Jenny Odell, profesora de la Universidad de Stanford: "Muchas ansiedades de hoy vienen de no pensar y no reconocer la propia muerte"

La profundidad y la simplicidad de las ideas que lanza Jenny Odell es, sin duda, la raz�n de su �xito como escritora. Esta artista y joven profesora de la Universidad de Stanford conoce el arte de huir de los lugares comunes y es capaz de iluminar con su mirada espacios que a muchos les pasan desapercibidos. Eso ha vuelto a hacer en su nuevo libro: �Reconquista tu tiempo! (Planeta, 2024). La entrevistamos a su paso por Madrid para hablar del tiempo, ese tic tac implacable que ella ha logrado reinterpretar desde la biolog�a, la historia y la filosof�a para convertirlo en algo m�s humano (y menos capitalista).

Dices que vivimos con el reloj y con el tiempo equivocado y que eso nos est� destruyendo. �Cu�l es tu propuesta?

Nos equivocamos al pensar que todo el mundo tiene 24 horas cada d�a o que una hora es una hora en todas partes, independientemente del contexto, la localizaci�n, la temporada o la persona. La idea que yo trato de iluminar es la del cambio. El crecimiento, las temporadas, las estaciones del a�o, el aprendizaje, la memoria... Todos estos conceptos son contrarios a la idea de tiempo que impera, la que no tiene en cuenta los cambios.

Para recuperar una vida m�s humana, propones una vuelta a la �poca preindustrial. �La buena vida era aquella?

No lo veo como un regreso, no quiero romantizar el pasado y, adem�s, �ya no ser�a posible! Pero s� hay muchas ideas de la historia que nos podr�an resultar muy �tiles ahora. No pienso en volver a esas �pocas sino en aplicar sus ideas al presente. Por ejemplo, para escribir mi libro entrevist� a una madre trabajadora que hab�a encontrado una idea de trabajo colectivo que, para ella, ten�a sentido a la hora de ahorrar tiempo. Form� un grupo de seis madres y, cada d�a de la semana, una de ellas hac�a la cena para todas las dem�s.

Entonces, las relaciones humanas no s�lo aumentan nuestra felicidad, tambi�n transforman y amplifican nuestro tiempo.

Esta idea es muy importante. �ltimamente he estado trabajando como voluntaria con un grupo de restauraci�n ecol�gica. Es algo que me lleva mucho tiempo: tres horas todos los domingos. Es decir, tres horas de mi tiempo libre, de mi tiempo de ocio, de mi fin de semana. Empec� a ir porque quer�a ayudar y porque tengo ansiedad clim�tica, as� que fue por motivos utilitarios. Despu�s de un mes, se ha convertido en una actividad que espero toda la semana. Nos reunimos gente de todas las edades -jubilados, estudiantes...- y �hay tanta alegr�a en esas personas y en el lugar en s�! No creo que ese sentimiento se pueda incluir en una cuadr�cula, ni tampoco la cantidad de energ�a que me proporciona para el resto de mi vida.

"Cuando vives en la ciudad y pasas mucho tiempo en el m�vil acabas pensando que ese es el mundo real"

Eres una gran amante de la naturaleza. �Qu� te aporta estar en contacto con ella a menudo?

Uno de los motivos principales es que la naturaleza es un recordatorio de algo fundamental: la realidad f�sica del mundo corp�reo y de tu propio cuerpo dentro de ese mundo. Cuando vives en la ciudad y pasas mucho tiempo con el m�vil acabas pensando que ese es el mundo real, olvidas que tienes un cuerpo y un pasado. Como escrib� en C�mo no hacer nada: resistir la econom�a de la atenci�n (Ariel, 2021), la naturaleza te saca de esa creencia de manera inmediata. Te devuelve al elemento tierra que somos. Adem�s, te permite ser consciente de la existencia de otras formas de vida tan reales como t�. Cuando miras a un animal y �l te devuelve la mirada, te das cuenta de que no est�s solo en este mundo.

Hoy, vendemos el tiempo de nuestra vida a las empresas. �Lo ves como una nueva forma de esclavitud?

Depende de c�mo definas la esclavitud, pero s�, es cierto que la esclavitud salarial es aplicable a muchas situaciones actuales. Obviamente, hemos progresado con respecto a la antigua esclavitud pero sigue habiendo mucha gente que no es libre. Es complejo. Por ejemplo, las personas que tienen hasta tres trabajos diferentes o su �nico contacto en el trabajo es una interface digital, no tienen el control de su tiempo y pueden estar vendiendo el tiempo de su vida. Todo eso guarda alguna conexi�n con la �poca de las f�bricas o las plantaciones.

�Tienes alguna alternativa a esa autoexplotaci�n que practicamos?

Puede ser sorprendente pero es �sta: considerar tu propia mortalidad. Creo que mucha de la autoexplotaci�n y de la ansiedad actual esta provocada por no haber reconocido la muerte. En Silicon Valley hay muchas fortunas financiando una ciencia que nos va a permitir vivir para siempre a base de inyectarnos sangre joven u otras cosas. Creo que esas personas ven la muerte como algo ineficaz. Deseamos seguir acumulando y acumulando cosas sin considerar que, en alg�n momento, eso no nos va a servir de nada. La muerte es un sentimiento dif�cil de aceptar pero, si lo haces, y eres capaz de pensar m�s all�, entonces te preguntas: �qu� deber�a hacer con el tiempo que me queda? A diferencia del deseo de control, esa curiosidad y generosidad hacia nosotros mismos es muy �til para los que piensan en la vida en t�rminos de acumulaci�n.

Jenny Odell y el tiempo... en primera persona

• �Tu mejor momento del d�a? "A mediod�a, cuando salgo a montar en bici. Ir a toda velocidad recibiendo todos los olores de la primavera es claramente mi momento favorito del d�a".
• �Tiempo para ti o tiempo para los dem�s? "En el pasado hubiera dicho tiempo para mi pero ahora creo que hay un tipo de tiempo que une las dos cosas como el tiempo de voluntariado. Ahora estoy tratando de encontrar ese tipo de tiempo".
• En tu tiempo libre... "Me gusta cocinar cosas que llevan mucho tiempo como los frijoles. Especialmente una variedad muy antigua que no se encuentra en las tiendas y que compro en una granja".
• �Te gustar�a vivir 100 a�os? Me gusta vivir pero depender�a de mi condici�n. Para m� el encuentro con los dem�s y con el exterior es esencial. Si no pudiera experimentarlo quiz� no me gustar�a vivir tanto. Pero no me da miedo envejecer. En parte porque tengo muchos amigos y amigas en edades avanzadas y son, sinceramente, mis �dolos. Recuerdo una mujer mayor que me cont� que se sentaba cada d�a en su jard�n trasero muy quieta, tan quieta, que hasta los p�jaros se posaban sobre ella. Ese era su momento m�s feliz.