No nos equivocamos al decir que España es un gran escenario para los rodajes y que, por ende, cuenta con infinidad de casas… de cine. Se convirtió en (casi) Hollywood en la posguerra, periodo en que se rodaron superproducciones como Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, 1963) o Espartaco (Stanley Kubrick, 1960) o los spaghetti western en el desierto de Almería. Tras un parón, volvieron las filmaciones en la década de los 80 con Conan, el Bárbaro (John Milius, 1982) o Indiana Jones y la última cruzada (Steven Spielberg, 1989), y más recientemente, la península ha sido elegida por producciones como Star Wars o Juego de Tronos. Pensando en los viajeros cinéfilos y amantes de la ficción, tenemos un periplo de cine donde las casas, en el sentido más amplio de la palabra, son protagonistas.
Los Otros: Palacio de Hornillos (Las Fraguas, Cantabria)
Una señora casa que se conoce, entre los cántabros, como “la casa de Los Otros” (2001), pero quienes de verdad saben la llaman por su nombre, el Palacio de Hornillos. Esta casa solariega, situada en Las Fraguas, fue la elegida para rodar la película de terror de Alejandro Amenábar y con regusto a la novela de Henry James, Otra vuelta de tuerca. En la finca se encuentran dos palacios, uno del siglo XVIII construido a petición de la duquesa de Cirelluelo, y el segundo, más reconocible, de estilo inglés, fue un encargo de Mariano Fernández de Henestrosa, duque de Santo Mauro y jefe de palacio de Alfonso XIII, al arquitecto inglés Ralph Selden Wornum. Su arquitectura, inspirada en los edificios medievales de la vecina Inglaterra, recuerda a la del palacio de la Magdalena, en Santander.
El Orfanato: Palacio de Partarríu (Llanes, Asturias)
También en el norte de la península, concretamente, a las afueras de Llanes, se encuentra otro ejemplo de casas de cine: el Palacio de Partarríu, una finca representativa de la arquitectura indiana, como se denomina a las casas que se construían los que hacían las Américas y regresaban tras amasar su fortuna. Aunque en este caso no perteneció a un indiano, la casa presume de las características de estas construcciones: una torre en la fachada principal, amplios ventanales y típicas palmeras en el jardín. El Palacio de Partarríu es obra del arquitecto santanderino Valentín Ramón Lavín Casales, terminó de construirse en 1899 y no solo ha servido de localización para El orfanato (2007), de Juan Antonio Bayona, también para Los jinetes del alba (1990), de Vicente Aranda.
The limits of control, de Jim Jarmusch: Torres Blancas (Madrid)
Entrando a Madrid por Avenida de América se vislumbra a mano derecha un edificio que no pasa desapercibido a nadie debido a su altura y su perfil redondeado. Es Torres Blancas, una de las construcciones más famosas de Francisco Javier Sáenz de Oiza. De mediados de los 60, es una de las localizaciones de The limits of control (2009), un film de Jim Jarmusch, que, además, se pasea por medio Madrid. También transita por la estación de Atocha, el Reina Sofía, la plaza de San Ildefonso en Malasaña… Como escenario más llamativo, esta oda arquitectónica a la modernidad que se construyó cuando “todo esto era campo”. De Torres Blancas, aparecen su exterior, como una pincelada futurista, su interior, e incluso su piscina, también de perfil redondeado.
Episodio II: El ataque de los clones: Plaza de España (Sevilla)
Si algo caracteriza a la saga Star Wars es que ha ido creando un universo personalísimo por demanda de guion ya que esta historia transcurre “Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana”. Viendo el Episodio II: El Ataque de los Clones, muchos nos sorprendimos al descubrir a Padmé Amidala y a Anakin Skywalker caminando por la Plaza de España de Sevilla cuando viajan a Naboo, planeta de origen de la princesa. El exotismo de Naboo no puede ser más español, con las paredes de ladrillo y adornos de azulejo característicos de este conjunto arquitectónico situado en el parque de María Luisa. La fachada cuenta con una serie de pórticos que crean galerías, bancos alicatados que representan cada provincia española, y lo más llamativo, el canal navegable de 500 metros cruzado por varios puentes. Visitándolo te puedes sentir en otra época –el edificio principal fue construido para la Exposición Iberoamericana de 1929– o en otro planeta.
