El entrenamiento híbrido está cada vez más en tendencia. Día a día, podemos comprobar a través de redes sociales cómo son más los que se vuelven adeptos a esta metodología de entrenamiento: los vemos correr, levantar pesas, hacer ejercicios de flexibilidad… Pero, ¿por qué deciden mezclar estos tipos de entrenamiento? Y, sobre todo, ¿cómo?
¿Qué es el entrenamiento híbrido?
Básicamente consiste en entrenar distintas disciplinas al mismo tiempo, de forma que estaremos mejorando nuestro fitness general y nuestro rendimiento en distintos aspectos deportivos. Ya no solo nos dedicamos a correr maratones, ni a levantar 60 kilos en press de banca, ahora nuestros entrenamientos deben estar organizados con el objetivo de volvernos mejores atletas, no solo centrándonos en una cosa.
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Claro que, de este modo, no vamos a poder ser los mejores en todo al mismo tiempo, pero nos estamos asegurando de estar trabajando todas nuestras capacidades físicas, lo que nos ayudará a mejorar nuestra salud general.
¿De qué se compone el entrenamiento híbrido?
Si no sabemos por dónde empezar, lo primero que debemos tener en cuenta es que la principal característica del entrenamiento híbrido es su adaptabilidad; es decir, no hay una estructura fija, sino que podemos ajustarlo a nuestras necesidades y objetivos, según nos convenga. Por lo general, hay varias disciplinas que debemos trabajar.
Es el tipo de entrenamiento que no puede faltar en ninguna rutina fitness y es un aspecto fundamental dentro del entrenamiento híbrido, porque nos ayuda a ganar fuerza y músculo. Esto nos será útil también en otras disciplinas como el running.
Lo mejor será incluir ejercicios compuestos en los que estemos trabajando diversos grupos musculares al mismo tiempo, como sentadillas, peso muerto o press de banca, además de algún ejercicio aislado específico.
Tendremos que ir desafiando a nuestro cuerpo con el tiempo, a través de la sobrecarga progresiva, aumentando poco a poco el peso que levantamos o las repeticiones que practicamos. Aparte de la clara ganancia muscular que notaremos, también podremos prevenir lesiones.
Aparte del entrenamiento de fuerza puro, debemos incluir ejercicios funcionales que simulen actividades que hagamos en el día a día, como el paseo del granjero. Así, mejoraremos nuestra fuerza, equilibrio y movilidad para sentirnos mejor. Es importante trabajar la coordinación, la potencia y la estabilidad para conseguir ser atletas de verdad y sentirnos como tal cada día.
Es la segunda disciplina más popular dentro del entrenamiento híbrido, aunque muchos deciden cambiarla o añadir otros ejercicios cardiovasculares como el ciclismo o la natación. En cualquier caso, debemos practicarlo a distintas velocidades y distancias, para trabajar la resistencia y la velocidad.
Haciéndolo de la forma adecuada y sin excedernos, nuestras ganancias musculares no tienen por qué verse comprometidas y, de hecho, conseguiremos más fácilmente un físico definido, si ese es nuestro objetivo.
Es el aspecto del fitness que casi todos solemos olvidar, pero que es tremendamente importante para nuestro rendimiento, la prevención de lesiones y nuestra salud general. Debemos hacer estiramientos y ejercicios de movilidad, ya sea a través de calentamientos dinámicos antes de entrenar, como enfriamiento o como una sesión completamente independiente.
También podrá ser muy beneficioso practicar disciplinas de bajo impacto, como el yoga o el pilates para trabajar estas capacidades.
No podemos dejar de lado nuestros días de descanso. Por mucho que nos guste entrenar y nos motivemos cuando veamos resultados, debemos evitar a toda costa el sobreentreno. Nada de saltarse los días de descanso, porque son una parte tan importante de nuestra rutina como los días de entrenamiento. Es el momento en el que nuestros músculos se recuperan para poder crecer.
Es fundamental descansar al menos uno o dos días de en semana y, cada cierto tiempo, hacer una semana de descarga, en la que reducimos la intensidad y volumen de nuestro entrenamiento.
Al final, el entrenamiento híbrido es una forma de entrenar todas nuestras capacidades físicas, pero también nuestra constancia y nuestra fortaleza mental. Si lo ponemos a prueba, podremos obtener los mejores resultados de nuestra vida.