Qué ver en Mánchester, la ciudad industrial que hace vibrar a Inglaterra

Una escena gastronómica rompedora, innovadores proyectos culturales y un estreno que ha dejado a todos sin palabras.
Que hacer en Manchester la ciudad industrial que hace vibrar a Inglaterra
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El cielo encapotado no nos sorprende. Mucho menos, esa especie de chirimiri que se empeña en caer insistentemente del cielo mojándonos, aunque sin llegar a empapar. Al fin y al cabo, acabamos de aterrizar en el aeropuerto de Mánchester, la capital del norte. ¿De qué otra manera podía recibirnos la ciudad?

Una urbe que se nos desvela, al menos a simple vista, tal cual ha sido descrita toda la vida: mientras avanzamos en taxi hacia nuestro hotel en el centro, el ambiente gris, industrial, sin gran entusiasmo estético pero con calles y avenidas repletas de vida, se hace patente. No en vano, nos encontramos en el lugar que fue cuna de la Revolución Industrial. En la ciudad que fue pionera en el tratamiento textil del algodón a finales del siglo XVIII. El enclave donde el mismísimo Engels vivió y decidió que, quizás, el capitalismo no era tan bueno como lo pintaban.

Pero a la vez, Mánchester vibra como pocas ciudades lo hacen. Abruma con sus incesantes planes donde no faltan la gastronomía, el arte o una escena musical de lo más potente: ya se hizo fuerte allá por los 80 gracias a grupos de la talla de Oasis, los Smiths o Joy Division. Por todo esto, y por mucho más, tras hacer check-in en el Forty Seven —nuestro hotelito boutique que ocupa el edificio de Lanchashire House, un antiguo almacén de 1868—, nos lanzamos a explorar. Queridos... Mánchester nos espera.

HAY CHICO NUEVO EN LA CIUDAD

¡Ja! Y qué chico. Nada menos que el recién inaugurado Aviva Studios, sede de Factory International y del Manchester International Festival, que hasta ahora se había celebrado siempre en plena calle. Se trata de la segunda inversión más grande hecha por el gobierno británico en arte y cultura tras la Tate Modern, y constituye el novísimo —y enorme— espacio cultural de Mánchester que ha llegado dispuesto a marcar un antes y un después en la escena contemporánea de la ciudad.

Aviva Studios, la última excusa para ir a Mánchester.Factory International

Que se trata de uno de los proyectos de este tipo más ambiciosos de Europa en los últimos tiempos… solo hay que poner un pie en él para entenderlo: hablamos de un fascinante edificio dotado de los últimos avances tecnológicos, diseñado por el prestigioso estudio OMA, y con flexibilidad para adaptarse a todo tipo de espectáculos. Con capacidad para hasta 5 mil personas, ha supuesto, en definitiva, una absoluta revolución.

¿La inauguración? Sucedió el pasado mes de junio con una exposición, aunque el primer gran espectáculo que acogieron sus instalaciones tuvo lugar en octubre, cuando se estrenó Free Your Mind, un producción absolutamente fascinante dirigida por el mancuniano Danny Boyle y con el baile como protagonista que rememoraba las películas de Matrix. Así que, aquí va un consejo: antes de volar a la ciudad, ¡echa un vistazo a su programación!

CUANDO PASADO Y PRESENTE SE FUSIONAN

La lluvia sigue haciéndonos compañía cuando nos colocamos frente a la imponente base de hierro que sostiene el Castelfield Viaduct, viaducto levantado a finales del siglo XIX que sirvió de entrada y salida a innumerables trenes en plena revolución industrial. Y hablemos en cifras: hasta 7 toneladas de hierro y acero, 14 mil toneladas de ladrillos y 6 millones de remaches fueron utilizados en su construcción. Es hora de conocer, de la mano del National Trust, la transformación que ha sufrido en los últimos meses este pedacito de patrimonio histórico que llevaba desde 1969 absolutamente abandonado y conquistado por la naturaleza.

