Currar de periodista te fuerza a veces a ejercicios de aguante que, a la larga, resultan hasta edificantes. Eso me pasó el martes, cuando desde plató asistí en directo a la rueda de prensa de Nacho Cano. Entiéndanme, motu proprio nunca se me hubiera ocurrido, aunque, insisto, el curro es lo que tiene. Cuarenta años que lleva el tío en esto de la música, según nos informó reiteradamente, y, como dije sin disimulo, cuarenta años que llevamos sufriéndolo y no por eso le manifestamos animadversión alguna. Sobreviví al trauma emocional de pasarme la adolescencia huyendo de aquella fiesta en la que al parecer la gente se colaba mientras otros sólo pensábamos en huir. Prueba superada, siempre me monté otros paraísos en el piso.