20 paisajes para soñar con la Costa Brava
Montañas, playas, calas, miradores, senderos y hasta ruinas romanas y griegas... A los paisajes de la Costa Brava no les falta ningún detalle.
Porque la Costa Brava es mucho más que una zona costera que va desde Blanes a Portbou, es tradición, una cultura de mar y una forma de vida. Son barquitas descansando en un mar en calma, buganvillas que trepan por una casa de piedra, una camisa de lino y unas espardenyes, niños jugando en las calitas de Cadaqués…
214 km de tierra donde el mar y la montaña crean un relieve de paisajes agrestes y bucólicos. Es tierra de artistas, de habaneras y de arroces (¡qué bien sabe el de mar i muntanya después de un día de playa!); descansan aquí yacimientos ibéricos, griegos y romanos, y sobreviven algunos de los parques naturales más bonitos de Europa. Las Illes Medes, el Parc Natural del Cap de Creus o el Parc del Aiguamolls de l’Empordà son algunos de ellos.
Vamos a descubrir algunos de sus mejores paisajes, ¿te vienes con nosotros?
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Turismo Costa BravaCadaqués
Dicen que el viento de Tramuntana trastoca a quienes conviven con él, pero bendita locura si éste te pilla en el pueblo de Cadaqués, porque no hay nada más bonito que pasear por sus callejuelas empedradas o bañarte en sus calas de aguas calmadas en un día de verano. Después de una carretera de curvas que nunca acaba, aparece por sorpresa, blanco e impoluto, este pueblo encajado entre el Puig de Paní y el Puig de Bufadors. Es, sin duda, uno de los pueblos más bonitos de la Costa Brava, por eso no es de extrañar que de él se quedara prendado para siempre Salvador Dalí.
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Calella de Palafrugell
La temporada de verano viene marcada por el canto de habaneras en la playa de Port Bo de Calella de Palafrugell. Esta tradición se cuenta desde 1966, cuando un grupo de amigos empezaron a cantarlas en Can Batlle, un punto de reunión en el barrio pesquero más antiguo de Calella. Así que no empieza el verano hasta que no llegas a Calella y te das un baño en sus calitas y miras el mar desde les Voltes de Port Bo o disfrutas de un suquet de peix. ¿Quieres recorrerla sin perderte nada? Sigue nuestros pasos.
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Cap de Creus
Al norte del golfo de Rosas y bien cerca de Cadaqués se encuentra este Parque Natural de formas caprichosas. Los vientos le han dotado de una apariencia singular con formas rocosas y abruptas, con pequeñas calas de piedra donde parece que el tiempo se detiene. Lo reconocerás por su faro, el segundo más antiguo de Cataluña, de 87 metros de alto. Punto clave de inspiración para artistas, escritores y directores de cine. ¿Ejemplos? Salvador Dalí y El gran masturbador; o lugar de rodaje de El faro del fin del mundo, con Kirk Douglas y basada en la novela homónima de Julio Verne.
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Illes Medes
Hace 20 años que el archipiélago se convirtió en Parque Natural del Montgrí, las Islas Medas y el Bajo Ter, hecho que ha propiciado su recuperación. Este espacio protegido de 23 hectáreas y, de valor incalculable, conserva una de las biodiversidades más importantes del Mediterráneo y es una de las calas escondidas más mágicas de Costa Brava. Les Illes Medes son el sello de l’Estartit, un municipio de la Costa Brava muy popular entre submarinistas. Porque además de un fondo marino vivo, se hallan numerosas cuevas y túneles subterráneos, así como dos barcos naufragados: el Reggio Mesina, en 1991, y el barco Avvenire (también conocido como Marmoler) que naufragó en cala Montgó en 1971.
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Jardí Botànic Marimurtra (Blanes)
El Jardín Botánico Marimurtra fue el sueño del naturalista Carl Faust, un alemán que llegó a Barcelona por motivos comerciales y se acabó enamorando de este rincón del pueblo de Blanes. Asesorado por botánicos europeos y catalanes, e influenciado por las teorías naturalistas de Johann W. von Goethe, creó esta joya paisajística al que se dedicó plenamente al cumplir los 50 años. Cuando murió cedió a la localidad su legado. El jardín tiene una de las cúpulas más bellas del Mediterráneo, que además cuenta con las vista de la Cala Sa Forcanera, una calita de aguas turquesas entre montañas.
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Llafranc
El pueblecito de Llafranc está situado en el corazón de la Costa Brava y es uno de los más pequeños. Pero a encanto no le gana ninguno. La bahía de Llafranc, su paseo, el puerto y el cabo de Sant Sebastián hacen de este pequeño núcleo uno de los más prestigiosos del Mediterráneo.
Llafranc pertenece al municipio de Palafrugell, y ha sido destino popular de artistas y personajes famosos desde hace más de 50 años. La imagen no engaña: su arena fina bordea un agradable paseo que llega hasta su puerto náutico. No te pierdas la iglesia de Santa Rosa de Lima, su prensa de vino romana al lado, y el cabo de Sant Sebastián al norte. En este punto se encuentra el Conjunto Monumental de Sant Sebastià de la Guarda, formado por el faro de Sant Sebastià, la torre de vigía, la ermita y el poblado ibérico restaurado. También es un buen punto para emprender el camino de ronda en dirección a Tamariu, pasando por la cala Pedrosa, o para ir en la búsqueda del dolmen de Can Mina dels Torrents.
