El otro d�a me comentaban en una terapia en grupo que uno de los mayores miedos que estaban teniendo en el momento actual era el miedo al contagio. Miedo a que la COVID se manifieste de forma agresiva. Miedo a la muerte y a la enfermedad de sus personas queridas y a la propia muerte y enfermedad. E incluso una de las personas asistentes me dijo que su hija de 9 a�os estaba paralizada, que no quer�a salir a jugar al parque, que solo deseaba estar en casa y todo por miedo al contagio.

El miedo a la enfermedad se llama hipocondr�a y lo padece entre un 15 y 20 por ciento de la poblaci�n. En tiempos de Coronavirus, este porcentaje se ha incrementado. La hipocondr�a es el temor a enfermar de algo grave, a sufrir por una enfermedad, miedo al dolor, al propio y al de tus seres queridos. Miedo sobre todo al diagnostico de c�ncer o de enfermedades vinculadas a la muerte.

"Tengo un dolor aqu�, en el pecho, que me tiene preocupada. Me he metido en Google y puede ser lo peor, desde una cardiopat�a a un tumor en el pulm�n. Oye, que dice mi m�dico que no es nada, que soy una hipocondriaca, pero es que a m� me duele. Que ser� ansiedad. Pero yo he consultado muchas fuentes y no dicen que sea ansiedad. Dicen lo peor. Los m�dicos me tratan como si fuera una loca que se inventa los s�ntomas. S�, un poquito obsesiva si soy. Porque siempre pienso que voy a tener lo m�s grave, que voy a enfermar y que me voy a morir. No sabes qu� sufrimiento, chica, ya quisiera yo no pensar as�. Me siento fatal, porque incluso me siento una estafadora, disponiendo de recursos y robando tiempo a otros pacientes en la seguridad social. Me he hecho hasta un seguro privado para que me puedan atender con m�s agilidad. Pero es que para m� es un sufrimiento. No se me va de la cabeza. En mis cuarenta a�os yo ya creo he sufrido mentalmente el sida, un tumor en el pecho, otro en la cabeza y ahora en el pulm�n, esclerosis m�ltiple y Alzheimer. Y no te quiero contar cuando mis hijos se ponen enfermos. Nunca tienen un catarro, tienen una leucemia. Tengo pavor a contagiarles mis miedos y que se vuelvan tan raritos como yo. Y ya te imaginas c�mo estoy desde hace un a�o, con el Coronavirus. No quer�a que mis hijos fueran a clase. Les lavo las manos muchas veces, les mando tres mascarillas, gel y los tengo agotados con la responsabilidad y los cuidados. Un d�a nos vamos a caer en el autob�s porque no dejo que se agarren a la barra de sujeci�n. Es que debe estar llena de g�rmenes y el Coronavirus anda por todos lados. Lavar las latas del supermercado y todo lo que compramos se ha convertido para m� en una angustia. Pierdo much�simo tiempo con esta tarea."

Las personas hipocondriacas sufren por ellas y por todos los suyos. Limitan sus vidas con tal de no exponerse a un germen, consultan fuentes no fiables para encontrar un significado a sus s�ntomas, se convierten en modelos de miedo a la enfermedad para sus parejas, padres, madres e hijos. Se realizan multitud de pruebas m�dicas que no consiguen descartar lo que no existe, visitan a varios m�dicos de la misma especialidad esperando encontrar un diagn�stico que les deje tranquilas. Incluso muchas de las personas hipocondriacas evitan chequeos m�dicos y consultas de preventivas con tal de que no les detecten algo malo.

Las personas hipocondriacas tambi�n se sienten muy incomprendidas. Cuando se les dice que todo es psicol�gico, en realidad se les est� diciendo que todo es cuento. Pero para ellos los procesos psicol�gicos tienen una realidad total en el cuerpo y el dolor, la angustia y las enfermedades psicosom�ticas son completamente reales, aunque los procesos que las desencadenen sean psicol�gicos y no correspondan a una enfermedad f�sica.

