First In: Aguamadera, Ibiza esconde un precioso secreto (y lo hemos encontrado)

Es naturaleza, es desconexión, es quietud. Es la vida ibicenca que apenas sale en las fotos. Bienvenidos a Aguamadera, un hotel mágico que cambia los códigos.
Aguamadera Ibiza
Mateo Sánchez

Cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo, cuando la isla blanca parecía no ocultar ya más secretos… de repente, zas: Aguamadera. Ibiza más Ibiza que nunca, Ibiza afanándose por seguir siendo aquella que un día fue. Pero Aguamadera es también el ejemplo tangible de una Ibiza que mira al futuro, a ese que pasa por la reconexión, la sostenibilidad, el viaje consciente y la vuelta a las raíces. Un proyecto hecho con muchísimo corazón pero también con cabeza, la de una familia experta en hospitalidad y gestión hotelera.

Aguamadera, Ibiza: entrada a la casaMazframes

¿POR QUÉ RESERVAR?

Estamos, sin atisbo de duda, ante uno de los agroturismos más bellos que hayamos visto en mucho tiempo. La sencillez en Aguamadera alcanza un paroxismo monacal. Radical. Y ahí concentra su esfuerzo sanador: hasta este lugar llegará quien quiera inundarse de paz pero también de diversión bien entendida, la de una larga sobremesa bajo las estrellas, un concierto de percusión al atardecer o una exposición en su ágora –no lo llames lobby, no lo es–, donde todo sucede y todo se mezcla entre muros encalados, largas mesas de madera, lámparas icónicas del diseño industrial del siglo XX y sillas de cuero tostado.

LA HISTORIA

Esta es la historia de un encuentro y un flechazo: el de Pablo Fernández-Valdés, ex director general del grupo Tragaluz y empresario hotelero, su pareja, AzUL Caralps, e Iria Urgell, co-fundadora del grupo Pachá y sí, hija del emblemático Ricardo Urgell, genio creador de Pachá. Fueron ellos quienes vieron en esta finca agrícola construida en 1888 el lugar donde dar forma a su sueño.

Aguamadera, Ibiza.Mazframes

Once hectáreas rodeadas de valles, pinares y generosa flora mediterránea ocultaban –y siguen haciéndolo, el camino es sinuoso– este rincón apartado no del mundanal ruido, que también, sino del rentable bullicio ibicenco. Tras una remodelación en la que cada mínimo detalle esconde un por qué, un buscar la luz, un jugar con el sol o atrapar el verdor, el nombre vino dado. Aguamadera es un viaje tridimensional a la conexión entre las ondas concéntricas que forma el agua, los anillos que cuentan la edad de los árboles y nuestra huella dactilar. Un viaje a la esencia de la naturaleza, eso es. Ellos lo resumen así: “No necesitamos reloj. Solo la querencia de escuchar de verdad a nuestro entorno y responder en consecuencia”.

EL HOTEL

Concebido como un refugio donde la naturaleza, la gastronomía y el arte en todas sus formas amplifican la esencia de una vida holística, nada más llegar sentirás que este no es un hotel de recepción, timbre y botones en la puerta. Porque no lo es.

Ver fotos: Aguamadera Ibiza, los colores de la felicidad

Todos en el equipo, joven y amabílisimo, fluyen de un lado a otro y no dudan en ayudar o preguntarte si estás bien. Cada cual tiene su función, pero saben que Aguamadera es una casa abierta y, por tanto, el huésped debe sentir esa cercanía, jamás invasiva y siempre dispuesta a una charla fugaz. Durante el día, solo las chicharras rompen el silencio y, si acaso, el crepitar del fuego en las cocinas porque de leña son. Al caer el sol suena la música, a veces en directo gracias a bandas invitadas, también el runrún de las conversaciones en las terrazas o el restaurante, ya que el hotel abre sus puertas a no alojados y previa reserva a partir de las siete y media.

Aguamadera, Ibiza.LekuonaStudio

Siete habitaciones en la casa principal, que mira a un gran porche y a la piscina, y cuatro casas independientes, ubicadas en los antiguos corrales, dejan claro que pocos pueden perturbar tamaña paz. Todas las estancias ofrecen preciosas vistas y muchas cuentan con chimenea y/o patio privado, además de aire acondicionado, climatización por suelo radiante frío/calor, camas king size con diferentes almohadas, ducha de lluvia y amplios armarios.

