hotel sencillo, limpio, cómodo, habitación chica pero completa, con heladera. Está en medio del barrio histórico de Barcelona, en una calle que apenas cabe un auto, al punto que algunos taxis te querrán dejar en la esquina por lo angosta de la calle.
Atención muy amable, resolvieron todos los problemas, el ultimo día pudimos dejarles las valijas hasta la tarde y luego usar un baño limpio y cómodo antes de retirarnos.
Ubicación excelente si se quiere conocer el casco histórico de la ciudad. Y muy cerca de la costa, el puerto, y la playa, lugares para visitar a pie. También está a 200 metros de la Gran Vía.