Diseñado por Rem Koolhaas y AMO, el escenario con el que se ha presentado la colección masculina otoño-invierno 2021/22 de Prada –el segundo debut de Raf Simons como co-director creativo de la firma italiana comandada hasta la fecha en solitario por Miuccia Prada–, ha resultado ser casi tan importante como la ropa. Los bautizados como “no espacios” por la propia marca estaban separados únicamente por paneles de mármol, resina, yeso e, incluso, piel sintética cuyas bellas tonalidades (y la yuxtaposición de las mismas) cobraban vida cuando las diferentes salas intercomunicadas se fotografiaban desde diferentes planos.
Junto con las sugestivas imágenes aéreas de estas habitaciones de formas octogonales, circulares, rectangulares y cuadradas que ha compartido la marca, Prada incluía una nota de prensa que los describía de la siguiente manera: “Acogedores y seductores, pueden pretender ser tanto interiores como exteriores, duros y suaves, cálidos y fríos: simultáneamente ambos y ninguno, permiten una absoluta libertad de interpretación y expresión.” Un trabajo llevado a cabo por el conocido arquitecto neerlandés, galardonado con el premio Pritzker en el año 2000, junto con la Oficina de Arquitectura Metropolitana (OMA), una firma holandesa dedicada a la arquitectura contemporánea, el urbanismo y el análisis cultural que fundó él mismo en el año 1975.
“El tema general del diseño se centra en la estimulación sensorial. Al igual que los diseños presentados, los materiales utilizados y su disposición en el espacio hablan de una conexión más íntima con nuestro entorno, recordándonos que la moda y la arquitectura son más que un simple contenedor funcional; son una oportunidad para excitar y provocar activamente nuestros sentidos”, señalan desde Plataforma Arquitectura. Y es que cada una de estas habitaciones de diferentes formas geométricas están revestidas de materiales, tonalidades y texturas muy diferentes que generan contraste, ya no solo entre las paredes de una misma sala, sino entre unas y otras apelando, efectivamente, a los sentidos del que las observa.
No son pocos los que han señalado en redes sociales que este escenario guarda muchas similitudes con el de la primera colección para Dior del diseñador belga, la de Alta Costura otoño-invierno 2012/13, cuyas paredes revestidas de diversas flores en diferentes tonalidades –llevado a cabo por el florista Thierry Boutemy– creaban una experiencia táctil y visual similar a la que se obtiene de la mezcla de los suaves muros de pelo sintético con los brillantes y fríos suelos de mármol y resina. “Soy una persona moderna y creo firmemente que la idea de una flor puede estar relacionada con una arquitectura, un diseño o un concepto", explicaba en una entrevista a Vogue España en el momento de su debut.
Para terminar, la firma señala que el material utilizado en el set de este desfile digital se reciclará encontrando una nueva vida a través de instalaciones y pop ups alrededor del mundo, y que, finalmente, serán donados a Meta, un proyecto de economía circular con sede en Milán que ofrece soluciones sostenibles para la eliminación de residuos dentro de eventos efímeros mediante la recolección y recuperación de materiales para venta y alquiler. “Meta trabaja en colaboración con La Réserve des arts, asociación que ofrece un servicio de recogida y recuperación de materias primas y residuos de decoración de desfiles de moda, poniéndolos a disposición de profesionales y estudiantes del sector cultural”, terminan.
