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“Para la gente creativa emocionarse es la única manera de hacer las cosas”

Los codiseñadores Miuccia Prada y Raf Simons, ambos igual de subversivos, imprevisibles y atentos a las contradicciones del presente cultural, explican con detalle a Afua Hirsch el proceso de polinización cruzada detrás de su nueva colección para Prada (que en esta ocasión lucen cuatro de nuestras actrices más impresionantes)

A Miuccia Prada no le gustan las colaboraciones. “¡Llevan una eternidad pidiéndome que haga alguna colaboración!”, exclama en su inglés con marcado acento italiano. “Siempre pareció tratarse simplemente de vender más; clichés, banalidad, pero nada de ideas. Nunca me interesó”. 

Wunmi Mosaku con mono elástico y guantes de piel, todo de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

Se encuentra sentada en su oficina en Milán junto a su nuevo colega, el codirector creativo de Prada, Raf Simons, mientras voy haciendo recuento de las contradicciones. No obstante, incluso sin la presencia de Simons aquí, en el centro neurálgico de la sede de Prada, seguiría quedándole claro a cualquier devoto que lo que le ha sucedido a la firma es sin duda una colaboración: desde febrero de 2020, momento en que se anunció por primera vez su asociación (provocando gran sorpresa e intriga), las señas de identidad de ambos diseñadores se han plasmado en todas las colecciones de Prada, resultando tan visibles a simple vista como el omnipresente logo triangular. 

Jessie Mei Li con abrigo de lentejuelas bordadas y jersey de cuello vuelto, todo de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

El dúo hasta el momento ha producido dos colecciones de mujer. La de primavera-verano 2021 (presentada a través de un desfile propio de la época de la Covid-19 emitido en vivo el pasado septiembre) fue una serie cuidadosamente seleccionada de siluetas minimalistas, faldas definidas y tejidos alegres. Entre tanto estampado monocromo y anoraks con bolso incorporado, la colección nos aportó un nuevo clásico de Prada: una glamurosa falda amplia con cinturón de seguridad de avión en la cintura –algo que de alguna manera consiguió ser tan propio de Miuccia Prada como del escultórico y espectacular Simons– irresistiblemente combinada con jerséis de cuello alto con perforaciones de lo más irreverentes. 

Simone Ashley con vestido de crepé, guantes de piel, bolso de pelo y botas de jacquard con plataforma; todo de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

En febrero, la casa italiana presentó su colección otoño-invierno 2021/2022 (que vimos aquí vistiendo a parte de la nueva generación de actores en nuestras pantallas) ofreciéndonos un diálogo interminable entre looks que oscilaban entre el colorido psicodélico y la sensualidad optimista, entre la armadura defensiva y las botas de plataforma estampadas de color púrpura. El conjunto, toda una oda multitextural al tacto, recordó a las colaboraciones de Prada con el teórico y arquitecto holandés Rem Koolhaas.

De qué manera exacta se unen estos dos diseñadores para crear conjuntamente estas colecciones (algo que intento sonsacar a Prada, de 73 años, y a Simons, de 53), eso sí, sigue siendo una cuestión gloriosamente esquiva. “Empezamos por el diálogo”, dice Simons. “Hablamos sobre la última temporada, hablamos sobre ideas y sentimientos, y a partir de ahí empezamos a hacer que vayan creciendo las cosas pequeñas. Pero todo comienza con un diálogo”. 

Enma Corrin, con abrigo de pana, polo de lana, jersey de cuello vuelto, guantes de piel, bolso de lentejuelas y botas altas de piel, todo de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful
«Color, sofisticación e imaginación, todo en uno», murmura Emma Corrin refiriéndose a la colección de Prada. La actriz protagonizará My Policeman, junto a Harry Styles, antes de asumir el papel de Lady Chatterley en una nueva adaptación a la gran pantalla del clásico de D.H. Lawrence. Desde que interpretó a Diana, la princesa de Gales en The Crown, Corrin se ha convertido en una estrella a la que no perder de vista.Emma Corrin con abrigo de lana con cuello de jacquard, falda y bolso de piel y jacquard, todo de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

“Eso es lo que hace que un diseñador sea bueno”, añade Prada. “Primero tienes que tener buenas ideas, y luego tienes que poder traducirlas. Cuando aún no tengo una idea precisa, siempre me pregunto ‘¿Qué es lo que de veras me interesa?’. Tal vez sea un lugar, tal vez sea un color, tal vez sea una emoción. Y después me fijo en el tejido y trato de entender por qué me siento atraída hacia algo. En un sentido práctico, se empieza por la estética. El proceso dura meses”. 

