Cinco premios Grammy, 16 millones de copias vendidas por el mundo, Back To Black sigue siendo aún un disco récord y de culto. Alrededor de su creación e incluso usando su título se estrena ahora el biopic de Amy Winehouse (estreno 31 de mayo en cines). “Una carta de amor” a la cantante, según la directora Sam Taylor-Johnson. “Escrita con su voz, sus palabras y desde su punto de vista”.
“He querido hacer una película desde la perspectiva de Amy, desde su mirada. El único sitio donde podía encontrar su verdad era en la música que componía, por eso decidí contar su historia con sus palabras, a partir de las canciones que escribía, a las que entregaba su alma. Cantaba su amor, su dolor, sus decepciones, y lo hacía con una emoción profunda salpicada de un humor cortante”, escribe la directora (Nowhere Boy) en sus notas.
Por eso usa Back to Black como pilar para contar la historia de la cantante fallecida en 2011 y, por eso, Londres su Londres es tan importante como el resto de personajes.
Pensar en Amy Winehouse, entre otras muchas cosas, es también –tristemente– recordar aquel acoso y derribo al que la sometió la prensa sensacionalista durante su auge acelerado y su caída irreversible. Todo el día perseguida por paparazzis que la seguían y perseguían para sacar la peor imagen que podían. Aunque también las hubo felices. Y, en cualquier caso, imaginar a Amy es verla cantando sobre escenarios de clubs de jazz o andando por Londres. Por su Camden. El barrio eternamente ya ligado a ella.
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“Filmar en Camden era básico, el barrio formaba parte de la vida y del destino de Amy”, dice Sam Taylor-Johnson. “Vivía allí, le encantaba el barrio”. Tanto como fuera posible, la directora dejó claro desde el principio que quería rodar en todos esos lugares que la cantante amó y vivió. Quería “sentir su espíritu”. Y ya de paso homenajear Londres.
Dónde se rodó ‘Back to Black’
“Era imposible rodar en otro lugar, jamás hubiéramos podido recrear estos decorados en un plató”, explica la productora Alison Owen. “Tiene una textura, un olor particular, y se nota que rodamos allí. También creo que ayudó a los actores, aportó algo a la interpretación”. Habla de Camden, claro.
De hecho, la actriz protagonista y aquí desconocida fuera de Reino Unida, Marisa Abela, que aceptó el ambicioso reto de convertirse en Amy Winehouse decidió mudarse al barrio para prepararse. “Intenté sumergirme al máximo. Dejé a Marisa en casa y me metí de lleno en la preparación”, ha dicho la actriz.
El rodaje se sucedió durante 40 días en Londres en los que se movieron por 54 localizaciones de la ciudad, más los estudios de Ealing para recrear los interiores de las casas.
Amy era “chica Camden hasta la médula” porque había “belleza y decadencia” y el moderno barrio de Londres es el escenario principal. Aunque huyeron de los lugares más turísticos. “Nos centramos en enseñar zonas menos conocidas. Queríamos mostrar el Camden que no suele ver el turista, las orillas de los canales, debajo de los puentes, las zonas tranquilas que muy poca gente visita”, cuenta la directora de fotografía Polly Morgan.
Jeffrey’s Place, donde estaba la casa de Amy, un lugar muchas veces visto en las instantáneas de los paparazzis, no podía faltar en el filme. Tampoco los pubs y clubes que eran los lugares de peregrinación diaria para Amy. Sitios tan míticos como The Good Mixer, donde en el filme conoce al que sería su marido Blake (interpretado por Jack O’Connell), Ronnie Scott’s y Bar Italia en el Soho.
Además, han incluido The Palm Tree, en Mile End; y los billares de The Mildway Club. Y más allá de Camden, han rodado en Primrose Hill, en el Zoo londinense y en Golders Green Crematorium haciéndolo pasar por Barnet’s Edgwarebury Cemetery, donde Amy Winehouse descansa en la realidad.