Fantasmas del pasado

09/09/2013 - 13h00

Ante los gritos " �la verdad es dura dura, Globo apoy� la dictadura!", que se oyen en las protestas, la reacci�n esperada de un gran medio de comunicaci�n ser�a: 1) ignorar la provocaci�n; 2) desmentirla; 3) intentar justificarse.
El domingo pasado, las Organizaciones Globo sorprendieron al no hacer nada de eso. El diario "O Globo" public� un editorial en el que reconoce que el apoyo dado al golpe militar fue un error.
"De hecho, se trata de una verdad, y, tambi�n de hecho, de una verdad dura", admite el peri�dico. El editorial cita el contexto de la �poca -Guerra Fr�a, radicalizaci�n del gobierno de Jo�o Goulart y la promesa de los militares de que ser�a una "intervenci�n pasajera"- para justificar el apoyo dado al golpe, llamado durante mucho tiempo "revoluci�n".
"Globo" subray� que, al estar de acuerdo con la intervenci�n militar, estaba "al lado de otros grandes diarios, como 'O Estado de S. Paulo', Folha, 'Jornal do Brasil' y el 'Correio da Manh�'". De hecho, de los grandes peri�dicos, solo "�ltima Hora", de Samuel Wainer, estuvo al lado Jo�o Goulart.
Solo que "Globo" dio su apoyo a la dictadura pr�cticamente hasta el final, lo que el peri�dico admite, aunque resalte que "siempre pidi� () el restablecimiento, en el m�s breve plazo posible, de la normalidad democr�tica".
"'O Globo' no tiene dudas de que el apoyo al golpe del 1964 fue para los que dirig�an el peri�dico en aquel momento la actitud correcta, mirando por el bien del pa�s. A la luz de la historia, con todo, no hay por qu� no reconocer, hoy, expl�citamente, que el apoyo fue un error, as� como fueron un error otras decisiones editoriales del periodo que siguieron a ese desacierto inicial", dice el texto divulgado en internet y en la televisi�n.
Es la primera vez que se ve tal acto de remordimiento en la prensa brasile�a. Se trata del principal grupo medi�tico asumiendo un error editorial -no de informaci�n- sobre un momento decisivo de la historia reciente del pa�s.
Globo hab�a ensayado algo parecido al incluir en el libro "Jornal Nacional, la noticia hace historia" (2004) valoraciones que pretend�an refutar dos acusaciones que pesan sobre la emisora: la de que hizo una mala cobertura de los comicios que ped�an las elecciones presidenciales directas y la que favoreci� a Fernando Collor en la edici�n del debate presidencial con Luiz In�cio Lula da Silva en 1989.
La diferencia es que en esos casos hab�a implicaciones que buscaban m�s alejar imputaciones de mala fe que la admisi�n de errores, en un tono muy diferente al asumido ahora.
Folha, el peri�dico m�s abierto a las criticas y el �nico, entre los grandes, que tiene ombudsman, nunca hizo algo parecido.
Con la pol�mica que se form� en torno al t�rmino "dictablanda", en 2009, el diario public� solo una nota en la que dec�a que el uso de la expresi�n en un editorial hab�a sido un error. "El t�rmino tiene una connotaci�n liviana que no se presta a la gravedad del asunto. Todas las dictaduras son igualmente abominables", dec�a la nota, cuyo t�tulo -"Folha considera que se equivoc�, pero reitera cr�ticas"- mostraba que el peri�dico estaba corrigiendo contra su voluntad.
El estruendoso mea-culpa global, que ocup� casi tres minutos del "Jornal Nacional", fue impulsado por las manifestaciones de junio. El texto que introduce el editorial "1964" asume eso, al decir que "gobierno e instituciones tienen, de alguna forma, que responder al clamor de la calle".
No importa tanto si hay otros intereses en esa autocr�tica, hecha la v�spera de los 50 a�os del golpe, o si hab�a mucho m�s que decir. Lo principal es darse cuenta de que se est� dando una explicaci�n al p�blico, que hoy, gracias a las redes sociales, tiene una capacidad in�dita de expresi�n -y de presi�n.
Es un primer paso del largo camino hacia la transparencia, que pasa por el respeto al "otro lado", por la obsesi�n con el equilibrio, por el reconocimiento r�pido de los errores cometidos y por los canales que permitan una critica constante.

Quien sabe si "el futuro ya comenz�", como dice el eslogan de fin de a�o de la emisora.

Traducido por MAR�A MART�N

Lea el art�culo original

	Fido Nesti
	Ombudsman