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“El Rayo será Vallecano o no será”: indignación ante el plan de Ayuso para dejar Vallecas sin estadio para su equipo

Mural frente al Estadio de Vallecas, con el mensaje siguiente: "Era un día cualquiera, su padre le llevó a verte a la Albufera".

Guillermo Hormigo

Madrid —

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“Cada vez es más insostenible que sigan en Vallecas”. Estas nueve palabras pronunciadas por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, han destapado el tarro de las esencias rayistas. Porque para muchos de sus aficionados, todos los que responden a las preguntas de este periódico, “el Rayo no se entiende sin Vallecas y Vallecas no se entiende sin el Rayo”. Es lo que asegura un abonado del club ante los planes de la dirigente regional para “buscar una nueva ubicación a su estadio”, una tarea en la que ya estarían “hablando” con la dirección del equipo.

La entrevista de Ayuso en el diario AS, donde pronunció las nueve palabras, ha derivado en especulaciones sobre una mudanza al Ensanche de Vallecas, en el mejor de los casos, e incluso a Valdebebas. Se prendió un fuego que el presidente del Rayo Vallecano, Raúl Martín Presa, no ha dudado en avivar. En declaraciones a los medios antes del último encuentro del equipo, afirmó que el Estadio de Vallecas “ya no da más de sí”. Este miércoles, en una entrevista a Onda Madrid, ha incidido en que la entidad “no cuenta con la capacidad para financiar una nueva reforma” del Estadio de Vallecas y que “no tiene hacia donde crecer” urbanísticamente, pero “quizá sí” puede estudiarse “un nuevo estadio propio lo más cerca posible del actual”.

“El Estadio de Vallecas es entrañable, pero ya hace varios años que quedó obsoleto. Ahora tenemos cierto nivel de solvencia y es el momento de aspirar a crecer, y eso pasa por una serie de cuestiones que el estadio ahora mismo no nos las da. Su capacidad es reducida para la masa social que estamos llevando y en continuo crecimiento”, ha remarcado Martín Presa para exponer su postura. Fuentes cercanas al club confirman a este periódico que el dirigente ha dejado caer que “la maqueta del nuevo estadio puede ser una de las sorpresas en el centenario”. Un aniversario que tendrá lugar el próximo 29 de mayo. Ese mismo mes, el actual campo cumplirá 48 años. Casi la mitad de la vida rayista.

“El Rayo será vallecano o no será”, zanja con vehemencia Fran. Este abonado conversa con Somos Madrid mientras fuma un cigarro esperando que la actividad vuelva a La Frasca, uno de los muchos locales en el entorno del Estadio de Vallecas cuyo día a día no se entiende sin la proximidad de la pasión futbolística.

Porque abandonar el campo sería también despojar la avenida de la Albufera, el barrio de Palomeras Bajas y toda Vallecas de uno de sus elementos característicos. Tiendas, bares e incluso la parada de Metro en Portazgo están completamente customizadas con el escudo o la franja rayista, aunque en el caso del suburbano la apuesta sea más humilde que la que la Comunidad de Madrid planea para la estación de Santiago Benabéu.

La posición de la Comunidad es clave ya que se trata de un recinto de titularidad autonómica. El conjunto madrileño abona un canon anual de 90.000 euros al Gobierno regional desde que este emprendiera las obras de remodelación del Estadio de Vallecas en 2020, unos trabajos que la Comunidad presupuestó en torno a los 7 millones de euros y que concluyeron en noviembre después de mejoras en los aseos, la accesibilidad o los fondos del estadio.

Pese a ello, todo el entorno rayista coincide en que el estado de conservación sigue siendo “tremendamente deficiente”. Para muchos aficionados como Fran, esta actuación llegó “tarde y mal” porque sus responsables “han querido dejar morir nuestro campo”. La falta de mejoras en el césped o la seguridad son algunas de las reclamaciones más repetidas. En este sentido, la infraestructura lleva desde 2012 sin una Inspección Técnica de Edificios favorable.

Sin embargo, para Martín Presa hay otras grandes cuentas pendientes. En su entrevista para Onda Madrid, el presidente rayista recalcaba entre las principales carencias del recinto que “no tiene párking para jugadores ni autoridades, ni zonas de hospitality ni zonas VIP”. “Todo eso afecta sensiblemente en la obtención de ingresos, siendo al final el equipo que menos ingresos puede obtener en la Liga”, sostiene.

