Entrevista

"La gente quiere que se le diga si deberían perdonar u odiar a John Galliano, pero yo no puedo dar esa seguridad”

Kevin Mcdonald dirige Auge y caída de John Galliano, el documental que explora todos los matices de la vida del genio, truncada por las adicciones y el antisemitismo
Documental Auge y caída de John Galliano
Nicholas Matthews/Cortesía de Filmin

“Lo que hice fue repugnante, asqueroso”, sentencia John Galliano. Bastan unos pocos minutos de metraje de su nuevo documental para introducir su vida con el hecho más polémico y comentado de toda su carrera. A pesar de llevar diez años en una relativa sombra (al menos hasta ahora) al frente de Maison Margiela, su imagen pública aún lastra los ataques antisemitas que provocaron su cese como director creativo de Dior. Auge y caída de John Galliano es una producción que revisita sin ningún miramiento esos insultos que el diseñador gibraltareño profirió en 2011 contra varias personas en el café La Perle de París. La narrativa del proyecto recoge el reiterado mea culpa que entona el modisto en su alegato, poniendo en antecedentes al público sobre el contexto que rodearon aquellos sucesos. “La película te pide que tomes una decisión, porque se te presenta la evidencia sobre él, su figura y lo que sucedió entonces y en el resto de su vida, y tienes que decidir por ti mismo qué pensar al respecto”, sostiene Kevin McDonald, director del documental. “Quería que plantease preguntas, no necesariamente que proporcionase respuestas”.

La sensación que genera la trama no puede ser más ambivalente, y se mueve entre el horror por los hechos y la admiración por el genio del que es para muchos uno de los talentos más desbordantes del s. XX. El documental, que comparte título con la biografía cruzada que Dana Thomas escribió sobre John Galliano y Alexander McQueen, llega en un momento de popularidad en alza para el creativo. El viral desfile de Alta Costura que presentó en enero ya está siendo desgranado en distintas premieres, y su nombre ha sido uno de los más reiterados en la alfombra roja de la Met Gala 2024. Como señalaba The Cut, una exposición monográfica en el MET de Nueva York sería la culminación de su regreso definitivo. Mientras la decisión al respecto se encuentra en pausa indefinida por la junta del museo, el respaldo de las celebridades se ve como una muestra del perdón público que los poderes fácticos de la moda parecen querer concederle. La propia Thomas hablaba en su newsletter de una estrategia metódicamente orquestada dentro de la industria para des-cancelar a Galliano, con el documental como último paso de dicha campaña de rehabilitación. “No puedo pensar en nadie que haya pasado por un desastre así en su vida y haya vuelto a ese nivel de nuevo”, comenta McDonald. “Creo que es un reflejo de su resiliencia”.

Nicholas Matthews/Cortesía de Filmin

Aunque la producción se haga eco de su expiación, ese no era el objetivo del oscarizado cineasta, que estuvo casi un año en conversaciones con Galliano, hasta que aceptó participar. “Siempre pretendí que fuese un relato equilibrado que mostrase todas las facetas de esta compleja situación humana. No quise que se viese como una historia de redención”, confiesa McDonald para Vogue España. “Creo que hay muchas reacciones, a algunas personas al final les gustó [el diseñador], a otros no. Algunos piensan que es un adicto y que debe ser perdonado por ello. Para otros no ha pedido suficiente perdón. Para mí, eso es lo que lo hace interesante” sostiene. “La gente quiere que se le diga si deberían perdonarlo u odiarlo, pero yo no puedo dar esa seguridad”.

La libre interpretación a la que invita el documental se fundamenta en una narrativa que trata de poner todas las cartas sobre la mesa. Por un lado, el diseñador se sincera, haciendo un repaso por su complicada infancia, con un padre estricto que podía ponerse violento. También cita su problema con el alcohol y las drogas y la sensación de necesitar escapar tras cada desfile. De hecho, da igual que pensemos en su debut con los Incroyables, en su princesa Lucrecia (encarnada por Kate Moss) huyendo de Rusia o los viajes a Japón o Egipto de sus colecciones de Alta Costura de Dior. La tónica de Galliano en sus desfiles es siempre la gran evasión. “También en su vida. Es la clave para entenderlo”, añade McDonald.

