Entrevista

Vicky Krieps: “Estoy sedienta de libertad e independencia. Solo se vive una vez y necesito exprimirla al máximo”

La actriz luxemburguesa sigue construyendo una carrera contracorriente con la que no busca contentar a nadie. Ahora protagoniza ‘Hasta el fin del mundo’, la segunda película como director de Viggo Mortensen, con la que se estrena en el wéstern
Vicky Krieps es la protagonista femenina de 'Hasta el fin del mundo'
Joshua Sammer/Getty Images

No suele ser habitual que una estrella reciba a un periodista sentada en una mesa en la que solo median unos centímetros entre ellos, pero es que Vicky Krieps (Hesperange, Luxemburgo, 1983) no es una al uso y vive alejada todo lo que es posible de la pompa de Hollywood desde que en 2017 su nombre estuviera en todas las quinielas para los Oscar por su trabajo en El hilo invisible, la película de Paul Thomas Anderson en la que siendo una desconocida para el gran público le daba la réplica a Daniel Day-Lewis. Volvió a aparecer en todas las apuestas en 2022, cuando interpretó a Sissi a las órdenes de Marie Kreutzer en La emperatriz rebelde. En ninguna de las dos ocasiones llegó a pisar el Dolby Theatre de Los Angeles, pero es complicado imaginar a alguien a quien aquello le pudiera haber dado más igual. “La gente no para de preguntar por qué no me he quedado en Hollywood desde que hice El hilo invisible, pero nunca me preguntan lo contrario”, cuenta convencida en un hotel del centro de Madrid. “¿Por qué existe esa concepción alrededor de Hollywood? Solamente es un lugar al que llegó mucha gente que tuvo que dejar atrás sus hogares porque estaban en medio de una guerra. El mundo artístico de Europa al completo se fue hasta allí y continuó haciendo lo que hacía antes, pero en un entorno diferente en el que había mejor clima, un cielo bonito y más sol por lo que podían rodar durante muchas más horas”, añade antes de sentenciar rotunda: “Pero siempre han hecho el mismo tipo de cine y siempre harán el mismo tipo de cine”.

Vicky Krieps pasó por la capital española para promocionar Hasta el fin del mundo –en cines desde el 10 de mayo–, la segunda película como director de Viggo Mortensen y la incursión del argentino en el wéstern. En ella da vida a la protagonista femenina, Vivienne Le Coudy, una mujer francocanadiense a la que hubiera sido imposible imaginar en cualquier otra del Oeste al uso. Pero Viggo Mortensen, quien también interpreta al protagonista masculino, Olsen, es mucho Viggo y no iba a dirigir algo convencional tras un aclamado debut como lo fue Falling, la película que estreno en 2020. Más allá de la violencia asociada al género, el filme explora la diferencia de clase, los abusos de poder desde un lugar pocas veces visto o la figura de la mujer dentro del género. Y el amor. Sobre todo el amor. “Una película romántica ha de mostrar cómo dos personas se encuentran de verdad. Tienen la valentía de conocerse sin importar la clase social, la edad, si son un hombre y una mujer o una mujer y otra mujer. Cuando dos personas se comprometen a conocerse se da algo absolutamente revolucionario. Es casi un acto de resistencia”, introduce la actriz. “Aunque pensemos que somos una sociedad moderna todavía formamos parte de un sistema antiguo donde te casas porque así obtienes algún beneficio económico o de cualquier otro tipo. Todavía estamos todos influenciados por esta dinámica. Si dos personas quieren estar juntas porque sí, solo por el hecho de estarlo, eso es el acto de resistencia al que me refiero”, continúa. “Para mí eso es lo que se ve en la película. Y es una garantía de que todo va a funcionar”.