El interiorismo viene dado por la herencia de la arquitectura vernacular y su rotunda sencillez: los suelos de terracota y la piedra seca se mimetizan con una paleta infinita de tonos terrosos y elementos naturales. Asimismo, los aportes decorativos, mínimos pero de profunda belleza, parecen haber estado siempre ahí: las hornacinas en los muros, la iluminación velada, los sofás en lino sobre la piedra. Solo alguna buganvilla caprichosa tiñe de rosa el festival de ocres.

Aguamadera, Ibiza: ellos se encargan del huerto de permacultura.LekuonaStudio

EL AMBIENTE

Profundamente artístico, que no te sorprenda acabar conversando con galeristas, escultores, ceramistas, bohemia de aquí y de allá que poco a poco va descubriendo este oasis en el que Ibiza quiere ser rematadamente Ibiza.

A medio camino de la capital y Santa Eulalia, tampoco lejos de la siempre pimpante Santa Gertrudis, el mundo exterior espera a quien quiera darse un baño de multitudes antes de volver a su guarida.

GASTRONOMÍA

Fuego, puro fuego. Al huerto de permacultura, con verduras y hortalizas de cosecha propia, se suma la cuidada selección de proveedores locales que busca sublimar la experiencia sobre la mesa. El madrileño Gonzalo Cerrato Laguna ejerce de chef ejecutivo y, tras haber trabajado en cocinas de Londres y México, aborda aquí un recetario basado en la sencillez, los sabores puros y la cocina al fuego vivo. No hay otro método aquí, no hay gas ni placas eléctricas, solo el crepitar de las brasas sobre las que reposan carnes, pescados frescos, mariscos y verduras de temporada.

El chef Gonzalo Cerrato y equipo en Aguamadera, Ibiza.Mazframes

El desayuno, a la carta, enamora en su simplicidad, enmarcada en la rotunda belleza de los cuencos, platos y otras piezas de Sarah Jerath, puro organicismo. Comenzarás a ver esas formas –rotas, asimétricas, imperfectas– con el primer café y desde entonces no pararás pues están por todas partes. Tampoco querrás ver otra cosa. Sobre la mesa de madera fruta fresca recién cortada, zumos generosos y reconstituyentes, granolas, huevos al gusto… quién necesita más.

BIENESTAR

Una charla espontánea junto a la piscina con AzUL, una de las propietarias, nos sirvió para comprender al segundo lo que significa bienestar para Aguamadera. Básicamente todo. Escuchar el silencio para escucharse, perderse por los caminos de la finca al amanecer, bajar hasta las calas cercanas antes que nadie y empaparse de mar. Entregarse al JOMO por más que el FOMO sea más eficaz en Instagram.

El hotel ofrece propuestas específicas de bienestar integral como ceremonias, narración de cuentos, lectura del alma y trabajo energético. Otros servicios privados, como fitness con entrenador personal, ejercicios de respiración, sanación con sonidos y masajes terapéuticos, están disponibles bajo petición.

Cigalas a la brasa en Aguamadera, Ibiza.LekuonaStudio

SOSTENIBILIDAD Y ACCESIBILIDAD

Además del huerto de permacultura, Aguamadera cuenta con colmenas para la fabricación de velas propias de cera natural. La climatización principal viene de la geotermia, tienen un plan de control de residuos, aprovechamiento de agua en riego y limpieza y optimización de recursos naturales. La piscina está tratada con sal.

Dada la orografía del terreno, situado en un monte con roca escarpada y laderas pronunciadas, no creemos que sea el lugar idóneo para personas con movilidad reducida. Aunque sí harán lo posible por facilitar los accesos y aclarar dudas a quien lo solicite.

Piscina en Aguamadera, Ibiza.LekuonaStudio

EL DETALLE

Aguamadera Ibiza abrirá todo el año y eso significa un paso más, un paso de gigante, para la anhelada desestacionalización de las Baleares, que paso a paso sigue abriéndose camino entre cierta hotelería. Frente a los excesos del turismo de masas, nada como convertir lugares de clima tan benigno, de días tan soleados y apacibles, en felicísimos cuarteles de invierno. El plan aquí es generar comunidad alrededor del hotel: cursos específicos de yoga y otras disciplinas, encuentros artísticos, planes detox de fin de semana… infinitas excusas para un placer que no las necesita: el de vivir la magia de Ibiza fuera de temporada.

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