Sergio Leone y el Desierto de Tabernas (Almería)
Por un puñado de dólares (1964), La muerte tenía un precio (1965) y El bueno, el feo y el malo (1966) tienen varias cosas en común: llevan el sello de Sergio Leone, pertenecen al género del spaghetti western y… las tres se filmaron en Almería. No es casualidad que este fuera el lugar elegido porque ahí se halla el único desierto de Europa, con sus 280 km de extensión. Esta localización quizá sea vox populi, pero por si hay algún despistado, en las áridas tierras del Sur aún te topas con un verdadero pueblo del salvaje Oeste. Allí siguen los decorados de esos largometrajes, convertidos en lugar de peregrinación para los fans de los films de Eastwood. Y aunque las pelis del oeste hace tiempo que vivieron su época dorada, el desierto de Tabernas se sigue usando para rodajes como el de la película Assassin’s Creed (Justin Kurzel, 2016) o episodios de las series Penny Dreadful (2016) y Juego de Tronos (2011).
Conan, el bárbaro: la Ciudad Encantada (Cuenca)
Este film comparte localización con la trilogía de Sergio Leone. Además del desierto de Almería, el rodaje de Conan se realizó en otras zonas de España, como Madrid, Segovia y Cuenca. A las afueras de la última se encuentra el inusual paraje de la Ciudad Encantada, que sirvió de escenario natural para una de las muchas aventuras de Conan, interpretado por Arnold Schwarzenegger, en la que su primer contacto con la brujería. Producto de la erosión, las grandes formaciones rocosas de este bosque recuerdan a distintas figuras, muchas parecen champiñones gigantes y otras, barcos, un perro, una foca, un tobogán… como se denominan en el itinerario para recorrerlas.
La casa del dragón: jardines de Santa Clotilde (Lloret de Mar)
Ya lo contaba Jesús Casañas en el artículo “España, el paraíso de las localizaciones de cine (y series)”: “El caso más famoso es el de Juego de tronos, que llena de viajeros cualquier lugar donde fue rodada alguna de sus escenas. Tate Aráez es consciente de este impacto: “(…) Por ejemplo lo último que hicimos, que fue en Lloret de Mar con La casa del dragón, hace poco me han dicho que el ayuntamiento ha hecho una ruta turística en los jardines que hay allí, y tuvieron muchísima aceptación”.
Con vistas al Mediterráneo, el mencionado vergel destaca por su estilo novecentista, movimiento estético español de principios del siglo XX inspirado en el clasicismo. Con una cuidada simetría, entre la verticalidad de los cipreses, surgen árboles y arbustos bien recortados, y destacan las escaleras y escalinatas, entre cuyos escalones se plantó hiedra para crear la impresión de que la naturaleza lo invade todo. Además, los jardines de Santa Clotilde están salpicados por construcciones de estilo renacentista y esculturas que remiten a mitos clásicos, como Venus, Apolo y Daphne. Para aquellos que también sean fans de Juego de Tronos, después de recorrer este parque, pueden acercarse a Canet de Mar donde se encuentra el Castillo de Santa Florentina, convertido en la Colina Cuerno en la sexta temporada de la serie.
Muere otro día: castillo de Santa Catalina (Cadiz)
El agente especial 007 viaja de lo lindo en cada nueva entrega, así que no resulta extraño que nos transporte a distintos países con sus localizaciones. En Muere otro día, de la saga de Pierce Brosnan como Bond, pasa por Hong Kong, Londres o Cuba, pero cuando se pasea por La Habana, en realidad, lo hace por Cádiz. Ante la negativa de permiso de rodaje en la isla y por el parecido entre ambas ciudades, se decidió rodar en la Tacita de Plata. La escena más memorable del film, donde aparece Halle Berry, la chica Bond, saliendo del agua como una sirena, se grabó en la playa de La Caleta. A cada lado de su orilla, se encuentran los castillos de San Sebastián y Santa Catalina, la construcción militar más antigua de la ciudad, que también aparecen en el film.
Doctor Who: Ciudad de las Artes y las Ciencias (Valencia)
Parece que a los encargados de las localizaciones de la serie británica Doctor Who les gusta rodar por estos lares, tal como hicieron en Almería y Granada para su séptima temporada, y posteriormente, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias para el segundo capítulo de la décima temporada. En ese episodio, el Doctor dice: “¿Sabes de qué está hecho este edificio? De puro, elevado optimismo”. Y puede que tenga razón por el despliegue arquitectónico del complejo ideado por Santiago Calatrava y Félix Candela.
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Sus inmensas construcciones blancas de aire neofuturista siguen siendo uno de los mayores atractivos de la ciudad del Turia. Además, el conjunto potencia dos de las cualidades principales de esta tierra, el mar y la luz, y lo consigue rodeando todas las estructuras de agua. En este marco, surgen el Hemisfèric, espacio dedicado al cine; el Umbracle, un mirador ajardinado al puro estilo de los antiguos invernaderos; el Museo de les Ciències; el Oceanogràfic, que es el mayor acuario de Europa; el Palau Les Arts, dedicado a la ópera; y el Ágora. Lo mismo se puede disfrutar de su programación y actividades, que pasear y admirar, como el Doctor Who y su asistente, su arquitectura de otra era.
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