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Illa Roja (Begur)
Begur es uno de los pueblos más bonitos de la Costa Brava, tan solo te bastará poner un pie para entenderlo. Su casco histórico nos invita a viajar hasta la Edad Media desde lo alto de su Castillo, o hasta la época colonial con las casas que hicieron los indianos, aquellos que volvían después de haber hecho “las Américas”. Más tarde también se vivió la época dorada de Hollywood. Aún hay quien puede contar historias del paso de Ava Gardner por este mágico lugar. Las calas y playas de Begur son todo un espectáculo, sus casas con puertas de colores, muy típicas de esta zona, te enamorarán. Nos quedamos en la Illa Roja, cala nudista de 180 metros, cuyo nombre hace referencia a la gran roca de color rojizo que la preside. Pero hay más: Aiguablava, Fornells o Sa Tuna son tres de las más bonitas. Un consejo: deja que el Camí de Ronda te guíe y encuentra la tuya.
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Tamariu
Entre Begur y Calella de Palafrugell se encuentra este antiguo asentamiento de pescadores que en los 60 comenzó a recibir artistas como la bailaora Carmen Amaya. Lleno de encanto e intacto, la belleza de Tamariu reside en sus playas y calas, perfectas para los que disfrutan en el mar haciendo kayak, paddle surf o esnórquel. Cuenta con su playa principal en la Bahía de Tamariu, pero también con algunas más recogidas como Cala Els Liris, más al sur, o la Cala de Aiguadolça al norte. Nuestra recomendación es que sigas el Camí de Ronda desde Tamariu hasta el Far de Sant Sebastià para que puedas admirarlas todas.
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Jardí Botànic de Cap Roig (Palafrugell)
Los Jardines de Cap Roig son una visita obligada durante todo el año, aunque especialmente en primavera. 17 hectáreas y más de 1.000 especies botánicas de todo el mundo esperan en un enclave que, cada verano, se llena también de música con el Festival de Cap Roig. Fue en 1927 cuando el coronel ruso Nicolai Woevodsky, amante del dibujo y de la arquitectura, junto a su mujer inglesa, Dorothy Webster, decoradora y aficionada a la jardinería, buscaron un lugar en la Costa Brava donde hacer su sueño realidad: construir un castillo con un bonito jardín. Y así fue hasta 1975, cuando al morir lo dejó como legado al mencionado pueblo de Calella de Palafrugell.
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Las ruinas de Empúries (L' Escala)
Empúries fue la puerta de entrada de la cultura griega y romana en la Península Ibérica. Fundada en el 545 a.C, fue una de las ciudades más importantes del Mediterráneo. El yacimiento se encuentra en el municipio de l’Escala, justo frente al mar. En él se pueden visitar los restos de una ciudad griega —el enclave colonial de Emporion— y de una ciudad romana, la antigua Emporiae, creada a inicios del siglo I a. C. sobre las estructuras de un campamento militar romano instalado durante el siglo anterior. Los mosaicos de las viejas casas señoriales, la escultura de Asclepio, el dios griego de la medicina, o el imponente foro romano son tres de sus grandes reliquias. Las ruinas de Empúries son visitables y se encuentran en el Museo de Arqueología de Cataluña (MAC).
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Sant Feliu de Guíxols
¿Dónde está la Cala del Peix? Esta recóndita cala de una belleza -que salta a la vista- se encuentra en el municipio de Sant Feliu de Guíxols y recibió su nombre en 1912 porque quedó encallada una enorme ballena de 8 toneladas.
Además de esta cala, Sant Feliu de Guíxols cuenta con importantes recursos marinos, como la zona de la cala Ametller, la punta de Garbí y la cala Vigatà, que por su riqueza ecológica son un paraíso para los submarinistas.
Pero hay mucho más: a Sant Feliu de Guíxols hay que ir a comer buñuelos de cuaresma, probar el suquet d’anxoves (guiso de anchoas y patatas), el bacalao y el peixopalo (bacalao seco sin salar; visitar su Monasterio, ascender por su Vía ferrata y conocer el espacio Carmen Thyssen.
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Lloret de Mar
Más allá de la popularidad del Lloret de Mar como destino turístico de verano, el pueblo guarda un encanto especial. Hay varios motivos por los que visitarlo, el primero de ellos es su recién estrenado Castillo d’en Plaja, que desde este 2023 ofrece una experiencia sensorial inmersiva con la que quiere atraer a más de 100.000 visitantes al año.
El segundo motivo, son sus Jardines de Santa Clotilde, un vergel novecentista situado entre la cala Boadella y la playa de Fenals. No nos olvidamos tampoco de la Iglesia parroquial de Sant Romà (seguramente te habrá llamado la atención en la imagen), una construcción ubicada en el casco antiguo del pueblo construida en honor al patrón de Lloret de Mar. Es todo un ejemplo patrimonial que refleja dos épocas de construcción y arquitectura muy diferentes: el gótico y el modernismo.
