio en la calle Provença de Barcelona. Podemos identificar perfectamente a la ciudad por la escalinata, el ascensor o la puerta de la entrada que también es modernista.
- Moviestore Collection Ltd / Alamy Stock Photo
El maquinista (2004)
Quizá pocos sepan que en alguna de las secuencias de The Machinist aparece Barcelona. Quizá los más cinéfilos, detecten que en la película de Brad Anderson que interpreta de forma sublime Christian Bale aparecen el parque de atracciones del Tibidabo y otros lugares como Sabadell, Sant Cosme, Terrassa o El Prat. Aunque estaba ambientada en California se rodó gran parte en nuestro país.
No matarás (2020)
La película que le valió su primer Goya a Mario Casas, No matarás también se rodó en esta Barcelona de cine. El thriller de David Vitori que cuenta la historia de Dani, un buen chico, que tras morir su padre enfermo, en una noche se topa con Mila (Milena Smith), una joven con una vida turbia, que le lleva por el laberinto del lado oscuro hasta poner al límite todos sus esquemas.
La Barcelona que podemos ver en esta película es urbana, nocturna y criminal.
Biutiful (2010)
Iñárritu nos ofrece una curiosa perspectiva: la playa, las calles, los taxis negros y amarillos son los mismos que en otras películas que se rodaban al tiempo y en los que la visión de la ciudad era mucho más amable, pero aquí aparecen como escenarios sórdidos y sin esperanza. Una anti-Barcelona de postal tan real –o irreal- como la luminosa. Siempre es un placer volver a ver a Bardem en escena.
Barcelona, nit d’estiu (2013)
La premisa está clara: una noche, seis historias de amor y una ciudad de fondo que es más que un precioso decorado. De la noche de verano nos quedamos precisamente con el amanecer, ya sea en la playa de la Barceloneta o contemplando la vista desde las baterías del Turó de la Rovira, porque a veces la ciudad cuanto más bonita es, es de lejos.
- Photo 12 / Alamy Stock Photo
REC (2007)
Eran los 2000 y estábamos fascinados por ver películas de miedo que parecieran de verdad. La Bruja de Blair en 1999 quizá animó a Balagueró y Paco Plaza a plantear esta película, que fue rodada en un edificio del número 34 de la Rambla de Cataluña con teléfonos móviles y técnicas digitales, y bajo un absoluto secretismo.
REC explica la historia de una reportera y su camarógrafo que graban la terrible epidemia de una enfermedad que transforma a los humanos en caníbales en un edificio de vecinos que ha sido puesto en cuarentena. ¿Os suena de algo?
Libertarias (1996)
Armas para el pueblo, mucho rojo y negro por las calles del gótico y los soportales de la Plaza Reial hasta encontrarnos a Ana Belén, Loles León y Victoria Abril cantando A las barricadas en peto subidas a la fuente, y escuchar a Durruti con voz de Miguel Bosé. Cosas del cine.
- D.R. Texto: Raquel Piñeiro (@raestaenlaaldea)
El reportero (1975)
La historia de Antonioni sobre la fuga alucinada de Jack Nicholson nos muestra una insólita visión de la España setentera. El paso por Barcelona es fugaz, pero nos da tiempo a contemplar los almacenes Sepu de las Ramblas y una Pedrera de fachada ennegrecida en cuyas chimeneas podemos encontrarnos con Maria Schneider.
Vicky Cristina Barcelona (2008)
Sufragada desde las instituciones, Woody Allen rodó esta promoción para la ciudad de indudable éxito (el valor cinematográfico es más discutible), retratando la preciosa Barcelona de los turistas. El Park Güell, el hospital de Sant Pau, la plaza de Sant Felipe Neri, el Tibidabo, el rompeolas, el hotel Casa Fuester, la Pedrera, la Fundación Miró, Els Quatre Gats… La trama podía tener lugar tanto en Barcelona como en Varsovia, pero ahí está la ciudad, bonita como una postal y totalmente desprovista de significado. ¿De eso se trataba, no?
Ocaña (1978)
Ocaña fue un documental clave para entender una de las figuras más polémicas y transgresoras de la Transición española en Barcelona. Ocaña fue artista provocador, cantante transformista, desde anarquista a pintor iconoclasta de la tradición religiosa de su Andalucía natal.
