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Jesús Manuel Payno con el guion de la película 'El misterio de la Puerta del Sol'. JCR
Burgos Misteriosa

El pueblo de Burgos que escondía la primera película sonora de España

La primera película española sonora estuvo escondida durante décadas en Belorado, donde nació y vivió el productor del filme Feliciano Manuel Vítores

Sábado, 22 de junio 2024, 09:06

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Varias décadas después de que se rodara y estrenara la primera película sonora española de la historia, su lata apareció en Belorado, un pequeño pueblo de Burgos. Bien conservada, pero arrumbada en un desván. La dieron por perdida durante años.

Los mentores del Encuentro Internacional de Cine (Eninci) de Burgos la recuperaron y la volvieron a estrenar en el Gran Teatro. Paradojas de la vida, la última proyección en este mítico teatro cine de la ciudad fue la de la recuperación de la película. Un dato terrible. Una de esas paradojas de la vida que se enganchan en el tiempo. Una paradoja en una provincia donde el cine se siente en todos los rincones.

Recuerdos y nostalgia

Jesús Manuel Payno recuerda esa etapa con cariño y nostalgia. Él era el alma mater del Eninci, ahora desaparecido de los veranos culturales de la ciudad. Un ámbito necesariamente recuperable que duerme a a ver si una mente clara y unas manos ágiles lo resucitan.

'El misterio de la puerta del Sol' «es la primera película sonora española y el sistema que se empleaba entonces era el de una patente americana», apunta Payno. El productor era Feliciano Manuel Vítores.

«Era un empresario que viajaba por todo el mundo, logró los derechos para llevar a distintas provincias de España, no en todo, el sistema patentado. Y lo logró», añade.

El director, que entonces tenía un gran prestigio, «fue Francisco Olías». Y como actor, contrató al «famoso Juan de Orduña, que fue después director de cine. Y después, la música el padre de Emma Penella, que era valenciano». La película se estrenó en la España de entonces. Pero

Además de Juan de Orduña, intervienen Anita Moreno, Jack Castello, Antonio Barber o Teresa Penella. La película es una farsa cómica sobre los sueños de triunfo en el mundo del cine. Pompeyo y Rodolfo desean cambiar su vida gris en la imprenta por la de las estrellas de cine.

El robo de un esqueleto

Cuando el director americano Edwin Carawa llega a Madrid, ambos se presentan a una prueba. Dispuestos a alcanzar la fama a toda costa roban un esqueleto y simulan el crimen de Pompeyo. La muerte del supuesto finado a manos de Carawa dejará a Rodolfo sin coartada.

La película, que no fue ni mucho menos un gran éxito, quedó arrumbada en un desván de Belorado. El problema de que no pudiera exhibirse con normalidad se debió fundamentalmente a la incompatibilidad tecnológica del sistema de sonido Phonofilm con los que se estaban instalando mayoritariamente en las salas españolas, y como el productor no pudo o no quiso meterse en nuevos gastos para darle el paso sincrónico adoptado como estándar, la película solo pudo exhibirse en ciudades y pueblos de provincias, en cines que acondicionaba previamente con sus aparatos de proyección y amplificación.

Placa en Belorado. AE

El productor, poco menos que la secuestró porque las deudas eran casi impagables. Se quedó con ella y durante más de 50 nada se supo. El misterio de la Puerta del Sol supuso para el productor burgalés la ruina y el definitivo alejamiento de los negocios cinematográficos.

Película recuperada

El rescate de la película fue curioso. Payno explica que :«Nosotros, dentro del festival, estando en el Gran Teatro, nos llegó la hija de Feliciano con una película para que la viéramos. Y estuvimos intentando adquirirla, pero tampoco teníamos dinero para comprarla; entonces pedía dos millones de pesetas y nosotros no teníamos un dinero. Pero distintas filmotecas españolas, la catalana, la valenciana, la de Andalucía, y todos quisieron intervenir». Finalmente, se la vendió a la Filmoteca Nacional, a Ramón Rubio

La Filmoteca aseguró «que se había conservado muy bien por las características ambientales de Belorado». Payno explica que, durante un año y pico, la Filmoteca, que estuvo «reparando la película y pudimos reestrenarla en Burgos, y después en Belorado.

Ha llovido desde 2001. Y se estrenó en el Gran Teatro de Burgos, «que fue la última sesión que dio. Ya de entonces se cerró. Fue la última, la de la película. La última sesión», rememora con lamento Payno. Entonces, Julián Santamaría es nos había hecho aquel año, nos había hecho anteriormente el cartel de la XXV edición del Festival, del aniversario del cine español, porque él quería, en el año... Eso me parece que fue en el año 95 y 96.

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