Con la asistencia de más de 800 personas, muy relevante resultó el evento organizado por la Red Coopcentral y Visionamos en Cartagena alrededor del futuro de los sistemas de pago inmediatos. La agenda también incluyó los retos tecnológicos y de ciberseguridad. Pero fue, sobre todo, una oportunidad para repasar las profundas implicaciones que el desarrollo de los sistemas de pago de bajo valor tendrá en la modernización de la economía.

Es importante reconocer que la Superfinanciera y el Banco de la República han definido un marco en el que podrá profundizarse y simplificarse la manera como los colombianos realizan sus pagos cotidianos. De ser exitosa la ruta, el país irá gradualmente disminuyendo el número de transacciones en efectivo que, según el Emisor, representan aún el 70 por ciento de las realizadas anualmente por los colombianos.

La experiencia de países como Brasil, donde el sistema de pagos inmediatos sin efectivo ha tenido un crecimiento exponencial, confirma los efectos benéficos que estas tecnologías tienen en todos los niveles de la población. ¡En ese país incluso los mendigos utilizan códigos QR para recibir las limosnas! Los microempresarios, muchos de ellos en la informalidad, han adoptado estos sistemas de pagos, lo que les aumenta sus ventas y les brinda seguridad, pues manejan menores niveles de efectivo.

El Banco de la República ha jugado un papel central en el diseño del modelo que se implementará en Colombia. Es la primera vez que el Emisor se compromete en llegar tan cerca del ciudadano común y corriente con un proyecto que cambiará muchas de las costumbres de los colombianos.

Muy importante es el objetivo de que el sistema de pago de bajo valor sea gratuito para el usuario y no se convierta en una nueva comisión para el sector financiero. También es fundamental el principio de interoperabilidad, que implica que los diferentes operadores del sistema no se conviertan en redes cerradas, como las que ya existen en la actualidad en las diferentes billeteras virtuales, que limiten y restrinjan quienes pueden realizar los pagos. El sistema tiene que ser pensado para la comodidad del usuario final.

La desaparición del efectivo es algo que vendrá necesariamente. La tecnología ha ido aumentando las llaves de entrada a formas de pago cada vez más desmaterializadas, automáticas e inmediatas.
Fundamental también es que el sector cooperativo participe activamente en este proceso. Las cooperativas financieras y las de ahorro y crédito, cuya presencia en los pequeños municipios y las zonas rurales es significativa, son claves para que esas poblaciones tengan acceso a un modelo de pagos moderno. De lo contrario generaremos una nueva fractura entre la Colombia moderna y la atrasada. No será fácil, pero es un reto en el que el sector de la economía solidaria no puede estar ausente.

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Coletilla: Bueno es recordar que un dólar caro aumenta la inflación. 

MIGUEL GÓMEZ MARTÍNEZ
​Consultor empresarial
migomahu@gmail.com