Bosque privado, arquitectura victoriana y desconexión absoluta en este pequeño y encantador hotelito del Pirineo catalán

Es como si todos nuestros deseos de paz y desconexión se hubiesen hecho realidad en este singular hotel de solo 17 habitaciones y servicio exquisito, perdido en mitad de la naturaleza virgen.
Bosque privado arquitectura victoriana y desconexión absoluta en este pequeño y encantador hotelito del Pirineo cataln

Muchas novelas decimonónicas empiezan así: el señor, o la señora, debe retirarse a un balneario perdido en las montañas para recuperar su lozanía. Tú, leyendo eso en el siglo XXI, deseas ser el protagonista de ese pacífico retiro donde se come bien, se duerme bien, donde se despierta una al arrullo de los pájaros y la brisa entre las hojas. Pues bien: ahora, por fin, es posible.

La experiencia es completamente auténtica, porque adonde irás a recuperar el color de las mejillas será a Angelats Hotel, una masía construida en 1926 por Domingo Batlló para sanar, aprovechando las aguas curativas del Torrent de Angelats. Batlló no escatimó en lujos, y se construyó una enorme vivienda señorial de cuento, fuertemente influenciada por la arquitectura victoriana.

Angelats Hotel cuenta con más de 15 chimeneas.

La edificación, que se encuentra en un enclave bastante remoto ahora mismo, estaba todavía más ‘perdida’ a principios del siglo XX, por lo que el visionario lo tuvo claro: la casa debía ser autosuficiente, no depender del exterior. Por ello, Batlló incorporó innovadores criterios de construcción pasiva que se emplean aún hoy: “La orientación de la casa y sus estancias al sur/sureste, que captan del primer al último rayo de sol; el uso de grandes cristaleras, muros anchos y aislamiento térmico a base de corcho y doble carpintería en las ventanas, eran grandes avances tecnológicos de origen, que hoy en día siguen siendo plenamente efectivos para el desarrollo sostenible de los recursos energéticos del hotel, y que nos han ayudado a certificarlo con el sello de distinción ecológico y sostenible Ecostars”, cuentan sus responsables.

Refrescarse aquí: un sueño.

Batlló también fue pionero a la hora de aprovechar también la energía solar e hidroeléctrica, mientras que una granja y una piscifactoría propia proveían de los alimentos necesarios a la familia. Hoy, el restaurante La Santa, ubicado en la antigua capilla de estilo neorrománico de la casa, sigue aún esos criterios de sostenibilidad, sirviendo platos elaborados a partir de ingredientes kilómetro cero, de temporada y ecológicos.

El hotel ofrece desayunos a la carta para evitar el desperdicio, con ingredientes locales y de proximidad y todo tipo de opciones: veganas, vegetarianas, sin gluten…

Qué hacer en Angelats Hotel: el roble milenario, el cielo estrellado, las pistas de esquí…

Pero quizá lo más extraordinario de Angelats Hotel sea su entorno, pues el alojamiento está enclavado en un bosque privado de 70 hectáreas, por el que los huéspedes pueden pasear a placer. En él hay un roble milenario, un río con una fotogénica cascada y todo tipo de animales endémicos, como los jabalíes y los corzos. “Un día típico en Angelats Hotel comienza despertándose en medio del bosque, rodeado de paz y tranquilidad, con el canto de los pájaros. El entorno natural, sin tráfico humano y en estado puro, ofrece una experiencia única”, explican desde el alojamiento.

La cascada casi ‘privada’ del hotel.

Tal es el estado virgen del lugar que la contaminación lumínica es prácticamente inexistente en la zona, y desde cualquier rincón de la propiedad se puede disfrutar de extraordinarios cielos estrellados. También es posible sentirse uno con la naturaleza y la cultura de la zona embarcándose en las preciosas rutas de senderismo de los alrededores, como la del Set Gorgs, en Campdevànol; tomando clases de apicultura y de quesos artesanales, como el tradicional mató, con productores locales o visitando el precioso Vall de Núria.

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En invierno, además, se puede esquiar en las cercanas pistas de La Molina y Vallter, y cualquier época es buena para disfrutar de una visita a los pintorescos pueblos de los alrededores, como Camprodon, Queralbs, Ripoll o San Joan de las Abadesses. Volverás a casa absolutamente rejuvenecido.

Inmersión natural 100%.

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