La pandemia de COVID-19 provocó un incremento del número de personas que viven en la pobreza extrema, por primera vez en una generación. Los avances en áreas importantes, como la vacunación infantil y la igualdad de ingresos entre países, se han revertido, lo que no había ocurrido en los últimos treinta años. Si se mantiene la tendencia actual, se prevé que en 2030, la escalofriante cifra de 575 millones de personas seguirá viviendo en la pobreza extrema, y 84 millones de niños no podrán ir a la escuela. Se calcula que harán falta casi 300 años para eliminar leyes discriminatorias, acabar con el matrimonio infantil y cerrar las brechas de género en la protección jurídica.

En 2020, la crisis de la COVID-19 provocó el retroceso más significativo en la reducción de la pobreza mundial en décadas, ya que 71 millones de personas más cayeron en la pobreza extrema ese año en comparación con 2019. En abril de 2020, las Naciones Unidas emitieron un Marco de la ONU para la respuesta socioeconómica inmediata ante el COVID-19 y crearon el Fondo del Secretario General de las Naciones Unidas para la Respuesta y Recuperación en relación con el COVID-19.

Entre 1990 y 2014, el mundo logró enormes avances en la reducción de las privaciones extremas: más de 1000 millones de personas salieron de la pobreza extrema. La tasa mundial de pobreza disminuyó en 1,1 puntos porcentuales al año en promedio, bajando del 37,8 % en 1990 al 11,2 % en 2014. Sin embargo, en el período posterior, entre 2014 y 2019, la reducción de la pobreza se desaceleró a 0,6 puntos porcentuales al año, la tasa más lenta en las últimas tres décadas. En el transcurso de 24 años, la mayor reducción de la pobreza se observó en Asia Oriental y el Pacífico, así como en Asia Meridional.

¿Qué es la pobreza?

La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles. Es un problema de derechos humanos. Entre las distintas manifestaciones de la pobreza figuran el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud. En 2015, más de 736 millones de personas vivían por debajo del umbral de pobreza internacional. Actualmente, alrededor del diez por ciento de la población mundial vive en la pobreza extrema y tiene dificultades para cubrir sus necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso al agua y al saneamiento, entre otras cosas. Hoy en día, hay 122 mujeres de entre 25 y 34 años que viven en la pobreza por cada 100 hombres del mismo grupo de edad, y más de 160 millones de niños corren el riesgo de seguir viviendo en la pobreza extrema en 2030.

Datos destacables sobre la pobreza

  • Según estimaciones recientes, en 2023 casi 700 millones de personas en todo el mundo subsistirían con menos de 2,15 dólares.
  • La proporción de trabajadores del mundo que viven en la pobreza extrema se redujo a la mitad en los últimos diez años: del 14,3% en 2010 al 7,1% en 2019. Sin embargo, en 2020 aumentó por primera vez en dos decenios tras la pandemia de COVID-19
  • Se prevé que no se alcanzará el objetivo mundial de acabar con la pobreza extrema para 2030, ya que casi 600 millones de personas siguen viviendo en la pobreza extrema.
  • Uno de cada seis s niños vive en la pobreza extrema. Entre 2013 y 2022, el número de niños que vivían con menos de 2,15 dólares al día se redujo de 383 millones a 333 millones, pero los efectos económicos de la COVID-19 hicieron que se perdieran tres años de progreso.
  • En 2021, el 53% de la población mundial —4100 millones de personas— no se beneficiaba de ninguna forma de protección social.

Medir la pobreza

En las últimas décadas se ha avanzado notablemente en la reducción de la pobreza. En 2015, el 10% de la población mundial vivía con 1,90 dólares al día o menos -frente al 16% en 2010 y el 36% en 1990-, mientras que en 2023 casi 700 millones de personas en todo el mundo subsistían con menos de 2,15 dólares.

Al ritmo actual de progreso, es probable que el mundo no alcance el objetivo mundial de erradicar la pobreza extrema para 2030, ya que las estimaciones indican que casi 600 millones de personas seguirán luchando contra la pobreza extrema para entonces.

