El Gobierno pide a Madrid que pare las obras en Montecarmelo ante la posibilidad de que haya una fosa común

El Gobierno ha pedido al Ayuntamiento de Madrid que “se paralice cualquier actuación” en el barrio de Montecarmelo, donde se proyecta un mega cantón de limpieza, ante la posibilidad de que exista una fosa común con los restos de brigadistas internacionales, como ha revelado este martes EL PAÍS. Así lo ha manifestado el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, tras el Consejo de Ministros en el que se ha referido a temas de memoria democrática. Torres ha vuelto a exigir al Consistorio que se les entregue el informe realizado por una empresa madrileña contratada por el mismo Gobierno municipal para verificar si en la parcela donde se proyecta la obra hay o no una fosa común de la Guerra Civil. “Es un expediente del que estamos encima desde el ministerio, del que hemos requerido información al respecto”, ha dicho el ministro este martes.

La portavoz socialista en el Ayuntamiento, Reyes Maroto, también ha pedido al equipo de José Luis Martínez Almeida que se les envíe el informe que, como ha adelantado este diario, ya está en manos del Ayuntamiento. “Este informe desmonta todas las mentiras del delegado de Urbanismo y confirma que en esta parcela no se puede construir este equipamiento, como desde el Grupo Municipal Socialista y la vecindad hemos venido demandando”, ha afirmado Maroto en declaraciones recogidas por Europa Press.

Fuentes conocedoras de los resultados del estudio han confirmado a EL PAÍS que son “altamente compatibles” con una fosa común que puede contener restos humanos y, por ende, se recomienda un estudio arqueológico ―que implica cavar la tierra― para confirmar si lo que hay allí son huesos humanos. El estudio arqueológico ha sido contratado por el ministerio por un valor de 17.908 euros, pero no ha podido comenzar porque el Ayuntamiento de Madrid archivó la solicitud de ocupación del terreno. Pese a la información confirmada por este diario, el alcalde José Luis Martínez-Almeida ha dicho “desconocer el contenido del informe” y si este es definitivo este miércoles. EL PAÍS ha podido saber que no se trata de un documento provisional.

El 14 de mayo, Arqueoantro, la empresa adjudicataria del contrato estatal, recibió la notificación de archivo, en la que la Dirección General de Gestión Urbanística argumenta que faltan documentos para dar luz verde. La dirección pidió en dos ocasiones “la documentación específica que acredite que las actividades de excavación solicitadas cuentan con la autorización dictada en el seno del procedimiento establecido en el artículo 18 de la Ley de Memoria” y, al no recibirlas, denegó el acceso. El ministerio volvió a pedir el sábado una autorización al Ayuntamiento para que la empresa de arqueología entre en el terreno y haga sus excavaciones. “Se les ruega que no argumenten en aplicación de artículos dilatorios que, en este caso, no corresponden”, ha explicado el ministerio a este diario.

La plataforma No Al Cantón de Montecarmelo también ha pedido al Gobierno municipal que “permitan al Ministerio de Memoria Democrática realizar las catas sobre el terreno que tiene solicitadas”. “Los representantes vecinales exigen que el alcalde y a su mano derecha, el concejal de Urbanismo, Borja Carabante, respeten tanto a los vivos como a los muertos”, ha asegurado la plataforma este martes en un comunicado, en el que ha denunciado “opacidad” en el equipo de Gobierno. Hasta el momento, no han comenzado obras en la parcela, pero ya se han visto ingenieros forestales haciendo inventarios de la vegetación y operarios del Selur haciendo desbroce y limpieza.

Desde que en septiembre comenzó la movilización vecinal contra el cantón de Montecarmelo, otros sectores se han sumado al enfrentamiento con el Ayuntamiento. En noviembre, la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, a partir de múltiples fuentes documentales y de testimonios orales, dijo a este diario que tenía indicios de que en la parcela ubicada detrás del cementerio de Fuencarral ―dentro de la cual se proyecta el cantón― hay una fosa común con los restos de 451 brigadistas internacionales caídos durante la guerra civil. Los brigadistas fallecieron entre 1936 y 1937 y fueron enterrados en el cementerio de Fuencarral. Pero, en 1941, el franquismo ordenó que fueran exhumados y trasladados a una fosa común “del cementerio de esa localidad”, según consta en documentos digitalizados del Archivo de la Villa. Se desconocía su posible paradero, hasta ahora.