Decepción con la tematizacion del local. La publicidad anuncia que si eres fan de Dragón Ball no te lo puedes perder. Que va, paredes con una pintura que necesita un repaso ya. Unas cartas con careta incorporada para hacer foto. Unos platos que no están mal, pero pagar 13€ por un bao bao de rabo de toro es un despropósito. Fuimos al local ya que nuestro hijo, fan de Dragón Ball, le hacía mucha ilusión. Pero pagar 102€ por 2 adultos y 2 niños es una barbaridad. La comida fue: edamame, 4 yozas, oniguiri atun y huevo, hamburgesa y ramen. Postre la bola de Dragón. Casi 6 euros por una bola de helado de la medida de una pelota de golf. En fin. Nada recomendable y una tomadura de pelo.
Lo único bueno: la ilusión de nuestro hijo. El muy contento con el sitio pero la valoración calidad precio es una tomadura de pelo.