Servicio amable y atento, el vino blanco no estaba muy frío y al comentarlo, de inmediato Miquel nos trajo otra botella de una nevera que llevaba al menos 2 días.
Pedimos el menú de 39€, los mejillones a la marinera no nos convencieron por la salsa. Las croquetas muy normalitas, el arroz del señorito bueno. Tienen un local ambientado espectacular, unos controladores de temperatura de paellas alucinantes! Sugeriría algún/a expert@ de arroces nacionales. Repetiría? Le daría otra oportunidad.
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