“La parte colaborativa”, añade Simons, “resulta fácil, fácil, fácil. Es muy fácil. La naturaleza de la manera en que diseñamos no está muy desconectada entre sí. Hay diseñadores que se sientan en un escritorio y se ponen a bosquejar y demás. ¡Ninguno de los dos somos en absoluto así!”. “Tenía la esperanza de que él pudiese hacerlo, porque yo no soy capaz”, dice Prada, riéndose. 

«¡Me encantan los guantes!», exclama Simone Ashley al ver el este look. «¿Por qué los guantes son tan sexis?». Esto es buena señal. Ashley, de 26 años, quizás sea más conocida por su papel como Olivia, la chica mala de Sex Education, pero muy pronto esta actriz de Surrey (Inglaterra), lucirá guantes (y capota) como nueva protagonista de la segunda temporada de Los Bridgerton. ¿Qué se siente? «Trato de no pensar demasiado sobre qué será lo siguiente. Me resulta más fácil sentirme agradecida... y darlo todo, sin más». Simone Ashley, con vestido de lentejuelas y punto, estola de pelo y lana, guantes de lana y botas de piel con plataforma; todo de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

Siendo como es una mujer cuyas apariciones se analizan al milímetro como inspiración de estilo, desde luego no decepciona en persona. Lleva la melena rubia hasta los hombros, dividida por sus suaves ondas laterales que dejan ver unos pendientes de piedras preciosas (quizás sea cornalina, que estimula la creatividad) engastadas en oro. Lleva un traje de pantalón de cuadros marrones y debajo una camisa rosa sin meter (hasta aquí, bien recatada) pero entonces llegamos al calzado: un par de sandalias peludas con perlas relucientes incrustadas de Miu Miu. 

“Me encanta el look”, dice Simons, que lleva unos pantalones negros ajustados, botas minimalistas y utilitarias hasta los tobillos y su característico jersey oversize, con un cuello azul de camisa asomando por debajo. La admiración es tan real como recíproca. 

Lo cierto es que no existen precedentes de dos diseñadores, cada uno de ellos tan exitoso por derecho propio (la firma de Raf Simons ya ha cumplido un cuarto de siglo y Prada no muestra signos de disminuir ni su influencia ni sus cifras de ventas) uniendo sus fuerzas de esta manera. La decisión surgió, según nos cuentan, tras un largo período de mutuo aprecio.

La diseñadora Miuccia Prada.Amit Israeli
El diseñador Raf Simons.Amit Israeli

“Solo me gusta un número muy pequeño de marcas, y Prada es una de las pocas que me pondría”, dice Simons, que al comienzo de su carrera se sentía incómodo llevando su propia marca, optando en su lugar por una dieta a base de Prada y Helmut Lang. Después, en 2005, la propia Miuccia Prada y su marido, el director ejecutivo del Grupo Prada Patrizio Bertelli, nombraron a Simons como director creativo de Jil Sander

“Eso es algo que nunca se olvida”, dice Simons. “Mi marca era vista como la vanguardia de la moda masculina, y Jil Sander era algo muy distinto. Vieron en mí algo que nadie más había visto – o por lo que nadie se había atrevido a arriesgarse”. Los dos continuaron siguiendo el trabajo del otro, hasta que se reunieron después de un desfile de Miu Miu en 2015 en Tokio y tuvieron lo que ambos describen como “una conversación abierta”. “Muy abierta”, enfatiza Prada. “Pensamos ‘¿qué podemos hacer?’. Jugueteamos con la idea de intercambiar nuestros papeles; yo a la cabeza de Raf Simons, él a la de Prada”, dice, de nuevo riéndose. 

Jessie Mei Li, con chaqueta de lana, jersey de cuello alto de lana, falda de lana, guantes de piel, botas altas de piel y bolso de piel y jacquard; todo, de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

“Fue algo muy osado, esta colaboración”, afirma Koolhaas a través de Zoom. “Encaja perfectamente con el interés de Prada por la experimentación y sigue resultando sorprendente: todavía no hay una sensación de rutina (o de nada que se le parezca), así que todo parece repleto de posibilidades”.