Nicholas Matthews/Cortesía de Filmin

Uno de los tabúes con el que también se contextualiza al gibraltareño es la presión a la que están sometidos los diseñadores, cuya productividad tiene que ser tan creativa como beneficiosa para los ingresos de la multinacional que lo contrata. En el filme se citan las más de 30 colecciones al año que tenía que hacer, incluyendo las diferentes temporadas de Dior, su Alta Costura y las propias propuestas de su marca homónima. “Creo que una de las partes más interesantes del documental es escuchar a Sydney Toledano [CEO de Dior cuando Galliano estaba al frente de la maison] decir que John eligió hacerlo así. Es correcto, pero al mismo tiempo, como persona creativa y obsesiva, no iba a decir que no al control que pudiese tener. Supongo que ahí radica el deber de diligencia, como lo llaman, que una compañía tiene con su empleado”, señala el director escocés. En este punto la trama se hace eco de la muerte de Alexander McQueen, un caso con el que Galliano reconocía sentirse identificado. “Es un problema en la moda. Ser creativo no es como presionar un botón, que puedas comenzar o detener. Es un intangible poco fiable que varía y exaspera. Cuando intentas conectar eso a un modelo de negocio o una industria, a menudo recibes mensajes de error”, opina McDonald.

Los incidentes en París fueron el desencadenante de una bomba de relojería que ya no podía pasar desapercibida entre esas excentricidades perdonadas por su genio indiscutible. Cuando le preguntamos al director cómo fue la experiencia de revivir con Galliano esos vídeos, reconoce que al diseñador le costó al principio hablar, pero que luego lo agradeció. “Fue muy traumático para él. Al mismo tiempo, John dijo que fue el peor momento de su vida, pero también el que le salvó, porque si no hubiese sucedido, probablemente habría muerto semanas después por el alcohol y las drogas que estaba tomando”, comenta. No era la primera vez que pasaba el trance: ya en 2013, en la primera entrevista que concedió tras el despido de Dior, reconoció que era lo peor que había hecho en su vida y que acabó vomitando cuando le enseñaron las grabaciones. Tras el juicio, la pena estimada en unos 22.000 euros quedó reducida a una multa de 6.000. Además, pasó unos meses en un centro de rehabilitación, en Arizona. El hiato creativo le duró tres años: el empresario Renzo Rosso, fundador del grupo OTB, anunció a bombo y platillo su nombramiento como director creativo de Maison Margiela. Aunque el fichaje era polémico, también fue de lo más lucrativo, ya que en los cinco primeros años del cargo consiguió doblar los ingresos de la marca.

En el documental, la contrapartida a las declaraciones de Galliano radica, entre otros, en el testimonio de las víctimas, el mayor reto de conseguir, según reconoce McDonald. “Intentamos que hablasen personas que no habían perdonado a John, pero fue un complicado porque nadie quiere aparecer en cámara como alguien que no perdona”, sostiene. El documental incluye a Philippe, una de las tres personas atacadas por el diseñador. “Fue conmovedor hablar con él porque se trata de alguien cuyo suceso con John ha sido un catalizador para que muchas cosas vayan mal en su vida. No quiso especificar exactamente lo que le sucedió, pero creo que es un hombre que no se encuentra bien”, opina. “Estoy muy contento de que esté incluido porque quería, como dije, mostrar el impacto que esto puede tener. No se trata solo de Galliano o de lo que hizo en su carrera. Se trata de las otras personas que realmente se vieron afectadas”.

El abanico de voces que incluye el documental es completísimo y ayuda a dar profundidad a esos matices de grises. No faltan colegas de profesión, como Amanda Harlech (por la que empezó a cortar al bies) o la modelo Amber Valletta. Tampoco celebridades a las que vistió, como Charlize Theron o Penélope Cruz. Robin Givhan, periodista del Washington Post, y Vanessa Friedman, del New York Times, también profundizan en esa parte del sello gallianesco más controvertido, que igual podía inspirarse en las personas sin hogar de París para un desfile que vestirse como un judío jasídico dos años después de los ataques antisemitas. McDonald reconoce que le hubiese gustado conversar con algunas personas más con las que trabajó, pero en líneas generales, se muestra bastante satisfecho con los perfiles incluidos. ¿Su mayor sorpresa? Kate Moss, la responsable de la rehabilitación creativa de Galliano gracias al vestido de novia que le pidió. “No suele conceder entrevistas, y fue una charla conmovedora. Creo que hay algo muy sincero en ella”, cavila. Viendo el documental, razón no le falta.

Nicholas Matthews/Cortesía de Filmin

Auge y caída de John Galliano se estrena en cines el 10 de mayo.