Es un hotel muy agradable, bien ubicado, en un barrio residencial pero a 50 metros del metro estación Muntaner. La recepción bonita, el personal muy educado, agradable y servicial y nos apoyaron guardando el equipaje por más de un día para poder salir a una breve escapada a la Costa Brava. La habitación en el ático (penthouse)un poco extraña con la ventana en el techo, pero este detalle la hace peculiar de buena manera. Es amplia, cómoda, con un buen baño y tiene el detalle de un escritorio, una salita y máquina Nespresso con cápsulas de cortesía.Seguro volvería.