Reportaje

En ‘Segundo premio’, Daniel Ibáñez, Stéphanie Magnin y Cristalino se lanzan a dar vida a Los Planetas en la que ya es una de las películas de 2024

Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez dirigen este largometraje que se hizo con el máximo galardón en el Festival de Málaga y cuenta la historia de un momento crucial de la banda de Granada
Cristalino Stphanie Magnin y Daniel Ibñez son los protagonistas de 'Segundo premio
Fotografía: FLAVIO ORSOLATO. Estilismo: PATRICIA LÓPEZ. Cristalino lleva chaleco de KENZO X VERDY y camisa de KENZO; Stéphanie viste minivestido de MARNI y pendientes de MAISON AURÉLIE BIDERMANN, y Daniel luce jersey de DIOR MEN y anillo de MARA PARIS.

Este reportaje sobre la película ‘Segundo premio’ forma parte del número de junio de Vogue España.

En abril de 1998 se publicaba Una semana en el motor de un autobús, tercer disco de Los Planetas y trabajo imprescindible para entender a la banda más importante de España en lo que a indie se refiere. Tal es el legado de un grupo que sigue en activo –en 2024 están de gira por todo el país–, que Isaki Lacuesta se decidió a dirigir Segundo premio (en cines desde el 24 de mayo), un largometraje que ahonda en cómo se llevó a cabo aquel álbum en Granada. El cineasta, junto a Pol Rodríguez, tomaba entonces el relevo de Jonás Trueba, quien llevaba años trabajando en un guion con Fernando Navarro antes de dejarlo aparcado, y encontraba, gracias a la intercesión de la directora de casting Marichu Sanz, a Daniel Ibáñez (Madrid, 1995), Stéphanie Magnin (Málaga, 1990) y Cristalino (Granada, 1989) para encarnar a Jota, May y Florent respectivamente, los miembros clave en los comienzos de la banda. Tan solo el último, quizá por compartir profesión y orígenes, era fan antes de empezar a rodar: “No era un loco, pero sí. Los Planetas, para la gente que hacemos pop, funcionaron como escuela. Yo vengo de ahí”, cuenta Cristalino. “No era especialmente fan. Los conocía porque mi primo sí lo es. Me acuerdo de que me gustaba mucho la canción de Un buen día”, comparte Magnin. Ibáñez admite su reciente adicción: “Sabía que era un grupo importante, pero me empecé a enganchar como un loco a su música a raíz de la película. Ahora me gustan mucho”.

Fotografía: FLAVIO ORSOLATO. Estilismo: PATRICIA LÓPEZ. De arriba abajo, Daniel lleva camisa y pantalón de VALENTINO, y zapatos de TOD'S; Cristalino luce sudadera, pantalones y deportivas, todo de MARANT; Stéphanie viste camisa y pantalón de VALENTINO y pendientes de SOPHIE BILLE BRAHE.

Lo que algunos se han apresurado a definir como una ópera rock, también puede ser percibida como una película de amor. El que se da entre Jota y Florent, que hoy siguen juntos en la banda, una pareja artística que vivía siempre al filo de la disputa hace ahora treinta años, y el que ambos profesan por May, la primera bajista de la agrupación, que decidió alejarse del grupo tras dos discos, de la que existen pocas imágenes y que siempre tocaba de espaldas al público mirando sus pies. “He hablado con ella, pero ya en el proceso de rodaje”, confiesa Stéphanie Magnin, actriz curtida en la televisión que daba el salto al cine en 2019 gracias a Ventajas de viajar en tren. “Simplemente le dije que su figura me había inspirado mucho y me había dado libertad para hacer lo que me saliese con mucho respeto hacia lo que ella significa en sí y para mí. Le comenté que lo estaba intentando hacer con cariño y que esperaba que le gustase si lo llegaba a ver en algún momento”, añade. La composición de un personaje que resulta indispensable para el avance de la historia, pero del que prácticamente no hay documentación, supuso todo un reto para la actriz. “He construido mucho el papel desde el misterio y el no saber. Es fuerte que la inspiración te venga de algo que tiene que ver con un aura, un mito o una leyenda”, comparte.

En los últimos 30 años, May no ha ofrecido una entrevista ni parece estar interesada en rememorar sus tiempos con la banda, aunque en los últimos meses sí está más activa en redes sociales. Jota y Florent, por su parte, se han acercado a la película a su manera. “Tuve un encuentro en concreto en la fiesta del Record Store Day del pasado año con Jota”, recuerda Ibáñez. “Fue ya en un momento en el que habíamos rodado la película porque durante el proceso no hubo demasiado contacto por nuestra parte. Sabíamos mucho sobre ellos, pero una de las consignas era que estábamos reflejando un momento en concreto, no exacto ni geográfica ni temporalmente, pero sí en un lugar. Lo que íbamos a ver en la actualidad no se corresponde con lo que buscábamos contar”, apunta el actor antes de dar unas pinceladas sobre el camino que siguió el largometraje: “Había varias particularidades en la película y una de ellas era poder contar la historia a través de la música, pero sin que se convirtiera en un musical”, explica. “El universo de Isaki ha ayudado a que haya muchas cosas no traducidas de la manera en la que estamos habituados”, continúa el actor, que se ha convertido en un rostro habitual del cine, la televisión y el teatro. “Una de ellas es el amor y creo que en el largometraje se refleja más el del guitarrista y el cantante, pero por supuesto en la figura de May, alguien casi omnipresente y por culpa de la que viven ellos la tiranía de los sentimientos. Es la persona que genera vínculos potentes y a la vez destructivos”.

