Selena Gomez, una de las protagonistas del Especial Hollywood de Vanity Fair 2023, pasó años angustiada por la imagen que cultivó de ella Disney. Pero desde que le diagnosticaron un trastorno de bipolaridad en 2018 y decidió compartir sus problemas de salud mental en el documental de Apple TV+ titulado Selena Gomez: My Mind & Me, la cantante, actriz y productora (Selena + Chef, Solo asesinatos en el edificio) se siente liberada.
En el pasado confesó que le atormentaba la idea de que la asociaran siempre con sus años Disney. ¿Ha cambiado algo desde que se estrenó su documental?
Definitivamente lo he superado. A veces me afecta. No es que me avergüence de mi pasado, es que he trabajado muy duro para encontrar mi camino. No quiero ser quien era. Quiero ser quien soy.
En el documental, alguien cercano cuestiona su decisión de hacer público su diagnóstico de trastorno bipolar. ¿Por qué decidió hacerlo?
Estoy tan acostumbrada a censurarme a mí misma que, uno, quería dejarme ir y, dos, si alguien me dice que me esté callada, no es algo bueno porque ya no estoy ahí. A lo mejor fue raro e incómodo para otras personas. Obviamente estaba preocupada, pero creo que al fin y al cabo me permitió empezar a abrirme. No es que estuviera triste, en realidad tengo ciertos desequilibrios químicos en el cerebro y necesito entenderlos, ocuparme ellos y cuidarme. No me avergüenzo para nada. No he sentido nunca, ni siquiera durante cinco segundos, que estoy loca. Tiendo a dar muchas vueltas a mis pensamientos, pero depende de mí estar orgullosa de quién soy y cuidarme. No quiero que a nadie le digan: “No lo digas porque será negativo. No conseguirás ese trabajo, a ese chico o a esa chica o lo que sea”. Supongo que me estaba rebelando.
Imagino que hubo momentos al inicio de su carrera en los que alguien le dijo: “No puedes decir tal y tal cosa”.
Por supuesto. No era una niña malhablada ni mucho menos, pero estaba en Disney y no podía decir ni "¿Qué demonios?” delante de nadie. Me lo imponía a mí misma para tener el mejor modelo de conducta que podía. Ahora creo que el mejor modelo es ser honesta, incluso con las partes complicadas y feas de uno mismo.
Es una de las pocas estrellas que ha sido sincera a la hora de contratar a un asistente para gestionar sus redes sociales debido a lo tóxico que considera Instagram, en particular. ¿Puede hablarnos de esta decisión?
Nunca tuve la oportunidad de ir a un instituto de verdad. El mundo fue mi escuela durante mucho tiempo y empecé a recibir información que no quería. Pasé por un momento complicado tras una ruptura y no quería ver ningún comentario, no necesariamente sobre la relación, sino cualquier opinión sobre mí frente a las opiniones sobre la otra persona. Aunque haya miles de comentarios agradables, mi mente va directa a los desagradables. La gente puede decir que soy fea o estúpida y me da igual, pero cuando entran en detalle… Escriben parrafadas demasiado específicas y crueles. Me pasaba el día llorando. Estaba permanentemente con ansiedad… Ya no podía más. Era una pérdida de tiempo. Lo único que tengo en mi móvil es TikTok porque me parece un poco menos hostil que las demás. Las redes sociales tienen cosas maravillosas, como conectar con los fans, ver lo felices que están y sus stories. Pero ahora lo filtro. He creado un sistema. Todo lo que hago se lo envío a mi asistente, que es quien lo publica. En cuanto a los comentarios, mi equipo me pasa algunas cosas que realmente me animan mucho.
¿Qué es lo último que ha visto en TikTok?
Soy bastante friki. Me encanta hacer vídeos divertidos. Copio recetas e ideas de maquillaje y peinados.
Está rodando la nueva temporada de Solo asesinatos en el edificio. ¿Cómo es la dinámica fuera de la pantalla con Steve Martin y Martin Short?
Los amo. No me gusta llamarlos mis abuelitos, pero en cierto modo lo son. Repiten siempre los mismos chistes y me muero de risa.
¿Se envían mensajes de texto o correos electrónicos?
Lo gracioso es que Marty me manda mensajes, pero Steve no. Tiene mi dirección de email, pero creo que no me mandaría ninguno. Se lo mandaría a mi asistente. Creo que es una cuestión de educación. Es una persona entrañable, pero hace de todo un mundo.
Ha denunciado a Mark Zuckerberg por la difusión de desinformación y discursos de odio en Facebook. Sigue teniendo una cuenta en Twitter. ¿Qué opina de la compra por parte de Elon Musk y del aumento de la incitación al odio desde entonces?
Es peligroso. No creo que deba decir nada porque ya le está llegando el feedback que siento. No me preocupa él, sino la gestión de Twitter… No es mi app favorita, desde luego. No sé si se trataba de sentirse guay por el mero hecho de poseer algo. Simplemente me parece irresponsable y poco seguro.
Sabiendo lo que ha vivido como figura pública, ¿qué consejo daría a alguien que acaba de cosechar su primer éxito en Hollywood?
Todo lo que puedo decir es que me encantaría poder estar a su lado si alguna vez tiene preguntas. Pero esta industria es un monstruo. Da mucho miedo ver lo que pasa cuando te dan tanto poder y dinero siendo tan joven. Es aterrador. Cuanto más creces, te animaría a ser más humilde. Aferrarte a tu corazón, intentar ser lo mejor posible y tener cuidado en quién confías. Dime con quién andas y te diré quién eres. Mi hermana tiene 9 años y gracias a dios no quiere dedicarse a este sector. Este es su ‘ahora’. ¿Qué pasaría si dentro de dos años me dijera que quiere? No me lo puedo ni imaginar.
¿Qué ha cambiado para usted desde que se estrenó el documental?
Siento que no estoy mintiendo a nadie. No es que antes mintiera… Tenía miedo de lo que pensaran los demás o de que no me contrataran. Ya no pienso eso. He entendido que si algo no me parece algo, debo dar un paso atrás y evaluar la situación. ¿Esta amistad me aporta algo? ¿Es un buen proyecto?
Ha dicho que la nueva música en la que está trabajando es feliz. ¿Puede contarnos algo más?
Si por mí fuera escribiría baladas toda mi vida, pero quiero producir música que haga sonreír a los demás. La música que estoy haciendo ahora trata de cosas reales por las que estoy pasando. Es potente, fuerte, muy pop. El tema general es la libertad: la libertad en las relaciones y liberarse de de la oscuridad.
Debe sentirse muy liberada después de haber estrenado el documental. Imagino que fue como hacer puenting desnuda y con público.
Estaba aterrada. Pero después del estreno del documental, empecé a notar que la gente se me acercaba y no era el típico “¿Puedo hacerte una foto?", sino más bien un “¡Ey! Me encantó esa parte en la que dijste eso”. Acabar charlando cinco minutos con unos desconocidos sobre un viaje. Cada vez ocurría con más frecuencia y empecé a sentirme bien porque dejé de ser para los demás un: “Qué mona eres. Vamos a hacernos una foto”. Era mucho más que eso. Era una conversación sobre salud mental, valentía, decepción o pérdida. Y todo empezó a dar sus frutos, porque eso es lo que quiero al cabo del día. Prefiero que me recuerden por mi corazón que por cualquier otra cosa.
Esta entrevista ha sido resumida y editada para una mayor claridad.
Artículo publicado por Vanity Fair Estados Unidos y traducido por Isabel Escribano Bourgoin. Acceda al original aquí.