La tensión entre afición y directiva

Ante estas actitudes de la directiva, a socias como Marisol les parece “surrealista” la mera posibilidad de imaginar al Rayo fuera de Vallecas, pero no sorprendente. “Después de todo, somos el único club de Primera División que no pone a la venta entradas online. Hay que comprarlas en taquilla, haciendo cola y en unos horarios terribles: lunes y viernes a las 9.00 o a las 14.00”, lamenta.

La afición, con una mayoritaria e histórica inclinación obrera, antirracista y antifascista, protestó vivamente cuando Martín Presa invitó a Santiago Abascal y Rocío Monasterio al palco del estadio. La presencia de los líderes de Vox coincidió con el regreso a la cancha rayista del Albacete, en el que por entonces militaba Roman Zozulia, jugador ucraniano al que algunos seguidores del equipo madrileño llamaron “nazi y fascista” dos años antes, lo cual derivó en una suspensión del encuentro sin precedentes en el fútbol español. La Federación sancionó al Rayo con una multa de 18.000 euros y dos partidos a puerta cerrada. 

Pero las tensiones entre la hinchada y el directivo han sido continuas desde que Martín Presa comprara en 2011 el 98,6% de las acciones a la familia Ruiz-Mateos, asumiendo con ello una deuda de 30 millones de euros. Otro motivo han sido los mensajes desde la cuenta oficial del club en los que se vincula la expansión del covid-19 con las manifestaciones feministas en 2020. El perfil del Rayo Vallecano en X lanza un mensaje como este cada 8 de marzo.

Martín Presa ha tratado de echar balones fuera apelando al crecimiento de la entidad: “Los aficionados no solo no deben estar preocupados, sino alegres. El equipo está creciendo y cada vez somos más. No sólo de Vallecas, sino de toda la Comunidad de Madrid. Intentaremos estar lo más cerca de nuestros orígenes. Si nos tenemos que mover, lo haremos a un campo de la máxima modernidad que le hace falta al equipo. El crecimiento es bueno”, expuso en declaraciones al programa El Chiringuito. Sin embargo, incluso los hinchas que siguen al Rayo en otros puntos de Madrid rechazan el hipotético traslado.

Es el caso de José, que vive cerca de la Dehesa de la Villa (en el distrito de Moncloa-Aravaca): “Para mí sería el Rayo, pero no Vallecano. El Atleti y el Real son de Madrid, pero el Rayo es de Vallecas. En este equipo el barrio, el lugar donde está el estadio, forma parte de la esencia del club para lo bueno y para lo malo. A los que vamos desde fuera de Vallecas nos gusta ir a ese barrio, no solo para ver el partido, sino para estar allí antes y después de los encuentros. Hay cosas que son importantes precisamente por el lugar en el que pasan. Llevarse el Rayo fuera de Vallecas es como llevarse el Rastro a un polígono industrial o celebrar las Navidades en agosto”.

Llevarse el Rayo fuera de Vallecas es como llevarse el Rastro a un polígono industrial o celebrar las Navidades en agosto

Eduardo también anima al Rayo en la distancia. En su caso, a unos cuantos miles de kilómetros más, ya que actualmente reside en Holanda. “Hacer un nuevo estadio fuera de Vallecas rompería un binomio indivisible entre el barrio y el equipo, no tendría sentido. Puedo entender que haya que hacer un estadio nuevo porque el que hay ahora se ha descuidado muchísimos años, más aún si cabe desde la llegada de un presidente que ahora aboga por el cambio para modernizar el club mientras sigue sin poner venta online. Pero, para quienes nos identificamos con los valores de clase trabajadora y humildad del Rayo, perdería gran parte de su esencia. Eso es lo más triste”, expone.

Para la oposición “huele a pelotazo”

Pese a que la gestión del Estadio de Vallecas corresponde al Gobierno autonómico, la oposición política más beligerante ha venido hasta el momento desde la izquierda municipal y la de la Junta de Distrito de Puente de Vallecas. “El Rayo se llama Rayo Vallecano y no puede salir de Vallecas. El intento de sacarlo del barrio huele a pelotazo y le exijo a Ayuso, Almeida y a la presidencia del club que cuiden al equipo, a su afición y al barrio”, ha dicho Rita Maestre este miércoles en declaraciones en las inmediaciones del campo. La portavoz de Más Madrid en Cibeles cree que este es “el final de unos planes que Ayuso y Martín Presa llevan meses preparando, la crónica de una muerte anunciada después de años de maltrato a los aficionados”.