La pobreza extrema se concentra en los lugares donde resultará más difícil eliminarla: los países menos desarrollados, las zonas afectadas por conflictos y las zonas rurales remotas. Las perspectivas también son sombrías para casi el 50 % de la población mundial que vive con menos de 6,85 dólares al día, la medida utilizada para los países de renta media-alta.

Acción mundial

La Agenda 2030 busca no dejar a nadie atrás y poner en primer lugar a los más desfavorecidos. Cumplir con estos ambiciosos objetivos requiere políticas con visión de futuro para lograr un crecimiento económico sostenible, inclusivo, sostenido y equitativo. Medidas que deben lograr el pleno empleo y el trabajo decente para todos, la integración social, la disminución de la desigualdad y el aumento de la productividad, siempre buscando la sostenibilidad. En la Agenda 2030, el Objetivo 1 reconoce que acabar con la pobreza en todas sus formas y en todas partes es el mayor desafío global al que se enfrenta el mundo en la actualidad y es un requisito indispensable para el desarrollo sostenible.

Si bien el progreso en la erradicación de la pobreza extrema ha sido gradual y generalizado, la persistencia de la pobreza, incluida la extrema, sigue siendo una preocupación importante tanto en África como en los países menos desarrollados, en los pequeños estados insulares en desarrollo, en algunos países de ingresos medios y en los países en situaciones de conflicto y posconflicto. En vista de esto, la Asamblea General, en su septuagésimo segundo período de sesiones, decidió proclamar el Tercer Decenio de las Naciones Unidas para la Erradicación de la Pobreza (2018–2027). El objetivo del Tercer Decenio es mantener el impulso generado por las actividades del Segundo Decenio de las Naciones Unidas para la Erradicación de la Pobreza (2008-2017) y apoyar, de manera eficiente y coordinada, los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente relativos a la erradicación de la pobreza, incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES)

En 1995, la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social celebrada en Copenhague, identificó tres problemas principales: 1) la erradicación de la pobreza; 2) la generación de empleo; 3) y la integración social para crear una comunidad internacional que permita la construcción de sociedades seguras, justas, libres y armoniosas que ofrezcan mayores oportunidades y mejores niveles de vida para todos.

Dentro del sistema de las Naciones Unidas, la División de Política Social y Desarrollo Social (DSPD) del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES) actúa como coordinador responsable del Decenio de las Naciones Unidas para la Erradicación de la Pobreza. La División realiza actividades que ayudan y facilitan a los gobiernos una aplicación más efectiva de los compromisos adquiridos y las políticas adoptadas en la Declaración de Copenhague sobre Desarrollo Social y las nuevas iniciativas sobre Desarrollo Social.

Cambio de rumbo para acelerar el progreso de los ODS

En la Cumbre 2023 sobre los ODS, celebrada en la sede de la ONU en Nueva York, la Asamblea General adoptó una declaración política para acelerar la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El documento pretende impulsar la prosperidad económica y el bienestar de todas las personas, protegiendo al mismo tiempo el medio ambiente. Además, incluye un compromiso de financiación para los países en desarrollo y apoya la propuesta de un estímulo para los ODS de al menos 500.000 millones de dólares anuales, así como un mecanismo eficaz de alivio de la deuda.

Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

En la resolución 47/196 adoptada el 22 de diciembre de 1992, la Asamblea General declaró el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.

La conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se remonta al 17 de octubre de 1987. Ese día, más de 100.000 personas se congregaron en la plaza del Trocadero, en París, donde en 1948 sse firmó la Declaración Universal de Derechos Humanos, para rendir homenaje a las víctimas de la pobreza extrema, la violencia y el hambre. Los asistentes al homenaje proclamaron que la pobreza es una violación de los derechos humanos y afirmaron la necesidad de aunar esfuerzos para garantizar su respeto. Estos principios están inscritos en una losa conmemorativa que se descubrió durante las celebraciones y de la que se han hecho replicas en otras partes del mundo; incluida una ubicada en el jardín de la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Desde entonces, personas de toda condición, creencia y origen social se reúnen cada año ante estas placas para renovar su compromiso y mostrar su solidaridad con las personas menos afortunadas.

 

 

 

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