Viggo Mortensen y Vicky Krieps, en una escena de ‘Hasta el fin del mundo’

Wanda Vision

“Ella es irritante, pero él la sigue; él es mayor y a ella eso le da igual. Ella es alguien que va absolutamente por libre. Muy mayor para estar soltera, está con un hombre del que no entendemos el vínculo. Él se va con una mujer de vida disoluta. Los dos se lanzan a por algo que no tiene ninguna garantía, es una locura. Y, sí, para mí el amor siempre es equivalente a esa locura”, expone Krieps. Es cierto que Vivienne es un personaje que no encaja en ese pueblo del salvaje Oeste y eso es precisamente lo que atrapó a la actriz. “No es la mujer que se puede esperar en una película de wéstern, pero tampoco es una antiheroína. No es una mujer que se muestre como alguien fuerte y alejada de la idea de feminidad porque es alguien que representa al mismo tiempo a una mujer con fuerza”, comparte. “Ejerce de madre, es dulce, tierna y femenina, pero al mismo tiempo se permite ser traviesa, estúpida, estar enfadada y resistir. No grita a los cuatro vientos esa resistencia, pero la reclama desde el silencio. Es muy poco convencional”.

Es imposible no pensar en los paralelismos que se dan entre esta mujer y la propia Vicky Krieps. Desde la mencionada El hilo invisible ha trabajado a las órdenes de M. Night Shyamalan o Barry Levinson, o en la última trilogía francesa de Los tres mosqueteros, una de las producciones más caras de Europa, pero también con realizadoras como Mia Hansen-Løve o Margarethe von Trotta. Una rareza en el star system actual. “Vivo retándome de manera constante, llegando hasta lugares en los que nunca había estado, haciendo cosas sobre las que previamente no tenía ni idea. Sigo en cierta manera sin saber qué es lo que estoy haciendo y le digo a mi familia exactamente eso, que no tengo ni idea de qué es realmente lo que estoy haciendo en esta vida”, comparte entre risas. “¿Por qué no me puedo comportar como los demás? Tener una carrera como se espera de mí que tenga, decir sí al éxito y al dinero. ¿Por qué siempre tengo que estar en un reto constante? En cuanto siento que estoy en un momento en el que todo funciona, tengo que cambiar. ¿Por qué lo hago? No lo sé, debo tener la misma afección que sufre Vivienne”, añade divertida. “Estoy sedienta de libertad e independencia. Solo se vive una vez y necesito exprimirla al máximo. Busco cuestionarlo todo siempre”.

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El encuentro entre la actriz y Viggo Mortensen parecería algo destinado a suceder. Ambos son intérpretes que no buscan encajar. Y en cierta manera, sí, hubo algo de predestinación en ese encuentro. “A mí siempre me pasan las cosas de manera mágica. Tiene que ver con cómo soy”, explica la actriz entre carcajadas. “Estaba en Estados Unidos, rodando una película sobre el muro que separa el país de México. Un largometraje [The Wall, 2023] muy independiente, por supuesto, belga y que nadie verá en el cine porque además es muy político. Me pasaba la jornada en el desierto y así empecé a recordar las películas de género wéstern. ¿Por qué estaba en un coche cuando debería estar montada en un caballo?”, ahonda. “Justo después de La emperatriz rebelde tuve la revelación de que mi siguiente película tenía que ser un wéstern. Esa misma semana recibí una llamada de mi agente en la que me decía que Viggo Mortensen quería hablar conmigo sobre una película del Oeste. Fue algo tan loco que tuve que decir que sí. Solo soy alguien que cree en las casualidades así que por eso acepté”.

Vicky Krieps protagoniza ‘Hasta el fin del mundo’

Wanda Vision

De opiniones firmes y con un discurso que choca con el de aquellas estrellas que viven autodirigidas por sus equipos de representantes, Vicky Krieps no tiene ningún miedo a decir lo que piensa del Hollywood actual. Hasta el momento, no tener pelos en la lengua no parece haber afectado a un ritmo de trabajo extenuante. “Ahora que la burbuja de Hollywood está explotando de alguna manera –Karl Marx decía que el capitalismo siempre terminaba comiéndose a sí mismo como creo que está pasando–,está en un momento en el que se está devorando a sí mismo. Ha crecido hasta un punto en el que ya nada tiene sentido”, cuenta la actriz. “Todo gira en torno a seguir creciendo, hacer más dinero y emplear ese dinero en conseguir más. Así nunca se ha conseguido hacer una buena película. Jamás”, sentencia firme. Pero no se queda ahí: “Han matado al cine. A sus directores, a su independencia y al sistema al completo, pero porque lo han convertido todo en una cuestión de pasta”, argumenta. “Para que una pelicula salga bien has de cuidarla durante unos años, escribir un buen guion y tener el tiempo para encontrar ideas originales. No dejas de oír que algo no es lo suficientemente bueno, que la gente no va a ir a verlo, que nadie lo va a comprar y que necesitamos vender el producto. Todo gira en torno al producto. Y ahi radica el problema”.

