La relación Brasil-EE UU nació bajo la doctrina Monroe y cambió de paradigma en el siglo 20

Los lazos bilaterales cumplen 200 años este domingo

La decisión de James Monroe de reconocer la independencia de Brasil, en mayo de 1824, ocurrió en el contexto de la doctrina lanzada meses antes por el entonces presidente de los Estados Unidos. Bajo la justificación de alejar el riesgo de la recolonización, la llamada doctrina Monroe preconizaba que el hemisferio Occidental (o simplemente las Américas) debería ser parte del campo de influencia estadounidense.

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NATAL, RN, 30.11.2019 - Foto histórica muestra al presidente de los Estados Unidos Franklin Roosevelt (en el asiento delantero, a la izquierda) con el entonces presidente de Brasil, Getúlio Vargas (atrás, con corbata), en Natal (RN), en 1943. (Foto: Raul Spinassé/Folhapress) - Folhapress

La relación bilateral, que cumple 200 años este domingo (26), atravesó diferentes etapas, con momentos de mayor aproximación y otros de alejamiento —además de un cambio de paradigma en la década de 1960.

Durante buena parte del siglo 19 no estaba claro si la ambición de EE UU de sustituir a las potencias europeas como principal polo de poder en América Latina se concretaría. Al fin y al cabo, en aquella época era con el Reino Unido que los gobiernos latinoamericanos, entre ellos el Imperio de Brasil, mantenían sus principales lazos económicos y políticos.

En el caso específico de Brasil, según explica la profesora de la Unifesp (Universidad Federal de São Paulo) Cristina Pecequilo, la historia del relacionamiento bilateral nació aún bajo una contradicción peligrosa para el imperio: el mismo país que ayudaba a Brasil a consolidar su independencia de Portugal preconizaba ideales republicanos y de democracia (aunque en aquella época bastante limitada) peligrosos para un régimen esencialmente monárquico.

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