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Camilo Herrera Mora

El 40 por ciento

La polarización es una de las bajezas más grandes el ser humano: sembrarte una creencia para manipularte de por vida.

Camilo Herrera Mora
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Camilo Herrera Mora

La polarización es una estrategia para consolidar bases y definir “enemigos”. Se basa en un sistema de creencias, simples, de difícil demostración y que al defenderlas se crea una identidad identificable.

El truco es hacer que alguien crea algo, al punto de defenderlo ferozmente, porque esa creencia lo define y cuando otro ataca la idea, lo toma como algo personal, cosa que continuamente lo vemos en las redes sociales.

Para hacer esto se apela al odio y al miedo, principalmente. Es indiferente si hay pruebas reales de que Gustavo o Álvaro hayan mayado a alguien, lo importante es que algunos lo crean y se definan como antigustavistas o antialvaristas por el odio que les tienen y evitaran que suban al poder por el miedo que les generan.

La polarización nos usa desde la lógica de lo que creemos y la identidad que nos da, como si fuéramos hinchas de un equipo de fútbol, que odiamos al contendor simplemente porque sí, porque uno debe ganar y nosotros no vamos a perder, y ese es el punto: pertenecer al bando ganador y al ganar defender las ideas pase lo que pase, o de lo contrario, estaríamos asumiendo que nos equivocamos, que somos brutos y que somos culpables. La polarización es una de las bajezas más grandes el ser humano: sembrarte una creencia para manipularte de por vida.

Más, esta polarización no es total. Dependiendo del tema y el entorno, es común que el 30% de las personas estén en un bando y el 30% en bando contrario, dejando un 40% de las personas en la mitad, que miran con algo de asombro las estupideces que dicen ambos extremos y que por miedo terminan apoyando a uno u otro bando en el momento de votar o tomar decisiones. Algunos se quedan callados y no participan. Otros participan diciendo que no están de acuerdo con ninguno, más ese 40% es el que realmente tiene el poder.

Ese 40% puede considerar que las creencias de ambos tienen cosas buenas y cosas malas, más al ser una voz moderada sus murmuros no se oyen en los gritos iracundos de los extremos. Comúnmente, las voces calmadas son las que están más cerca de la realidad, mientras los gritos son mecanismos de imposición de ideas a los otros.

Esto no sólo aplica en la política, sino el mercadeo, medios, religiones (que seguramente fueron los que comenzaron a usarla), la identidad nacional y hasta las familias, causando que siempre estemos en el bando “que tiene la razón” y por eso lo defendemos sin cuartel, para no ser perdedores.

Así, 4 de cada 10 personas han logrado evadir la polarización en el mundo entero y en el momento crítico, el sistema los lleva tomar partido y apoyar a quien no cree. Sin embargo, en muchas ocasiones el 40% vence a un extremo y los gritos cesan por un tiempo. Necesitamos esto. 

CAMILO HERRERA MORA
Fundador de Raddar

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