También explora la cada vez más relevante cuestión de qué significan hoy en día para la moda las colaboraciones. En esta antes inimaginable época en la que no solo Prada y Simons unen sus fuerzas, sino también Balenciaga y Gucci (si bien para algo descrito no tanto como colaboración sino como una suerte de “hackeo” aislado), resulta difícil evadir la conclusión de que ha habido un cambio profundo que se aleja de la idea del autor como un único genio creativo singular y dictatorial para aproximarse a un enfoque más comunal, tanto en lo que al diseño como a las marcas se refiere. (En la actualidad, Simons ejerce su papel como codirector creativo de Prada mientras sigue al frente de su propia firma, mientras que Prada mantiene su propia esfera de influencia en solitario en Miu Miu, donde Simons no desempeña ningún papel).

Linda Loppa, que contribuyó a la formación de Simons durante los 25 años que pasó al frente del departamento de moda de la prestigiosa Real Academia de Bellas Artes de Amberes, considera que la aventura emprendida por su antiguo alumno junto a Prada era algo prácticamente inevitable. “En realidad no me sorprende que sean Raf Simons y Prada quienes estén haciendo esto”, me cuenta Loppa, “porque estas dos personas en realidad no son las estrellas que esperamos que sean en su papel como diseñadores de moda. Son outsiders; han mantenido su personalidad y comparten parecer con respecto a cómo comportarse en una sociedad así de compleja. Estamos en un momento de cambios realmente importantes, y tenemos que reflejarlo en nuestra forma de trabajar”. 

Simone Ashley, con abrigo de pana, polo de lana, jersey de cuello vuelto, guantes de piel, botas elásticas con plataforma y bolso de piel, todo de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

La carrera de Simons ha estado salpicada de momentos sublimes basados en la cultura de los jóvenes más radicales: su colección Riot Riot Riot (2001) se inspiró en la generación postsoviética de los jóvenes de Europa del Este y su colección Techno Couture (2011) para Jil Sander, con Busta Rhymes como banda sonora y modelos irradiando una paleta de colores ácidos, fue aclamada como momento de transformación para la marca. 

Las cuestiones –si no las respuestas– que plantea el momento cultural y político son algo que ha servido de impulso tanto para Simons como para Prada a lo largo de sus carreras, y uno no puede sino sentir que es su interés común en tratar de armonizar sus contradicciones lo que motiva tanto su amistad como su trabajo juntos. Parecen disfrutar especialmente de escarbar en lo que les disgusta, sus miedos y sus inquietudes, ya se trate del lino, que ambos manifiestan odiar, o de algo más abstracto. “Primero odias algo, luego investigas el por qué odias ese algo”, dice Prada. “Eso es emocionante – y para la gente creativa emocionarse es la única manera de hacer las cosas”. 

Jessie Mei Li, con abrigo de pelo, de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

Lo que ahora mismo entusiasma a ambos diseñadores es la deriva hacia una política capitalista y populista. “La gente se está volviendo increíblemente conservadora”, afirma Prada. “Quiero hacer un desfile al respecto porque esa es la verdad”. Ni ella ni Simons dicen nada más, pero ambos intercambian miradas cómplices mientras indago sobre si su colección para primavera-verano 2022 satirizará a los movimientos de derechas. “Creo que a los dos nos interesa mucho tratar de entender el mundo y la manera en que está evolucionando”, dice Simons, “y cómo se refleja en la manera en que la gente percibe la moda y la ropa. Está cambiando mucho y es algo generacional”.  

Prada, que se ha pasado toda su célebre carrera trastocando tanto las expectativas como las ideas en torno al lujo, se hace eco de esas mismas ideas. “A través de mi trabajo muestro mis ideas”, dice. “Así que me tomo mi trabajo muy en serio”. Y después de más de cinco décadas en Prada, la idea de no hacer ese trabajo no es algo que se plantee. “¿Por qué hay que dejar de trabajar?”, cuestiona enérgicamente. “Estoy haciendo lo que quiero”.

Los modelos de Prada:

Simone Ashley

Simone Ashley, con vestido de lana y jacquard, guantes de piel y botas de piel, todo de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

“¡Me encantan los guantes!” exclama Simone Ashley al ver el este look. “¿Por qué los guantes son tan sexis?”. Esto es buena señal. Ashley, de 26 años, quizás sea más conocida por su papel como Olivia, la chica mala de Sex Education de Netflix, pero muy pronto esta actriz de Surrey, Inglaterra, que ahora reside en los Ángeles, lucirá guantes (y capota) como nueva protagonista de la segunda temporada del exitoso drama de época Bridgerton – vista en 82 millones de hogares, y la cifra sigue ascendiendo. ¿Qué se siente? “Todo el reparto y el equipo han estado trabajando muy duro”, dice. “Trato de no pensar demasiado sobre qué será lo siguiente. Me resulta más fácil sentirme agradecida… y darlo todo, sin más”. 

