No era la primera vez que veníamos a este restaurante. De hecho . antes de la pandemia solíamos ir bastante al restaurante de los mismos propietarios ,Kokukichen Ramen en la carrer d'en Carabassa. Siempre contentos con el servicio y comida. Hoy nos hemos llevado una decepción enorme, no solamente con la comida si no con el trato recibido por uno de los propietarios del negocio. Concretamente pedimos mi pareja y yo: de entrante 1 tapa de gyozas vegetarianas, 1 tapa de gyozas de carne , una ensalada de alga wakame con pepino y de principal un butadon ( arroz con carne de cerdo) y un padthai de gambas. Ya notamos que había bajado la calidad de las gyozas con respecto a la última vez que habíamos ido pero lo peor aun estaba por llegar cuando nos sirvieron los platos principales. El cerdo del butadon estaba bastante duro y con un condimento extraño.. pero el pad-thai simplemente incomestible, era una especie de plasta , los tallarines estaban pasados de cocción , era simplemente un mazacote , y el sabor extraño , en cuanto a las gambas insignificantes ( muy pequeñas y cortadas por la mitad) no me lo pude comer. Lo más indignante fue la actitud del propietario que aun viendo el plato intacto no fue capaz de preguntar si había algún problema, e incluso cuando le dije que el plato no estaba bien simplemente se limitó a cobrarme la cuenta sin hacer ningún comentario . En resumen la comida mala y el trato lamentable.