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Peratallada
Peratallada no tiene mar, pero tampoco le hace falta. En mitad del corazón del Empordà, a escasos kilómetros de las calas de Begur y Llafranc, se encuentra este pueblo medieval declarado Conjunto Histórico, ya documentado en el siglo X. Por sus callejones empedrados, de carácter feudal, llegarás hasta su castillo con su torre del Homenaje y palacio, también a una muralla perfectamente conservada y hasta un foso excavado en la roca. Hoy en día sus vecinos lo han convertido en un lugar perfecto para una escapada, sobre todo si te gusta la naturaleza, la artesanía y comer bien.
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Port de la Selva
Desde Cadaqués por la Sierra de Rodas, se llega hasta Port de la Selva, otro de los pueblos pesqueros más bonitos de la Costa Brava. Tiene muchos encantos, uno de los más importantes es el Monasterio de Sant Pere de Rodes, ubicado a más de 500 metros de altitud. Además de por su historia conviene llegar hasta aquí para admirar todas las vistas de la bahía. Algo más elevado, a 600 metros de altura se encuentra el Castillo de Sant Salvador de Verdera, cuya historia se remonta al siglo X. Si eres más de calas y playa, Port de la Selva cuenta con algunas poco conocidas y tranquilas, como Cala Serena, Platja d'en Balleu o la Platja de la Tamariua.
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Bahía de Roses
La bahía de Roses tiene más de 3.000 años de historia, una que siempre ha mirado al mar, al que se ha dedicado en cuerpo y alma. Está situada en un entorno natural único: al norte de la Costa Brava, a menos de 30 km de la frontera francesa, a 65 km de Girona y a 160 km de Barcelona. Es puerta de entrada del Parque Natural del Cap de Creus, sus orígenes se remontan al siglo VIII a.C., con llegada de los rodis y la fundación de la ciudad griega de Rodes.
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Vila Vella (Tossa de Mar)
Declarado Monumento-Histórico en 1931, la Vila Vella es uno de los emblemas de Tossa de Mar. La fortificación a 70 metros de altura, permite hacerse una idea de cómo fue la vida en la época medieval en este lugar del Mediterráneo. Hoy en día las murallas siguen prácticamente intactas y cuentan con 7 torres de vigilancia.
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Cala S'Alguer (Palamós)
¿Será esta la cala más bonita de la Costa Brava? La respuesta a esta pregunta la dejamos en tus manos pero te vamos a contar por qué creemos que sí. La Cala S’Alguer no es ningún secreto, son muchas las personas que deciden visitarla a lo largo del año. Su secreto es una perfecta combinación de mar, montaña y complejo urbano o barrio pesquero. Las pocas casas que la decoran son un complemento más en el paisaje, que además alegran la vista con sus puertas de colores. Quizá por ese motivo fue declarada Bien de Interés Cultural en 1972. ¿Te apetece visitarla? Aquí tienes la ruta.
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Pals
Junto a Peratallada, Pals es el otro municipio medieval con más fama en la Costa Brava. A pocos kilómetros de Begur, en tu visita encontrarás una torre románica construida entre los siglos XI y XIII, conocida como la Torre de les Hores, una iglesia, los restos del castillo y su muralla. Las calles empedradas y los edificios de piedra te llevarán hasta el mirador de Josep Pla, uno de sus escritores ilustres, desde donde se pueden contemplar las Illes Medes. Como curiosidad, Pals es conocido por sus arrozales y sus arroces. Si vas a comer arroz, éste es tu sitio.
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Monasterio de Sant Pere de Rodes
Imponente sobre el Parque Natural del Cap de Creus, se alza el Monasterio de Sant Pere de Rodes, uno de los testigos mejor conservados de la arquitectura románica catalana.
Desde el siglo XI al XIV fue el principal centro espiritual del condado de Empúries y su esplendor se muestra en las grandes dimensiones de su conjunto. Admirarlo desde la sierra de Rodes es todo un espectáculo, pero a eso nos referíamos cuando hablábamos de “paisajes para soñar con la Costa Brava”.
Poco antes de llegar, se encuentran los restos del pueblo medieval de Santa Creu de Rodes, entre los que destaca la iglesia de Santa Helena de Rodes. Puedes organizar tu visita en su web oficial, actualmente es un punto cultural muy activo en la zona.
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Casa-museo de Salvador Dalí (Portlligat)
En una pequeña bahía situada en el Cap de Creus, a pocos kilómetros de Cadaqués, se ubica Portlligat. La magia y la belleza de este pueblo de pescadores cautivó a Salvador Dalí en 1930, cuando decidió instalarse en una de sus casas. Aquí vivió hasta la muerte de Gala en 1982. Reconvertida en Casa-museo es una visita obligada en la que, por supuesto, no faltan excentricidades: magníficas obras, piezas de taxidermia, los huevos icónicos, surtidores en forma de cisne, el sofá en forma de labios, los carteles de Pirelli, y un interminable etcétera que debes ver con tus propios ojos.
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