La perfecta imperfección del paraíso. O el no paraíso. Según a quien le preguntes. Tulum es para muchos neoyorquinos la ansiada escapada. En Ex maridos (estreno en cines 7 de junio), de Noah Pritzker, que se presentó mundialmente en el pasado Festival de San Sebastián, sus protagonistas piensan en el destino playero de México como primera opción para airear su mente y para celebrar.
El director Noah Pritzker estaba planeando, precisamente, un viaje a Tulum con sus hermanos cuando sus padres anunciaron que se divorciaban después de 35 años juntos. Los tres hermanos se fueron de viaje y él no paraba de pensar: “¿Y si papá se presentara aquí solo de repente?”. Sobre esa premisa empezó a escribir Ex maridos y estos personajes en los que, asegura, ha dejado su vida personal fuera.
En Ex maridos, Griffin Dunne es el padre, un dentista de Nueva York que aún está asimilando la idea del divorcio de sus padres pasados los 80 cuando su mujer (Rosanna Arquette) le pide el divorcio. Ante ese giro en su vida, decide comprarse un vuelo a Tulum, despejarse, airearse, reencontrarse. Lo que no sabía es que sus hijos (James Norton, como el hermano mayor; Miles Heizer, como el pequeño) también iban a viajar en esas fechas a Tulum para celebrar la despedida de soltero del mayor. Dune termina colándose en sus, en principio, planes festivos, aunque para ninguno de ellos Tulum acaba siendo una gran fiesta.
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Para los tres ese paraíso cada vez más imperfecto se convierte en un lugar de reflexión en el que quitarse la venda de los ojos y las tiritas de las heridas. A pesar de todo, de la masificación turística, de la invasión de algas en sus arenas blancas y aguas cristalinas, de los precios y de estar rodeados de otras despedidas y bodas, encuentran allí la cura y sanación que necesitaban para reconectar consigo mismos y entre ellos.
“Escribí esta historia pensando en Tulum, la escribí pensando en Tulum”, aseguraba Pritzker en el pasado Festival de San Sebastián. Como le llevó mucho tiempo sacar adelante Ex maridos, en esos años Tulum se transformó. “Cambió bastante en el proceso, pero de alguna forma cuanto menos atractivo parecía como lugar de vacaciones, mejor para esta historia. Fue una especie de tira y afloja, pero el sarcasmo que imponía acabó siendo como un regalo para nosotros”.
De esa imperfección va la vida. La pareja ideal a lo mejor no lo es para siempre. La playa idílica tampoco lo es. Y en ambas cosas nosotros mismos podemos ser responsables. Ex maridos plantea si un divorcio después de una vida juntos tiene sentido: “Así lo creo, damos por hecho la felicidad en aquellas parejas que llevan 30 o 40 años, pero a lo mejor la tienen que encontrar de otra forma”, dice Pritzker.
Y a la vez nos dice que un lugar como Tulum puede seguir resultando atractivo a pesar de la invasión de sargazo que ha vivido en los últimos años. “Tulum está en la primera línea del calentamiento global y realmente sientes la podredumbre y pesadez que supone”, explica Pritzker. “Cuando llegamos allí por primera vez y vimos las playas cubiertas de algas, pensamos en cambiar de escenario por un momento, pero estos tipos tienen unas vacaciones que no salen como ellos querían, así que rápidamente me di cuenta de que el sargazo era perfecto como metáfora”.
Y, además, a pesar de todo, seguía siendo un paraíso. “Nunca he visto una película con una playa cubierta de algas, pero me parece que le aporta una textura cinematográfica increíble”. La perfecta imperfección del paraíso.
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