Cómo un disco de Taylor Swift cambió mi safari en África

En un safari en Botswana, Todd Plummer descubrió que la música puede ser la mejor compañera durante un viaje.
Vehículo de safari en el que viajar con música por la sabana de Botswana.
Getty Images

A diferencia del resto de swifties del mundo, me pasé meses sin querer siquiera pensar en el 19 de abril. Ese era el día en el que Taylor Swift lanzaba su último álbum, The Tortured Poets Department… y yo iba a estar en medio de la nada en un safari en Botswana. ¿Tendría la conexión por satélite potencia suficiente para descargar el disco en medio de la sabana africana?

“Pues escúchalo cuando vuelvas a casa una semana después”, me dijo un compañero que claramente no me entendía. “¿A quién le importa que Taylor Swift vaya a sacar otro disco hablando de sus exnovios? ¡Tú vas a estar en la naturaleza!".

Cuando llegó el día del lanzamiento, el Wi-Fi del nuevo campamento de Natural Selection, Tawana, demostró ser rápido como el viento. Y así fue como, al amanecer del día 19 de abril en Botswana, mientras salíamos del campamento para hacer nuestro safari de la mañana, en mis auriculares sonaba The Tortured Poets Department. Lo que no me esperaba es que viajar con música cambiara tanto cómo viví yo el safari.

Escuchar música nos ofrece un marco en el que recontextualizar la información de un entorno nuevo.

Getty Images

Mientras Swift se recreaba en el toque country de “But Daddy I Love Him”, sentí que mis ojos captaban mejor lo que me rodeaba mientras mi cerebro analizaba la letra. Vi detalles que antes me habían pasado desapercibidos: no solo identificaba los pájaros, sino que también veía cómo ondeaban sus plumas al viento; no solo avistaba a un leopardo acechando entre la hierba, sino que veía su cola agitarse al ritmo de cada paso. El contacto visual que hice con un guepardo que custodiaba su antílope recién cazado durante “Who's afraid of Little Old Me” hizo que me recorriera un escalofrío, y el melódico estribillo de “My Boy Only Breaks His Favorite Toys” se volvía aún más cinemático en un vehículo de safari que avanzaba a toda velocidad campo a través. Cada instante se volvió más rico, complejo y detallado, y me impresionó hasta qué punto la música cambió esta experiencia.

He hecho muchos safaris por el sur de África, pero esta era la primera vez que escuchaba música mientras avistábamos animales. Sí, se ha estudiado mucho cómo la música ayuda a recordar momentos del pasado, cómo una canción puede transportarnos a otro lugar y otro momento en un instante, pero también es capaz de cambiar cómo vivimos el momento en tiempo real.

Piensa en el restaurante Verse de Los Ángeles, que se autodenomina una experiencia culinaria “acústicamente perfecta”. Es otra del ingeniero de mezclas 18 veces ganador de un Grammy Manny Marroquin, que construyó el salón de forma que todo, desde la música en directo al ruido ambiente de las mesas vecinas, complementara la comida. Marroquin colabora con chefs para crear menús degustación inspirados en distintos artistas y géneros musicales (y, ya que hacemos un repaso de su carrera, también trabajó en el álbum Red de Swift).

“La belleza de la música es que nuestro viaje suele ser una cosa separada de lo que es el artista… Lo más importante es cómo una canción cambia tu humor y tu mentalidad”, dice Marroquin. En Verse, usa la acústica para complementar la comida de forma que se generen experiencias sensoriales mucho más profundas. Hace poco preparó un menú degustación de platos de su Guatemala natal y combinó el servicio con un hilo musical de Gaby Moreno, uno de los artistas más populares del país. “Aquella noche hubo un momento en el que sincronizamos la salida de ciertos platos durante ciertos versos”, explica Marroquin. “Y pasó algo mágico y espiritual. El comensal sintió unas emociones muy concretas”.

Los estudios indican que escuchar música aumenta el flujo sanguíneo en las partes del cerebro que generan las emociones y controlan la memoria. Según el doctor John Mondanaro, director de terapia de artes expresivas en la Escuela Icahn de Medicina en Monte Sinaí, la música nos ayuda a contextualizar el mundo que nos rodea, sobre todo en lo que respecta a nuevos entornos.

Cuando viajamos, recibimos una cantidad abrumadora de información nueva, explica el doctor Mondanaro, y la música nos ayuda a entenderlo todo. Dado que procesamos la música en el córtex prefrontal, en las mismas vías neurales en las que formamos y conservamos los recuerdos autobiográficos, la música fomenta “una sensación aumentada de conexión con el mundo”, lo que influencia nuestros ritmos biológicos, nuestro humor y los cimientos de nuestra identidad. Por este motivo, el doctor Mondanaro ha tratado con éxito a pacientes con demencia o Alzheimer mediante la terapia musical; dado que esos pacientes se ven desconectados de su realidad a medida que la enfermedad avanza, la música promueve no solo una vuelta a los recuerdos, sino una conexión con el aquí y el ahora.

La terapia musical ha demostrado tener efectos beneficiosos para las personas con Alzheimer o demencia.

Getty Images

Un safari es lo más alejado que se puede estar a mi rutina diaria habitual, con lo que es inevitable que se me escape alguno de los innumerables detalles de la experiencia. No hay cerebro capaz de asimilarlo todo… pero la música crea un marco que permite que los detalles y emociones más esenciales y con mayor impacto no se pierdan. Controlar lo que oía parecía permitirme enfocar la vista con más precisión, y me descubrí identificando huellas de guepardo en la tierra junto a nuestro vehículo de safari antes de que nos topáramos con el felino: aún puedo ver ese rastro en mis recuerdos, tierra compacta en forma de huella que se iba emborronando conforme soplaba la brisa.

“Lo que oímos, olemos y sentimos crea una narrativa en torno a lo que experimentamos”, cuenta el doctor Mondanaro. “La música contribuye a crear todo tipo de recuerdos que no solo son profundos, sino que impactan nuestra identidad al conectar con momentos de nuestra vida”.

Escuchar música puede hacer que desconectemos con un sentido del entorno y, a la vez, ayudarnos a conectar mucho más con los demás.

Westend61 / Jose Carlos Ichiro/ Getty Images

Por eso los hoteles se esfuerzan tanto en conseguir la atmósfera ideal con un hilo musical bien escogido. “La música te permite conectar con tus emociones o cambiar el cristal con el que miras el mundo”, explica LP Giobbi, director global de música para W Hotels. Para las zonas comunes de cada propiedad, Giobbi prepara playlists que cambian la energía según el momento del día, de relajante y jovial durante el día a energética y festiva por la noche. “La música amplifica en nuestro interior lo que sea que evoque la canción. Puede hacernos retroceder a un momento de nuestra vida o, según la canción, sacar a la luz ciertas emociones”.

Ver fotos: los destinos que han inspirado a los grandes pintores de la Historia

Sabía desde el principio que recordaría el momento en el que saliera The Tortured Poets Department, pero jamás se me habría ocurrido que viajar con música cambiaría tanto mi experiencia y me haría conectar más con el viaje en sí. Durante los 65 minutos y ocho segundos en los que llevé los auriculares durante el safari, es probable que me perdiera el canto de un pájaro o la serenidad del silencio de la naturaleza, pero lo que sí oí me hizo conectar con el paisaje y con mis recuerdos. Puede que me abstrajera en un sentido, pero eso no hizo más que amplificar los demás.