Pero, además, supuso un pionero en la defensa de los derechos sexuales en una Barcelona que quería abrirse al mundo. Esta película es todo un viaje al pasado.
Amor idiota (2009)
De todos los retratos de ficción (porque Ocaña no lo es) que ha hecho Ventura Pons de Barcelona, nos quedamos con este por el protagonismo que tienen unos de los elementos más emblemáticos de la ciudad: las banderolas de las farolas de L’Eixample. Entre otros lugares reconocibles, encontramos el bar La Confitería –aún abierto– como escenario de esta historia de acoso, obsesión y sexo desenfrenado muy idiota.
El perfume (2006)
Como el París pre-Haussmann apenas existe ya, hubo que ir a buscarlo a Barcelona, a la calle Ferran y a otros puntos reconocibles del centro de la ciudad. Mención especial para el Parque del Laberinto de Horta y para el Poble Espanyol, una suerte de parque temático vintage que se transforma en el escenario inesperado de una orgía multitudinaria. Así es el poder de los aromas.
- D.R. Texto: Raquel Piñeiro (@raestaenlaaldea)
Salvador (2006)
En esta recreación de uno de los episodios más oscuros del tardofranquismo, la Universidad acoge las manifestaciones de estudiantes, la –todavía en pie– cárcel Modelo testigo de la detención y ejecución de Salvador Puig Antich y el cementerio de Montjuïc, el escenario real de su multitudinario entierro.
- D.R. Texto: Raquel Piñeiro (@raestaenlaaldea)
Una casa de locos (2002)
A miles de Erasmus se les encogió el corazón, y a todo el que haya sido joven en la Barcelona de los 2000, experimentará un brutal sentimiento de reconocimiento con las escenas en las calles del Raval y el Gótico, en el Park Güell (que entre esta película y los créditos de Los Serrano se configuraba como verdadero icono de la ciudad), en discotecas como La Paloma y, sobre todo, en esos pisos a medio camino entre lo señorial y lo desastrado.
Todo sobre mi madre (1999)
Almodóvar viajó a Barcelona para poner de acuerdo a crítica y público internacionales, y de paso hacer un retrato colorista y lleno de vida –no podía ser menos–, de la ciudad. La plaza del Duc de Medinaceli, la Allada Vermell, las columnas del Palau de la música, la casa Ramos de la plaza de Lesseps y, sobre todo, el cementerio de Montjuïc brillan en esta historia de reencuentros y segundas oportunidades en la que nos encanta ver a un reparto único: Penélope Cruz, Marisa Paredes, Cecilia Roth, Antonia San Juan, Eloy Azorín, Toni Cantó y hasta a Candela Peña.
Los últimos días (2013)
Aunque lo que más figure aquí sea el mundo subterráneo de alcantarillas y túneles, es un placer ver a Barcelona como una ciudad salvaje y fantasma, y comprobar lo bien que le queda el apocalipsis. Nada más apetecible que ver a ciervos libres por la plaza de la Universitat o alces vagando delante de Arc de Triomf.
Tres metros sobre el cielo (2010)
Para muchas adolescentes millennials, 2010 estuvo marcada por el estreno de Tres metros sobre el cielo, una película romántica en la que se estrenaban como estrellas adolescentes unos jóvenes Mario Casas y María Valverde. La película no tiene mucho de especial, un joven macarra que se enamora de la niña buena de la burguesía catalana. Los decorados de la ciudad quizá sean lo mejor de esta película.
Años más tarde, también se rodaría en Barcelona la segunda parte Tengo ganas de ti, está vez con Clara Lago como protagonista.
El cónsul de Sodoma (2009)
Retrato de Jaime Gil de Biedma y sus tribulaciones de poeta, homosexual y niño rico en la España franquista. Figuras como Colita, Juan Marsé o Carlos Barral y lugares de la Gauche Divine como la desaparecida discoteca Bocaccio o el Flash flash (ay, sus tortillas y hamburguesas) nos hacen guiños como testigos de una escena cultural agitada y pija.
En construcción (2001)
Sin voz en off, ni más explicaciones que las de sus protagonistas (viejos vecinos, obreros, nuevos inquilinos), este documental muestra algunas de las claves del urbanismo de Barcelona, un tema de debate tan constante como polémico. Desde el corazón del barrio chino, asistimos a una historia inmobiliaria que es también retrato del Raval y de la evolución social, silenciosa y violenta, de la ciudad.
