Entrevista

Donde se mantiene la magia: así preserva Dior Héritage el legado del modisto francés

Hablamos con Perrine Scherrer y Soïzic Pfaff, directora y antigua directora de los fondos, sobre cómo funcionan los archivos de la maison
Así preserva Dior Hritage el legado del modisto francs

Una chaqueta entallada que evoca la línea trompe l’oeil de la primavera-verano 1949. Una sudadera con la bandera norteamericana que en realidad remite a un dibujo de Alexandre Sache que inspiró a Marc Bohan, para una tela de 1976. Realmente no somos conscientes de todo el trabajo de desarrollo que hay detrás de una colección. Ya no nos referimos solo a la intrincada labor de los talleres, sino también a todo el camino inspiracional que hay que recorrer para llegar a dar cuerpo a una propuesta. El desfile pre-fall 2024 de Dior es la enésima prueba del lugar fundamental que ocupan los archivos de una firma en todas las referencias que vertebran las prendas que luego llegan a las tiendas.

Cortesía de Dior

En el caso de la firma francesa, Dior Héritage lleva desde que se creó en los 80 nutriendo los moodboards de los diferentes diseñadores que han pasado por la dirección creativa de la casa. “En general, respondemos a varias de sus solicitudes de investigación, ya sea sobre un tema, una personalidad o un detalle artístico antes de las colecciones, y las alimentamos con múltiples archivos de investigación”, sostiene Perrine Scherrer, recién nombrada directora de los archivos. “También sucede que algunas de las piezas que tenemos físicamente en nuestra colección son consultadas por el estudio en busca de inspiración, ya que les mantenemos al tanto de nuestras nuevas adquisiciones”. En el caso de la última propuesta, por ejemplo, tomaron como punto de partida a la icónica Marlene Dietrich. De hecho, uno de los diseños de la propuesta es una nueva interpretación de un vestido en blanco y negro que la actriz llevó en su casa de Beverly Hills, como un tributo a Lucien Lelong, mentor de Christian Dior.

Imagen de Dior prefall 2024.TBULLER/ Cortesía de Dior
Marlene Dietrich con un diseño homenaje a Lucien Lelong (1935).ullstein bild Dtl./Getty Images

Cada director creativo ha abordado los fondos de la maison de una manera diferente. Cuando aterrizó Maria Grazia Chiuri pudo disponer de un gran número de estudios enfocados en temas concretos en los que quería profundizar. “Ella actúa como una comisaria de una exposición y primero pide examinar una amplia selección de piezas dentro de Dior Héritage. Después de verlas, elige unas pocas para inspirarse junto a sus colaboradores más cercanos”, comenta Soïzic Pfaff, que lideró los archivos desde 1996 hasta 2022 y sigue recibiendo a celebridades, prensa y contactos corporativos en los fondos. “Unas semanas después de mi llegada al departamento, di la bienvenida a John Galliano y su mano derecha, Steven Robinson”, recuerda. “Durante una semana entera quisieron consultar metódicamente todos los documentos históricos disponibles relativos a cada una de las 22 colecciones de alta costura creadas por Christian Dior, sus bocetos, carpetas de fotos, notas de prensa e incluso notas tomadas a mano para cada prenda adquirida entre 1987 y 1996”. El diseñador gibraltareño volvió varias veces para empaparse de los códigos de la casa, concretamente sobre el estampado de pantera y la figura de Mitzah Bricard, esencial para el propio Christian. A Raf Simons, más técnico, le interesaron especialmente las fichas de cada colección, con las que pudo examinar las muestras de tejido empleadas para cada prenda. “También solicitó información específica sobre bordados usados en las colecciones, y pidió prestadas varias piezas para mostrar a su equipo”.

A efectos prácticos, Dior Héritage funciona como un pequeño museo monográfico. Tanto su sede en París como los almacenes provinciales cumplen con los requisitos de almacenamiento textil obligatorios en un centro de este tipo. No faltan materiales específicos, como perchas anatómicas acolchadas o espumas que encajan a medida en las cajas. “Es muy importante gestionar el embalaje de nuestras piezas cuando entran a colección, y también cuando son enviadas, involucrando cada uno de ellos una cadena de proceso muy detallada y rigurosa”, describe Perrine Scherrer. La sección documental también es un auténtico lugar del tesoro que engrosa desde cartas y bocetos del propio Christian a los valiosos sets de prensa. “También es aquí donde tenemos los preciosos libros escritos por el propio Dior, Je suis couturier (1951), The Little Dictionary of Fashion (1954), y Christian Dior y yo (1956)”.