Emma Corrin

Emma Corrin, con abrigo de lentejuelas, jersey de lana, pantalón y guantes de lana; todo de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

¿Qué ‘nuevo comienzo’ del próximo otoño le hace más ilusión a Emma Corrin, de 25 años? “Fingir que volveré al colegio para comprarme montones de lápices afilados”, dice la actriz, con la extravagancia que la caracteriza. Por supuesto, Corrin es demasiado modesta como para mencionar sus próximos proyectos cinematográficos, aunque protagonizará My Policeman, ambientada en los años 60, junto a Harry Styles antes de asumir el papel de Lady Chatterley en una nueva adaptación a la gran pantalla del clásico de D.H. Lawrence. Desde que interpretó a Diana, la princesa de Gales, con inquietante exactitud en The Crown, Corrin se ha convertido en una estrella a la que no perder de vista, además de habernos cautivado con su presencia en la alfombra roja (ya sea en remoto o de manera presencial). “Color, sofisticación e imaginación, todo en uno”, murmura Corrin refiriéndose a la colección de Prada. 

Jessie Mei Li

«Este año he tenido mucho tiempo para mí misma, algo que de verdad necesitaba», dice Jessie Mei Li con respecto a prepararse para el próximo capítulo. Es decir: la fama. Desde su papel protagonista como Alina Starkov en Sombra y hueso hasta su próximo papel en la película de Edgar Wright Last Night in Soho, 2021 ha sido el año de esta actriz de 25 años. «No soy de las que planifican con antelación, pero espero formar parte de algunas cosas interesantes», dice. Jessie Mei Li con vestido de georgette y jacquard, jersey de cuello vuelto, estola de lentejuelas y pelo y guantes de ópera, todo de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

“Este año he tenido mucho tiempo para mí misma, algo que de veras necesitaba”, dice Jessie Mei Li con respecto a prepararse para el próximo capítulo. Es decir: la fama. Desde su papel protagonista como Alina Starkov en la exitosa serie de fantasía de Netflix Shadow and Bone´s (ya se está trabajando en la segunda temporada) hasta su próximo papel en la película de Edgar Wright Last Night in Soho junto a Anya Taylor-Joy, 2021 ha sido el año en el que esta actriz de 25 años ha llegado a nuestras pantallas. “No soy de las que planifican con antelación, pero espero formar parte de algunas cosas interesantes”, dice. “Me gusta no saber qué es lo que me espera”. 

Wunmi Mosaku

Este año los fans de Wunmi Mosaku están de enhorabuena. En marzo, esta joven de Manchester fue nominada al premio BAFTA a mejor actriz principal por su interpretación en Su casa, y participó en éxitos como Lovecraft Country y Loki. ¿Qué será lo siguiente? «Tengo ganas de que salga Call Jane», cuenta, refiriéndose a coprotagonizar junto a Sigourney Weaver una película «sobre los derechos reproductivos de las mujeres en la década de los 60». Wunmi Mosaku, con cárdigan de jacquard, estola de jacquard y pelo, polo de lana y diadema de lentejuelas; todo, de Prada.Fotografía: Rafael Pavarotti. Estilismo: Edward Enninful

Este año los fans de Wunmi Mosaku han estado de enhorabuena. En marzo, esta actriz de Manchester de 35 años (ahora residente en Los Ángeles) fue nominada al premio BAFTA a mejor actriz principal por su interpretación en Su casa (ya tiene un BAFTA televisivo en su haber), y participó en éxitos de la pequeña pantalla como Lovecraft Country y Loki de Marvel. ¿Qué será lo siguiente? “Tengo ganas de que salga Call Jane, nos cuenta, refiriéndose a coprotagonizar junto a Sigourney Weaver una película “sobre los derechos reproductivos de las mujeres en la década de los 60”.  Su misión es trabajar en proyectos cargados de significado y, ahora que la legislación en materia de aborto vuelve a someterse a examen, dice “Desgraciadamente no podría llegar en un momento más oportuno”.