Alojarnos en este hotel ha sido todo un acierto. El exquisito chocolate con la forma del logo del hotel y la copa de cava con la que te obsequian al llegar, es toda una declaración de intenciones de lo que es el Serras. Elizabeth, nos recibió con una gran amabilidad y cercanía, y nos acompañó por las diferentes estancias del hotel, además de hacernos unas recomendaciones estupendas de restaurantes para ir a cenar; su trato cercano y cálido nos encantó; y pudimos comprobar que esta simpatía y buen hacer son marca de la casa. Carla Serra, la Operarions Manager, también se mostró encantadora con nosotras y el detalle de dejarnos una nota de bienvenida escrita a mano en la habitación, fue todo un detalle. Y finalmente, destacar a la responsable de los desayunos, Sandra, por su trato excelente, profesionalidad, simpatía y calidez. Gracias a ella pudimos disfrutar del mejor desayuno que hemos comido nunca; todo súper cuidado con esmero y sobre todo, con mucho mimo. Sin dida alguna, volveremos a Serras Hotel.