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Lo sientes desde hace un tiempo. Es la llamada de un lugar tan conocido como nuevo para ti. Te invoca, te atrae, te lleva hasta sus faldas para revelarte nuevos secretos. Por supuesto, hablamos del islote de Es Vedrà, situado en el horizonte de la costa oeste de Ibiza y considerado como uno de los lugares más magnéticos de la Tierra. Lo dicen los locales que aseguran haber visto sirenas en sus alrededores, las historias de antiguos gigantes y los sacerdotes que hace años se encerraron a meditar en sus cuevas. Un microuniverso de leyendas y ensoñación que en los años 70 atrajo a toda una comunidad hippie en busca del milagro susurrante entre islotes históricos y una naturaleza preservada.
Petunia Ibiza nace como un faro de aquella época gracias a la primera incursión de Beaumier en España. Un soplo de luz que hoy recorre todos los entresijos de este antiguo hotel restaurado por Studio Galeón y donde tradición, magia y sostenibilidad dialogan entre nubes de buganvilla, una gastronomía para los sentidos y experiencias que siempre terminan con un encuentro a solas de un islote de Es Vedrà cuyo paisaje conmueve.
Petunia Ibiza: nada cambia, solo se renueva
Cuando a la arquitecta y artista Lula Galeano (Studio Galeón) le propusieron renovar Petunia, se negó a reformar los espacios. Para ella era algo inconcebible y, además, se trataba de una estrategia poco sostenible. En su lugar, Galeano decidió enyesar y lijar los suelos, aperturas y techos a fin de conservarlos. También añadió detalles decorativos en blanco y madera, en línea con las tradiciones artesanales de Ibiza, ahora realzadas por muebles de colección de los años 70 como sofás “Anfibio” de Alessandro Becchi, o espejos de palma de Vivai del Sud.
Fue así cómo el estudio desplegó un manto de sueños en forma de alfombras de colores, frescos en las paredes, sofás glamourosos y otros tantos guiños a la querida Ibiza con la luz y el estilo mix and match como principales hilos conductores.
Un mapa de sueños que se extiende hasta el horizonte gracias a los jardines de buganvilla y pinos rediseñados por el paisajista ibicenco Juan Masedo como puente a otras épocas. A un islote de Es Vedrà que comparte su magnetismo con el primer hotel en España de la cadena Beaumier, totalmente consolidada en el sector gracias a su reciente inaugurado Hotel Capelongue (Bonnieux, Francia) o el inminente Grand Hotel Belvedere (Wengen, Suiza).
Petunia Ibiza no es solo un hotel, es el arte de rescatar la magia y readaptar los viejos tiempos al verano eterno de Baleares aprovechando todos los recursos. Un espejo del horizonte cuya filosofía de reflejar el exterior en el interior se proyecta en todo momento a través de este nuevo refugio. Una energía renovada que recorre las 11 habitaciones y 31 suites del hotel, puro eclecticismo entre tonos inmaculados, terrazas y balcones bañados por el sol y una combinación de artesanía local, mitología mediterránea y ese encanto bohemio que una vez eclipsó a Pink Floyd o Freddie Mercury a su paso por la isla de la libertad.
A qué sabe la nueva Ibiza
Los colores de la huerta floreciendo en un verde casi infinito, los sabores de un mar que suspira en las barracas de tantos pescadores o las recetas intercambiadas por generaciones de ibicencos. Todos estos aspectos laten hoy en el corazón gastronómico de Petunia Ibiza, o la promesa de una cocina honesta y auténtica a cargo del prestigioso chef mallorquín Baltasar Rigo a través de los tres restaurantes del hotel.
La Mesa d’Es Vedrà bien lo sabe, con sus vistas a Es Vedrà y un menú que juega con berenjena marinada con queso mahonés y sobrasada de ‘porc negre’, o arroz seco de calamar de potera con alioli de azafrán y codium, entre otras propuestas.
Otro bastión gastro lo encontramos en Los Olivos y su variedad de tapas, snacks, pescados frescos de temporada y arroces, envueltos por los exuberantes jardines del hotel.
Galería: Descubre las leyes de la atracción del nuevo Petunia Ibiza
Y si eres amante del marisco y el pescado, el restaurante La Mirada es el raw bar definitivo y un festín de aliños y escabeches mediterráneos aderezados con técnicas de corte japonesas. Una alta cocina que hace conversar a diferentes mares y extiende la noche entre cócteles personalizados, conciertos de música en vivo de artistas locales y, por supuesto, las mejores puestas de sol de Ibiza con Es Vedrà siempre vigilando.
Pero esto no ha hecho más que empezar y Petunia supone una total inmersión en la Ibiza holística y experiencial que vinimos a buscar: desde sus sesiones de yoga y pilates con vistas al islote y el mar, pasando por tratamientos corporales y faciales en la zona wellness, excursiones en bicicleta, remo o kayak; incluso practicando sound-healing, animal flow o haciendo senderismo de la mano de un experto.
Solo entonces, descubres que el hechizo ya te atrapa, los susurros confirman que estabas destinado, los sentidos despiertan y Es Vedrà, como su magnetismo, te envuelven en todo momento.
Para cuando la próxima puesta de sol acaricia el horizonte, tú ya no sabes si te encuentras en la Ibiza de 2024 o 1974, pero no importa. En ambos casos, Petunia nos sumerge en una isla de la libertad que aquí resulta aún más resiliente y eterna.