Cortesía de Dior

El origen de Dior Héritage

Los archivos, cuenta Soïzic Pfaff, fueron creados en el marco de la exposición organizada en el museo de las Artes Decorativas de París para celebrar el 40 aniversario de Christian Dior como sociedad. La muestra, inaugurada en marzo de 1987, cubrió los diez fugaces años de la carrera del modisto, hasta su repentina muerte. Desde finales de los 80 hasta 1996 una documentalista se encargó de organizar los fondos en tres grandes grupos. Por un lado, las prendas y accesorios adquiridos para la exhibición, tanto procedentes de subastas en Francia como en el extranjero y piezas de antiguos clientes. Por el otro, la parte gráfica, con fotos tanto de de las piezas como de la vida en los talleres del modisto, y eventos importantes de Dior, esencialmente desfiles que tuvieron lugar en esa primera década. La parte documental resultaba igual de esencial, con los dibujos de Christian, los bocetos de prensa ilustrando el modelo final, las notas de prensa y las fichas técnicas de colección. En colaboración con Gianfranco Ferré (responsable de la línea femenina por aquel entonces) y Patrick Lavoix (al frente de la masculina), también preparó el primer archivo que recogía los códigos de Dior, una hoja de ruta esencial para las etapas posteriores de la marca.

Soïzic Pfaff le tomó el relevo en septiembre de 1996. Inició un exhaustivo proceso de catalogación de documentación país por país, reuniendo notas de prensa, invitaciones y otros archivos relativos a la comunicación concerniente a cualquier evento de Dior que hubiese tenido lugar en cualquier país. Su llegada coincidió con otro hito, la preparación del 50 aniversario de la marca. “Ese año se caracterizó por un creciente número de solicitudes de préstamo para exposiciones específicas, pero también una oportunidad para preparar archivos temáticos en respuesta a peticiones numerosas de periodistas”, señala.

Retrato de Soïzic Pfaff.Sophie Carre/Cortesía de Dior

Desde hace varios años se archivan todas las creaciones que integran cada propuesta de prêt-à-porter y alta costura una vez que ha pasado la temporada, pero no siempre ha sido así. Hasta 1997 no pudieron tener la primera representación significativa de una colección de Alta Costura de la maison. Fue con el desfile de primavera-verano de aquel año, el debut de Galliano al frente de la Alta Costura. “Durante muchos años solo pudimos obtener un número limitado de looks por colección para el prêt–à-porter femenino”, añade Pfaff. Con el tiempo fueron ampliando los archivos de ropa y accesorios a través de las subastas y compras directas. El personal ha crecido en consonancia. “Gradualmente, hemos ido construyendo un equipo con perfiles específicos capaz de satisfacer varias misiones de Dior Héritage”, comenta Pfaff.

Para los apasionados de la archivística, la pregunta resulta esencial: ¿qué estudios se necesitan para trabajar en estos fondos? “Reunimos muchas profesiones diferentes, así que es difícil dar una respuesta precisa”, declara Perrine Scherrer. “De documentalistas a iconógrafos, pasando por gente que ha estudiado moda y alta costura. El perfil varía en función de la posición”. Entre los integrantes de Dior Héritage se encuentran dos responsables de la parte documental. Una persona se encarga específicamente de gestionar la conservación mediante fundas y cajas creadas ad hoc para las prendas más frágiles o voluminosas, y también para los accesorios históricos. “Poco a poco se fue conformando un equipo para organizar la gestión de los préstamos y el proceso de puesta a disposición de los mismos siguiendo estándares museísticos con el fin de asegurar su adecuada conservación”, matiza Soizic Pfaff. Cuando las condiciones no cumplen los requerimientos de Dior Héritage, especialmente en prendas de Alta Costura de los años 50, se crean reproducciones patrimoniales para que puedan ser expuestas en cualquier evento.

Cortesía de Dior

En los 28 años que ha estado al frente de Dior Héritage, Pfaff ha tenido en sus manos auténticas obras de arte. Pero si hay un diseño que reseña especialmente, ese es uno de los más reconocibles: el vestido Junon, de la colección otoño invierno 1949 de Alta Costura. Elaborado en tul de seda en un azul grisáceo, incluye una falda con pétalos bordados por Rebé que evocan el plumaje de un pavo real, en homenaje a la diosa griega que le da nombre. El diseño lo conocemos de sobra: Natalie Portman llevó una reinterpretación en el Festival de Cannes del año pasado y el museo MET (que posee otro ejemplar en sus fondos) ya lo ha expuesto al menos en dos de sus grandes exposiciones de moda, Manus x Machina y la actual, Sleeping beauties: Reawakening Fashion. “Siempre me produce una emoción especial abrir la gran caja en la que está guardado y retirar el papel que lo protege, ya que fue el primer vestido de gala que vi cuando llegué al departamento”, recuerda con cariño Pfaff. “Este vestido fue adquirido en la subasta del guardarropa de una importante clienta estadounidense, la señora Claire Newman, en 1989”. A nivel documental, esta especialista tiene también su favorito, y cita la página resumen de la ficha de la primera colección de alta costura creada por Dior en 1947: “Recuerdo sentir una ternura especial cuando ese documento tan fundamental volvió de restauración”, confiesa.

Vestidos ‘Junon’ y ‘Venus’ de Dior (1949).Taylor Hill

Natalie Portman con una recreación del vestido ‘Junon’ en Cannes (2023).

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