Maestre ha recordado que se trata del “tercer equipo de Madrid”, asentado en dos distritos como Villa de Vallecas y Puente de Vallecas que suman más de 400.000 personas. “¿Alguien se imagina al Murcia, una ciudad que tiene más o menos ese número de habitantes, jugando sus partidos en Lorca o Cartagena?”, se pregunta en este sentido Fran.

La dirigente de Más Madrid en la capital pide a Ayuso que recapacite, pero también exige la intervención del Ayuntamiento que lidera José Luis Martínez-Almeida: “Hace dos años ya le pedí que asumiera la propiedad del estadio para llevar a cabo las inversiones que la Comunidad no estaba haciendo, pero nos dijo que no”.

Respecto a la política de mayor proximidad, el Grupo Municipal Socialista ha instado igualmente a la Junta de Distrito de Puente de Vallecas a preservar la ubicación del estadio del Rayo Vallecano: “La afición y peñas del club rechazan la propuesta, atribuyendo las malas condiciones del estadio a la dejadez del Gobierno autonómico. Nos unimos a la afición y proponemos una moción de urgencia en el próximo pleno de Puente de Vallecas para instar a garantizar la permanencia del equipo en su estadio actual”, recoge el escrito. Dicho pleno ha tenido lugar este miércoles y la moción ha sido descartada con la mayoría absoluta del Partido Popular.

Hace dos años ya le pedí a Almeida que asumiera la propiedad del estadio para llevar a cabo las inversiones que la Comunidad no estaba haciendo, pero nos dijo que no

Rita Maestre Portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid

También este miércoles, durante un acto en el que ha presentado la futura rehabilitación del Teleférico de Madrid, el alcalde ha evitado posicionarse en la controversia: “Tenemos que hablar con el Rayo Vallecano y ver el planteamiento que quiere hacer. El estadio tiene muy pocas posibilidades de crecimiento desde el punto de vista urbanístico, pero hay que tener en cuenta a la masa social”. El consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel García Martín, también ha matizado después de las palabras de Ayuso que “el cambio de estadio debe impulsarlo el equipo”.

Un precedente frustrado y otro consumado... en Londres

No es casualidad que la oposición ondee la bandera del pelotazo en su rechazo. Ya en 2007, el Ayuntamiento de Madrid tanteo la posibilidad de establecer nuevos desarrollos urbanos en esta localización. El proyecto Torre del Sur, elaborado por el Estudio de Arquitectura Lamela, contemplaba edificar un rascacielos de 33 plantas en este punto de la ciudad. Más de 61 millones de euros de presupuesto en un edificio que reuniría viviendas, oficinas, un área comercial e incluso una “zona cultural”. Sin embargo, la complejidad administrativa y la quiebra de Nueva Rumasa junto al resto del entramado empresarial de los Ruiz-Mateos dieron al traste con la iniciativa cuando todavía estaba en una fase de estudio muy embrionaria.

Pero antes de descartarlo, la familia Ruiz-Mateos llegó a tantear un traslado a Valdecarros, uno de los incipientes desarrollos urbanos en el Ensanche de Vallecas. Las intentonas olímpicas de Madrid prometían modificar sustancialmente el panorama de instalaciones deportivas de la ciudad, por lo que el plan era aprovechar un nuevo estadio olímpico en Valdecarros que se convertiría luego en sede del Rayo.

Aunque la maniobra suene rocambolesca, en la Premier League de Inglaterra se ha acabado materializando con el histórico West Ham United. Allí sucedió que Boleyn Ground, casa del club durante 110 años, fue demolida en 2017 después de que el equipo londinense se trasladara al Estadio Olímpico de Londres. Lo hizo entre masivas protestas de los hinchas por la pérdida de arraigo e identidad histórica, así como debido a la pista de atletismo que separa las gradas del terreno de juego en el rebautizado como London Stadium. El terreno de Boleyn Ground fue ocupado por un nuevo desarrollo inmobiliario.

“El nuevo estadio sería un motivo de orgullo de todos los vallecanos, que se sentirían integrados y partícipes de su ciudad; una gran ciudad que el Rayo Vallecano quiere ayudar humildemente a construir”, manifestaron en 2008 fuentes de la antigua propiedad del club en un artículo de ABC. “Buscamos un ambicioso proyecto que pueda ser un referente del deporte en la zona sur de la capital”, añadían. Unas declaraciones que recuerdan irremediablemente a los alardes actuales de Martín Presa. Habrá que ver si en esta nueva intentona el Rayo acaba por perder su apellido y si con ello se desprende también de su identidad.

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