Una de las cosas que hacer en Manchester: visitar el Castelfield Viaduct.Getty

Se trata del tramo de 330 metros con el que se ha recuperado el pasado mancuniano haciendo accesible el viaducto a sus vecinos. Convertido en un preciosísimo espacio verde en la zona más antigua de Mánchester, es un absoluto oasis para sus ciudadanos, que ahora pueden disfrutar de él de mil maneras: paseando por sus galerías, contemplando las vistas al skyline de la ciudad, parando a leer en cualquiera de sus bancos, practicando yoga o, incluso, aprendiendo sobre la flora y fauna del lugar.

¿Un último tip? Para quienes deseen disfrutar de zonas verdes aún más amplias, nada como acercarse al extrarradio y descubrir el encanto del RHS Garden Bridgewater, un romántico parque repleto de recovecos ideales para desconectar.

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¿COMEMOS? PUES CLARO

¿Dónde ha quedado aquella injustificada y absurda leyenda de que en Gran Bretaña se come mal? ¿De que su oferta no va más allá del —oh, glorioso— fish & chips y de sus —deliciosos— pies? Una de las mejores cosas que hacer en Mánchester es, precisamente, descubrir su escena culinaria. Ésta lleva ya muchos años volviendo locos a todos aquellos espíritus foodies, y la oferta de bares y restaurantes en los que comprobarlo cada vez se hace más extensa.

Nosotros también damos buena cuenta de ello, y descubrimos su inmenso potencial sentados a la mesa de Higher Ground, el moderno bistró a manos de Joseph, Daniel y Richard, tres amigos que se conocieron trabajando en Nueva York y que decidieron cumplir el sueño de dar forma a su propio restaurante. Un proyecto desenfadado, pero en el que se ha cuidado hasta el último de los detalles para ofrecer una carta repleta de propuestas basadas en ingredientes orgánicos y estacionales, muchos de ellos, cultivados en su propia granja en Cheshire.

Tampoco podemos dejar de visitar Exhibition, un singular espacio que aúna las cocinas vasca, escandinava e italiana. O las múltiples propuestas que presenta Diecast, el nuevo y revolucionario barrio creativo que ocupa lo que un día fue la fábrica de metalurgia más grande de Mánchester y donde habrá hueco, según vaya avanzando el proyecto, para una coctelería de autor, pizzería, barbacoa, escenarios e incluso una fábrica de cerveza.

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Si apetece seguir apostando por la cocina de altura, eso sí, no olvidamos ni Erst y su amplia bodega de vinos naturales, ni, a dos pasos, mana con su estrella Michelin —la única de Mánchester, por cierto—. Sin movernos de la misma manzana, nos topamos con The Hip Hop Chip Shop, el restaurante que nació de una food truck con las mejores patatas fritas de la ciudad, y que en este espacio se combina con música.

QUE EL RITMO NO PARE

Porque —ejem—, sí: seguimos hablando de comida. ¿Es que acaso hay algo mejor que hacer? Eso es precisamente lo que opina Rob Kelly, nuestro guía en una de las rutas más interesantes por la urbe, la que nos lleva a descubrir esos garitos con alma, esos negocios gastro que tienen algo especial, pero con un aliciente: parando en ellos para catar el género. Su empresa, bautizada como Scranchester, adereza la experiencia, además, con curiosidades y anécdotas.

Un paseo que en nuestro caso arranca en Tib Street, concretamente en el Siop Shop, una cafetería especializada en deliciosos dónuts caseros rodeada por decenas de barberías. Los murales son también una constante en la zona, donde las paredes de los edificios han servido de lienzo en blanco para múltiples artistas urbanos. De camino al moderno barrio de Ancoats, que un día fue el primer suburbio industrial del mundo con sus molinos, granjas y cabañas, hoy se despliega uno de los vecindarios de moda en Reino Unido. De hecho, Time Out lo escogió como uno de los 50 barrios más cool del mundo.