Fotografía: FLAVIO ORSOLATO. Estilismo: PATRICIA LÓPEZ. Cristalino lleva sudadera de MARANT.
Fotografía: FLAVIO ORSOLATO. Estilismo: PATRICIA LÓPEZ. Stéphanie viste camisa y pantalón de VALENTINO, zapatos de VALENTINO GARAVANI y pendientes de SOPHIE BILLE BRAHE.
Fotografía: FLAVIO ORSOLATO. Estilismo: PATRICIA LÓPEZ. Daniel lleva camisa y pantalón, de VALENTINO; zapatos de TOD'S.

El triángulo quizá no amoroso, pero sí de necesidad, que se forja entre los tres protagonistas tiene una explicación para Cristalino, actor debutante en Segundo premio y músico desde años atrás precisamente en la ciudad de Granada. “Es una experiencia que yo he vivido dos, tres y cuatro veces desde que empecé en la música. Hay algo bonito de esta película que es cómo retrata la dependencia en las relaciones artísticas, algo visceral que recuerda a las historias de amor. Yo eso lo he sentido y he llegado a esos puntos”, razona el artista de profundos ojos azules. “Los desencuentros generan mucho dolor porque se te va la vida en ellos”. Es en su personaje en el que se representa, además, otra problemática de los 90 en la ciudad andaluza, la del consumo de heroína. Sin embargo, el recién estrenado actor siempre estuvo acompañado. “A los que no somos profesionales nos pusieron una coach para darnos confianza y algunas herramientas que utilizar”, comparte.

Segundo premio navega por unos meses cruciales para los músicos, por diferentes enclaves necesarios para entender la historia y por una relación tan natural entre los tres que por momentos no parece interpretada. “No nos conocíamos, pero Cristalino tiene un gran talento a pesar de no haber trabajado antes como actor. Han pasado muchas cosas a lo largo del rodaje que han provocado parones y nos han permitido tener tiempo para conocernos un poco mejor”, explica Ibáñez. A lo que se refiere es a los momentos en los que la financiación se complicó o cuando, un día antes de ponerse a rodar, la hija de Lacuesta enfermó y posteriormente falleció, lo que obligó a la entrada del mencionado Pol Rodríguez como codirector. “La película ha supuesto un antes y un después para mí. Han sucedido muchas cosas y en particular una tragedia que ha cambiado la vida por supuesto a Isaki y a Isa [Campo, pareja del realizador]. Agradezco la oportunidad de conocerles y el haber participado en un proyecto que ha sido de los más importantes de mi vida”, comparte con sinceridad el actor.

Fotografía: FLAVIO ORSOLATO. Estilismo: PATRICIA LÓPEZ. Cristalino lleva chaqueta, pantalón y camisa, de KENZO; Daniel Ibáñez viste camisa de DRIES VAN NOTEN y pantalón de BLUEMARBLE; Stéphanie luce vestido de CHANEL y pendientes de TOUS PEARLS.

Junto a Daniel Ibáñez, Stéphanie Magnin y Cristalino completan la banda en la ficción Mafo, Eduardo Rejón y Chesco Ruiz, pero el reparto lo remata en su totalidad la ciudad de Granada. Cristalino, el único originario de la localidad de los tres, lo explica así: “Me gusta cómo la película la retrata de manera que no parezca una postal. Buscaba que se vieran rincones específicos que si no eres de Granada, no vas a encontrar”, explica. “Con los que están en el grupo de música yo había tocado en el Planta Baja [la sala de conciertos más conocida de la ciudad, que aparece en el filme] hace mucho tiempo. Es muy curioso porque, además, es lo mismo que hicieron Los Planetas hace 30 años”, continúa. “Después del rodaje he seguido yendo ahí a ver muchísimos conciertos”.

La película se alzó con la Biznaga de Oro en la última edición del Festival de Málaga, que se celebró en marzo. El máximo galardón recaía en uno de los largometrajes más esperados de 2024 y los protagonistas lo celebraron a lo grande. “Para mí fue abrumador. No me lo esperaba. Estando allí vi la expectación y me parecía increíble el hype generado alrededor de la peli ”, rememora Cristalino. “Fue bonito, pero a la vez tenía una sensación de responsabilidad rara o de miedo incluso”, apostilla casi incrédulo. “Ha sido muy ilusionante y parte de algo que forma parte de una órbita ajena a la vida. Nos hemos sentido muy queridos allí y la película gustó. Es raro llegar a un festival y que la gente te hable de tu trabajo con cariño sin que haya acabado el certamen”, recuerda Ibáñez. “Fueron momentos muy felices”, concluye todavía emocionado.

Créditos de equipo.

Maquillaje y Peluquería: Olga Holovanova para Chanel y Shu Uemura
Producción: Julieta Sartor
Ayudantes de estilismo: Carmen Cruz, María Aranzabal y Leah Gasamáns
Ayudante de maquillaje y peluquería: Celia Sánchez Medina
Ayudante de producción: María Belén Mendoza
Agradecimientos: Casa Antillón

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