¿Y si Biden no se presenta? Cualquier elección que no sea Kamala Harris sería un verdadero quebradero de cabeza para los demócratas

Brent D. Griffiths,
Alice Tecotzky
| Traducido por: 
Kamala Harris, la vicepresidenta de Estados Unidos, y el presidente Joe Biden.
Kamala Harris, la vicepresidenta de Estados Unidos, y el presidente Joe Biden.

Business Insider 

  • Joe Biden volvió a prometer el miércoles que no abandonará la carrera presidencial, pero hay voces dentro del partido demócrata que piden otra cosa.
  • La única persona que podría sustituir a Biden es la vicepresidenta Kamala Harris, que tiene a su favor ventajas tanto prácticas como políticas. 

Si Joe Biden se retira de la carrera presidencial y empujan a la vicepresidenta Kamala Harris a un segundo plano, los demócratas se enfrentarían a una pesadilla política y práctica de cara a las elecciones de noviembre

El miércoles, los dos proclamaron a sus ayudantes de campaña que seguirán adelante frente a las crecientes críticas tras el desastroso debate. "Me presento. Soy el líder del Partido Demócrata. Nadie me está empujando a retirarme", dijo según Associated Press

Es improbable que nadie, y menos aún la compañera de equipo de Biden, presione públicamente para que renuncie. 

Harris se quedaría con el dinero de la campaña

Si Biden finalmente se retira, la atención se centrará en Harris. Ella es, con diferencia, la mejor posicionada para tomar el relevo. Y lo que es más importante, según los expertos en financiación de campañas, ella tendría el camino más fácil para acceder a los 240 millones de dólares de la campaña de Biden. 

"Si Harris sucediera a Biden como candidato presidencial, mantendría el acceso a todos los fondos del comité de campaña y podría utilizarlos para impulsar su candidatura presidencial", explica Saurav Ghosh, responsable de la reforma de la financiación de las campañas electorales federales en el Centro Legal de Campañas, a Business Insider en un correo electrónico. 

Esto se debe a que comparte un comité de campaña con Biden, según Ghosh. Dada su implicación inicial con el dinero de Biden —y la presencia de su nombre en los registros oficiales relacionados con su candidatura—, es probable que sea la única que pueda usar el dinero sin mayores problemas. 

Sin embargo, las mismas normas no se aplicarían si Harris no encabezara la candidatura presidencial. Las normas estipulan que las transferencias de candidato a candidato no pueden superar los 2.000 dólares por elección, asegura Ghosh. 

Aunque el bando de Biden podría convertir el dinero en un Comité de Acción Política (PAC, por sus siglas en inglés) si fuera otro el nominado, existe una pequeña trampa: los PAC solo pueden donar un máximo de 3.300 dólares por elección a un candidato diferente.

"En cualquier caso, no hay forma legal de que Biden transfiera a un nuevo candidato los 90 millones de dólares que su campaña tiene actualmente a mano", resume Ghosh a Business Insider. Una solución sería que la campaña de Biden reembolsara las donaciones recibidas hasta ahora para que los donantes pudieran redirigir su dinero hacia el nuevo candidato, según han explicado expertos en financiación de campañas a la NBC

Otra posibilidad sería que la campaña de Biden transfiriese los fondos al Partido Demócrata. Teniendo todo esto en cuenta, el ascenso de Harris a lo más alto de la candidatura parece la solución más sencilla en lo que se refiere a las finanzas.

Pero el dinero, por supuesto, no es la única cuestión: aunque cada vez más focos apuntan en dirección a Harris, persisten las dudas sobre su viabilidad como candidata.

Harris cuenta con un gran apoyo del núcleo del Partido Demócrata

Apartarla podría provocar una tormenta. La vicepresidenta ha declarado en repetidas ocasiones que respalda a Biden, pero ya hay voces influyentes en el partido que se están alineando detrás de ella. 

El congresista James Clyburn, de Carolina del Sur, cuyo respaldo ayudó a Biden a ganar las primarias del estado en 2020, ha dicho que querría ver a Harris en la pelea presidencial si Biden abandona: "Deberíamos hacer todo lo posible para reforzarla, ya sea en el segundo puesto o en la cabeza de la candidatura", aseveró Clyburn en MSNBC el martes.

En Washington, donde la óptica nunca se pierde de vista, sería imposible pasar por alto a la primera mujer vicepresidenta en favor de un hombre, o a la primera vicepresidenta negra en favor de un candidato blanco. Los votantes negros siguen siendo el núcleo del Partido Demócrata moderno. Ningún grupo es un monolito, pero ninguno de los principales aspirantes a Biden se acerca al apoyo de Harris en la comunidad negra. 

Según una encuesta reciente de Economist-YouGov, el 66% de los votantes negros ven a Harris con buenos ojos. En comparación, solo el 47% de los votantes negros ven con buenos ojos al gobernador de California, Gavin Newsom, y algo menos a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer. 

La misma encuesta reveló que los votantes aún no saben lo suficiente sobre Whitmer como para tener una opinión sobre ella, lo que subraya otro posible quebradero de cabeza. Harris es una de las políticas más conocidas en Estados Unidos. Cualquier posible sustituto tendría que presentarse ante el pueblo estadounidense.

Esto no significa que Harris tenga todas las de ganar. 

Su notoriedad está asociada con el bagaje de la Casa Blanca. Es probable que los republicanos la etiqueten con los mismos ataques contra la economía y la inmigración que han utilizado contra Biden. A diferencia de un posible sustituto externo, Harris tendría dificultades para mostrar una mayor distancia con Biden.

Los republicanos ya se están preparando para una posible candidatura de Harris en caso de que consiga la nominación y, con ella, el dinero para la campaña. El miércoles, el Comité Nacional Republicano publicó un anuncio en el que la calificaba de "facilitadora en jefe" y la culpaba del caos en la frontera. 

Con música siniestra, el anuncio pregunta: "¿Es esta la persona que queremos que sea presidenta?". El Partido Demócrata y sus donantes también tienen que responder a esa pregunta.

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