Ancoats, uno de los vecindarios de moda en Reino Unido, está en Mánchester.Getty

Allí nos topamos con Mackie Mayor, votado el mejor mercado gastro de Gran Bretaña en 2023, que sirvió de mercado de carne en su origen y hoy concentra múltiples bares y restaurantes que abarcan desde Pico´s y su cocina mexicana a New Wave Ramen o las recetas tailandesas de Chili B. Nos encandilan las encantadoras casitas de Anita Street, que atravesamos de camino a otras revelaciones foodies: un letrero fluorescente nos alerta de No Lasagne, un negocio que nació en plena pandemia a modo de take away clandestino y que solo ofrece esta delicia italiana. También The Flat Baker, con los pastéis de nata como protagonistas.

Nos conquista Murray´s Mill´s, una antigua fábrica de algodón —recordemos que aquí se producía el 80% de todo el mundo— que estuvo durante décadas abandonada y que hoy aloja exclusivos apartamentos y oficinas, además de negocios de gastronomía y alguna cafetería de especialidad. En Cutting Room Square, un conjunto de cinco paneles representa fotografías del artista local Dan Dubowitz de lo que un día aconteció en este espacio donde, en época de máximo apogeo, se cortaba el algodón.

RUMBO AL NORTE

Exacto: al Northern Quartier. Aquí se concentra todo ese movimiento, llamémosle alternativo, llamémosle hípster, de la ciudad. Negocios con alma que desbordan esencia creativa por doquier. Para apreciarlo, una parada imprescindible se halla en el Manchester Craft and Design Center, donde tienen su estudio hasta 20 artesanos dedicados a la cerámica o a la joyería, a la marroquinería o al vidrio. El edificio, por cierto, fue un mercado de pollos décadas atrás.

Shambles Square, Mánchester.Getty

Pero el barrio hay que descubrirlo caminando, adentrándonos en sus coloridas zonas peatonales, donde entre murales y edificios de ladrillo visto se suceden terrazas colmadas de buen ambiente. Nos perdemos por sus calles en busca de esos negocios que tan bien definen el lugar. Rincones icónicos como Picadilly Records, en cuyo escaparate hay solo un anticipo de los infinitos vinilos que dentro se exponen, o el famoso Night & Day Cafe, donde disfrutar de espectáculos en directo.

Al adentrarnos en Affleks Market, el rollito canalla se siente bien presente: de bienvenida nos topamos con un enorme cartel que nos recuerda que Mánchester fue impulsor y hogar de múltiples cosas, empezando por la marca Fred Perry o —este ya nos lo sabemos— la fabricación de algodón, y siguiendo con la física nuclear, el vegetarianismo, el submarino o el Rolls Royce —aunque, de esto, hay nuevas teorías—. En la planta de arriba, junto a tiendas de ropa de segunda mano, una joyita secreta: ojo, porque dicen que el mejor helado de Mánchester se sirve aquí, en Ginger´s.

Para rematar la tarde de shopping, dejamos volar las horas ojeando todo lo que pasa por nuestras manos en UNITOM, la tienda de revistas más top que jamás hayamos visitado.

EXTRA, EXTRA: VOLANDO MUY ALTO

¡Tan alto como para surcar el cielo! Porque, para llegar a Mánchester, lo más cómodo es reservar cualquiera de los vuelos que la compañía española Iberia Express, low cost líder en puntualidad a nivel europeo, ofrece cuatro días en semana desde Madrid —que a la vez se encuentra conectada diariamente con otras muchas cuidades de nuestro país—. Los vuelos, de apenas dos horas y media de duración, convierten la ciudad británica en una escapada perfecta para quienes ansían —ansiamos— desconectar unos días y disfrutar, no hay duda, de uno de los enclaves de moda del Reino Unido.

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