Después de Hasta el fin del mundo, Vicky Krieps estrenará en cines cuatro largometrajes. Uno de ellos, que justo termina de rodar, es el que más conversaciones ha acaparado en las últimas semanas. La actriz era pillada en pleno rodaje con un cambio de look más que evidente y compartiendo escena con Cate Blanchett. ¿El director? Jim Jarmusch. “Toda la película es sobre la familia. Se rodó en tres partes y una de ellas es la mía, hay otra en París y una última en Nueva York. Estamos Cate Blanchett, Charlotte Rampling y yo”, explica la actriz. “Los ingleses tienen un problema importante con los paparazzis, son probablemente el país en el que están más arraigados, así que nos pillaron. Al día siguiente, me enseñaron el artículo y durante un día estuve en una fotografía en la que el pie de foto rezaba que yo era Charlotte Rampling. Luego lo cambiaron, pero decían algo así como que Charlotte Rampling había sido cazada con el pelo rosa. Es una mujer de casi 80 años”, comenta de nuevo entre risas por la confusión. Una vez más, todo en este proyecto, cuyo título provisional es Father, Mother, Sister, Brother, parecía estar escrito. “Estaba dando una entrevista el otro día en París sobre la película y alguien me recordó que yo había dicho en un momento dado, hace muchos años, que no había realmente nadie con quien me muriera por trabajar a excepción de uno, Jim Jarmusch”, rememora la actriz. “Te puedes imaginar lo feliz que fui trabajando con él. Es un director que vive en la independencia y que ha decidido no convertirse en nada que no sea su verdadero ser. Hay quien dice que sus películas no son tan buenas como antaño, pero para mí en eso reside la honestidad. No ha querido hacer más películas ni más extremas. En este último largometraje quizá haya mucha crítica, pero también hay amor. Eso es la mayor enseñanza que me llevo de él. Critica la sociedad en todas sus películas, pero ama a cada uno de los personajes”.

La actriz Vicky Krieps proviene de un entorno privilegiado –su padre ha estado ligado siempre a la industria cinematográfica luxemburguesa y su abuelo se dedicó a la política de primer nivel en el país tras sobrevivir al Holocausto–, lo que quizá haya marcado y facilitado esas posiciones tan férreas que defiende respecto a la manera de hacer las cosas. Aun así, es inevitable preguntar, tras varios minutos de conversación, si estar en el lado de quienes pelean por el arte hasta las últimas consecuencias realmente merece la pena. Un barco en el que cada vez hay menos tripulantes. “Depende de donde pongas la balanza. ¿Merece la pena a nivel financiero? Absolutamente no. Estoy siempre luchando con el dinero. En un momento dado subo y de repente vuelvo a estar a cero. Vivo así y puedo hacerlo, pero eso de quedarme a cero es algo que relaciono con ser estudiante”, comparte con franqueza. “Cuando me muera quiero poder pensar que he sido una persona honesta con mis valores, que los he compartido con otras personas a mi alrededor y que he conseguido proveer de buenos momentos a la gente a mi alrededor. Para mí es importante conseguir cosas, conocer a gente nueva y tener intercambios ricos con ella. Eso es lo que hace la vida divertida y disfrutable para mí, no saber que me puedo comprar un coche. Hay mucha gente a mi alrededor que no está muy contenta con esta decisión”, admite de nuevo entre risas. “Entiendo que lo dicen por mí porque consideran que debería haber alcanzado otro nivel de confort en mi vida, pero tengo la sensación de que soy demasiado testaruda y no es algo que me importe demasiado”, concluye antes de añadir con picardía al despedirse: “No creo que tengas problemas para vender un artículo que tiene las palabras Viggo Mortensen y Jim Jarmusch en él”.