Tierra y libertad (1995)
Aunque este homenaje a las brigadas internacionales está ambientado sobre todo en el frente, no elude uno de los episodios más siniestros de la Guerra civil: esa guerra interna que se libró en el centro de Barcelona entre el anarquismo, el POUM y el comunismo. La toma de la Telefónica de mayo del 37 nos permite adivinar que la utopía libertaria fracasará de la más dolorosa de las maneras posibles.
En la ciudad (2003)
Cesc Gay hace un retrato de historias amorosas cruzadas en el que Barcelona es la ciudad de los barceloninos, con terrazas con vistas, librerías, calles anónimas o bares reconocibles como el ya desaparecido La Verónica de la Rambla del Raval.
Lo mejor que le puede pasar a un cruasán (2003)
Las peripecias del desastrado detective creado por Pablo Tusset y encarnado por Pablo Carbonell tienen como escenarios un reflejo de su propia personalidad: como es “de casa bona”, aparece mucho la zona alta, pero como también es un tarambana, salen los garitos más inmundos de Ciutat Vella cercanos al mítico escaparate de pollos asados de Los Caracoles.
10.000 km (2014)
Esta película que nos engancha desde el minuto uno, explica la historia de Alex y Sergi, una sólida pareja de Barcelona, que acaricia la idea de tener un hijo, pero que, inesperadamente, debe separarse. Los Ángeles- Barcelona y una relación a 10.000 Km de distancia, ¡qué más se puede pedir!
Los Tarantos (1963)
¿Por qué adaptar Romeo y Julieta al musical con bandas rivales de Nueva York si puede hacerse con gitanos del Somorrostro? Los Tarantos es musical, es cinema verité, es realismo social, ejemplo de la crudeza del barraquismo y adaptación de Shakespeare, todo-a-la-vez, en una película única que se mantiene como una rareza de la filmografía española y barcelonina. Para el recuerdo quedan Carmen Amaya hecha un brazo de mar frente a las chimeneas humeantes de las fábricas, de cuando la industria estaba en medio de la ciudad, o Antonio Gades bailando en la Rambla de Santa Mónica, entre Arc del Teatre y Escudellers, la de los noctámbulos impenitentes y la canallería, componiendo un cuadro entre las mangueras de los barrenderos que nos remite siempre a La ley del deseo.
La ciudad de los prodigios (1999)
Sin duda, uno de los mejores retratos de la ciudad. La novela de Eduardo Mendoza fue adaptada respetando su retrato de los años entre las dos exposiciones universales – la de 1888 y la del 29- que transformaron para siempre la urbe. Ciutat vella post-“abajo las murallas”, Els Quatre Gats o el Mercat del Born, cuando todavía era un punto de comercio importante, aparecen en esta historia de ascenso social y corrupción inherente al mundo.
Perros Callejeros (1977)
El cine quinqui que vemos hoy como testimonio único de su época, en su momento era un protocine de acción y de persecuciones de coches, que funcionaba también como denuncia y a la vez elevaba a los altares de sus protagonistas, convertidos en leyendas muchas veces involuntarias en un curioso juego entre ficción y realidad. Barcelona es fea, gris y cruda en las películas de José Antonio de la Loma: paseo de Gracia todavía tiene las fachadas sin pintar; Castelldefels o Montjuïc son escenarios de robos y atracos, y los bloques de la Mina, el refugio y el símbolo de la marginación nacida del desarrollismo.
Yo, el Vaquilla (1985)
Esta película nos dejó el retrato de un mito tan español (lleno de miseria y de humor) como el Lazarillo y una imagen icónica, la del Vaquilla –héroe, villano, víctima y símbolo– en el suelo encañonado por un agente de la ley. El barrio del Campo de la bota era lo más parecido a un hogar que tenía el protagonista, y la película sirve como testimonio de los cambios urbanos porque esa zona se transformó hace años en el parque del Fórum, escenario de otro tipo de escenas de ocio. Hoy es imposible evocar el nombre del barrio desaparecido sin que tarareemos “Tú eres el Vaquilla, alegre bandolero”. Quizá lo mejor de estas películas es que no hay actores, son ellos mismos quienes explican su historia, así que casi están más cerca del documental.
Ver más artículos