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Se sabe que la microbiota de cada cual se define conforme a muchos factores. Gen�tica, parto, lactancia, antibi�ticos, entorno y alimentaci�n tienen la capacidad de moldear la diversidad del ecosistema bacteriano que puebla nuestro aparato digestivo y que, seg�n confirma Boticaria Garc�a en su nuevo libro Tu cerebro tiene hambre (Planeta), puede afectar a la obesidad.
Para ilustrarlo, la doctora Mari�n Garc�a pone como ejemplo a dos mujeres con un estilo de vida similar en cuanto a alimentaci�n y deporte. Ambas, con una dieta similar y la misma cantidad y tipo de deporte a la semana, no se sienten igual. La que tiene menor diversidad en su microbiota, no siente la misma saciedad que la otra mujer comiendo lo mismo y en los mismos horarios. Acaba comiendo m�s y, por esa diferencia de energ�a, acaba desarrollando sobrepeso. En el caso, se aventura uno de los 5 mecanismos de acci�n por los que la microbiota tiene relaci�n con el sobrepeso que destaca la experta en nutrici�n y diet�tica, que son:
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- M�s calor�as por cada bocado. "Algunas bacterias tienen la capacidad de descomponer ciertos componentes de los alimentos que no podemos digerir, como varios tipos de fibra. Durante este proceso, producen compuestos que nuestro cuerpo puede usar para obtener energ�a adicional de los alimentos. Esto estar�a fenomenal si vivi�ramos en un entorno de escasez, pero hoy la mayor�a podemos comer varias veces al d�a. Si las bacterias en el intestino extraen m�s energ�a de los alimentos de lo necesario, se favorece el aumento de peso", explica la experta en su libro.
- Se alteran los mecanismos de hambre y saciedad. "Hay bacterias que pueden producir unas mol�culas bioactivas llamadas �cidos grasos de cadena corta (AGCC). Los AGCC pueden interferir en la liberaci�n de las primas hormonas responsables de mandar en las se�ales de saciedad", escribe.
- Alteraci�n de los niveles de glucosa en sangre. "Los AGCC tambi�n pueden tener efectos beneficiosos en el metabolismo de los carbohidratos, como mejorar la sensibilidad a la insulina y regular los niveles de glucosa en sangre. Un desequilibrio en la microbiota intestinal podr�a afectar negativamente a estos procesos y contribuir al desarrollo de la obesidad",.
- Alteraci�n del almacenamiento de las grasas. Seg�n dice la experta, la composici�n de la microbiota intestinal puede influir tambi�n en la forma en que nuestro cuerpo metaboliza, absorbe y almacena las grasas.
- La inflamaci�n afecta. "Se carga muchas bacterias buenas y, como consecuencia, favorece la aparici�n de obesidad".
Cambiar la microbiota con la dieta
Aunque falta evidencia cient�fica que corrobore el alcance de la alimentaci�n sobre la diversidad de la microbiota, Boticaria Garc�a resumen las estrategias generales que se sabe que ayudan a tener este ecosistema de bacterias vivo. "Una dieta rica en probi�ticos (bacterias buenas) y prebi�ticos (alpiste de las bacterias buenas) puede promover una microbiota intestinal saludable y diversa. Los alimentos fermentados, como el yogur o el famoso chucrut, y los alimentos ricos en fibra, como el aguacate y las legumbres, son los mejores amigos de la microbiota", explica.
Tambi�n asegura que es necesario introducir antioxidantes (vitaminas, minerales, flavonoides, polifenoles...) para reducir la inflamaci�n de manera que se promueva una microbiota diversa. Algo similar a lo que ocurre con la pr�ctica de ejercicio habitual o el ayuno intermitente durante un mes, ya que ambos ayudan a que proliferen diferentes tipos de bacterias.
Boticaria Garc�a aprovecha este espacio para recordar que no s�lo debemos ocuparnos de qu� tomar, sino tambi�n de lo que deber�amos dejar de consumir. "Las dietas ricas en grasas y az�cares (como las que incluyen muchos ultraprocesados) pueden favorecer la proliferaci�n de bacterias malas, asociadas con el aumento de peso y la obesidad. Son los peores enemigos de la microbiota", sentencia.