Rosados, guía para escépticos

Esto no es un invento de ahora, muchos de los primeros vinos registrados en la historia de la viticultura fueron rosados, vinos elaborados diluyendo con agua mezclas de uvas blancas y tintas combinadas. En la antigua Grecia se consideraba civilizado diluir el vino y existía la creencia generalizada de que sólo los bárbaros, unos borrachos que violaban y asesinaban, bebían por costumbre el vino tinto puro.

Saber que los vinos rosados se embotellan en una amplia gama de estilos: desde rosa pálido hasta cobrizo, desde secos hasta dulces, desde ligeros y delicados hasta plenos y ricos. El vino rosado abarca felizmente el espacio de color entre el vino tinto y el blanco y en cierto modo, además de ser un buen vino el rosado representa un estado de ánimo siempre positivo.

¿Pero cómo se hace la magia? El rosado se obtiene cuando las pieles de las uvas tintas tocan el vino por poco tiempo. Mientras que algunos vinos tintos fermentan durante semanas seguidas sobre pieles de uvas tintas, los vinos rosados se tiñen de rojo solo durante unas pocas horas, por esa razón es el llamado vino de una sola noche. Así, el bodeguero tiene control total sobre el color del vino y retirará la piel de la uva tinta (la fuente del pigmento) cuando el vino alcanza el color perfecto. Casi cualquier uva de vino tinto (desde tempranillos, garnachas hasta la excelente bobal) se pueden utilizar para elaborar vino rosado.

Hay tres formas principales de elaborar vino rosado. El método de maceración consiste en tras el prensado dejar reposar o macerar las uvas tintas con sus pieles durante un período de tiempo y luego todo el lote de jugo se transforma en un vino rosado. Este es probablemente el tipo de rosado más común. Luego, el método del sangrado, que consiste en introducir las uvas en un depósito y por su propio peso se rompen los frutos recogiendo su jugo, cosa que produce un vino de color más oscuro con un sabor más rico y concentrado. Finalmente, el antiguo método de mezcla, que produce una amplia gama de vinos ligeros a más pesados, consiste en añadir un poco de vino tinto a una tina de vino blanco para hacer rosado. No se necesita mucho vino tinto para teñir de rosa un vino blanco, por lo que normalmente a estos vinos se les añade hasta un 5% aproximadamente de vino tinto.

En la degustación de vino rosado, los sabores y aromas principales del vino rosado son frutos rojos, flores, golosinas, cítricos, melón y frutas dulces, siempre dependiendo de la variedad utilizada.