Si te sientes identificada con este trastorno, atenta a estos consejos que te pueden servir. Son los que suelo dar en mis sesiones de terapia:

La seguridad no est� en seguir buscando �Miras internet continuamente, consultas gu�as m�dicas, sigues los consejos en redes sociales? �Te sientes abducida por la informaci�n sobre enfermedades, s�ntomas, pruebas diagn�stico, medicamentos? �Cuando acudes al especialista crees saber m�s sobre la enfermedad que el propio m�dico? Puede que incluso te atrevas a corregirlo y cuestionarlo.

Estar informada, aunque sea h�per informada o mal informada te da seguridad. Quien tiene informaci�n tiene el poder. Pero la dificultad aqu� estriba en que la informaci�n que tienes no te es �til porque no sueles tener esas enfermedades que crees tener. Tu cerebro est� m�s atento a lo catastr�fico que a lo sencillo y banal, y no siempre es informaci�n rigurosa, sino que procede de portales de todo tipo.

Para de buscar la tranquilidad en Google y elige solo una fuente de informaci�n, a ser posible, tu m�dico de confianza.

Si eres familiar o amigo de una persona con hipocondr�a, no le sigas la conversaci�n.

La persona hipocondriaca busca seguridad preguntado a los suyos o a los sanitarios si lo que tiene es grave. Esa respuesta de "tranquila, mujer, si no ser� nada, no es un tumor, eso es un ganglio, a m� me pasa con cada menstruaci�n", aparentemente la serena. Aunque es una serenidad enga�osa, porque al rato vuelve otra vez a consultar. Puede llegar a tener conversaciones intensas y cansinas sobre s�ntomas y enfermedades.

Darle una respuesta que la calme provoca todo lo contrario, reforzar su comportamiento. Lo mejor es cambiarle de tema y aunque te insistan en lo mismo, dile "sobre este tema no vamos a hablar".

Establece unos h�bitos de vida saludables que t� puedas controlar: la pr�ctica de ejercicio f�sico comer de forma saludable, descansar, re�r, rodearte de gente, meditar...

S�ntomas de consulta: Marca con tu m�dico de cabecera o con alg�n m�dico pr�ximo a ti, una lista de s�ntomas por los que deber�as consultar: fiebre alta, una mancha en la piel, un bulto, etc. Todo lo que se salga de aqu�, no deber�a ser muy importante.

Chequeos necesarios, ni uno m�s ni uno menos: Cuida tus chequeos, como la cita anual con el ginec�logo o los protocolos que hay para hombres y mujeres en funci�n de su edad y situaciones espec�ficas.

La incertidumbre existe: Aprende a vivir con ella y a aceptar, que por muy sano que sea tu estilo de vida, todos podemos enfermar. Aceptar significa dejar de rumiar, dialogar, anticipar todo lo negativo que puede pasar. Lo que tenga que ser, ser�. S�, s�, preocuparte no lo va a evitar.

Pide ayuda profesional: Consulta con un psic�logo la manera de aliviar tus pensamientos rumiantes u obsesivos. Estos pueden generar tal nivel de ansiedad, que te lleven a debilitarte, a sentir s�ntomas de ansiedad que se confunden con otras enfermedades.

En casa eres modelo de conducta: Los mismos consejos que sirven para ti, sirven para tus hijos. Cuidado con lo que verbalizas en casa porque puede transmitir angustia. Reacciona con serenidad ante la tos, el v�mito o una ca�da de tus hijos. No salgas corriendo a urgencias si no lo necesitas, no le preguntes doscientas veces c�mo se encuentra, no le tomes la temperatura m�s que lo que te indique tu pediatra... Y habla a tus hijos siempre desde la confianza en la medicina y en los m�dicos.

Recuerda, somos amor, somos fuerza y somos serenidad. No permitas que una angustia que tiene tratamiento limite tu vida.