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Rechazar un ascenso... y otras tres reglas sorprendentes para ser feliz en el trabajo

Rechazar un ascenso... y otras tres reglas sorprendentes para ser feliz en el trabajo

¿Podríamos estar más contentos? Sí, pero la 'culpa' no siempre es de los jefes, sino de algunas de nuestras creencias erróneas...

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Miércoles, 3 de julio 2024, 18:47

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Ser feliz en el trabajo... Para algunos -muchos, en realidad- esta es la tontería del siglo. O un sarcasmo cruel, como ese infame 'Arbeit macht frei' ('El trabajo hace libre') que coronaba la verja de entrada al campo de concentración de Auschwitz. Sí, parece que el trabajo nunca ha sido un terreno muy dado a alegrías: la mayoría de las personas, si hacemos una encuesta rápida en nuestro entorno, dirán que trabajan por dinero y solo por dinero y que la felicidad, de existir, la buscan fuera, en otros ámbitos de la vida.

Así que Cal Newport -profesor de Ciencia Computacional de la Universidad de Georgetown, autor de 'Hazlo tan bien que no puedan ignorarte' (ediciones Península) y superventas con su anterior obra, 'Céntrate'- se ha embarcado en el más difícil todavía: establecer cuatro reglas bastante sorprendentes (¡diametralmente opuestas a lo que siempre se ha dicho!) para que seamos felices en el trabajo. Que sí, que se puede. Seguirlas no nos garantiza ir por la oficina echando confeti a nuestro paso, pero sí pueden ayudar a que estemos, al menos, más satisfechos. Son estas:

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    No persigas tus sueños

La primera, en la frente. Con lo bonito que queda eso de que hay que luchar por lo que se quiere... Y lo peligroso que es. Y la factoría de frustrados y tristes laborales que genera esta creencia. Newport nos explica por qué: «Se necesita ofrecer algo que sea escaso y valioso. En otras palabras, hay que ser bueno en algo, hay que hacerlo muy bien si se espera tener un buen empleo». Es decir, ponerse una meta alta no está mal en sí, pero más vale que el camino para alcanzarla sea tu determinación de ser realmente bueno. Si no, solo te pegarás batacazos. Incluso siendo excelente los puedes recibir..., ¡imagínate si no lo eres! Así que, para puntuar alto en satisfacción laboral, lo primero (y qué difícil es esto) es pensar si estamos dispuestos a esforzarnos en ser unos buenos profesionales. Según un estudio al que hace referencia Newport, los empleados más felices y satisfechos no son los que persiguieron sus sueños hasta obtener un empleo, sino aquellos que habían dedicado suficiente te tiempo a conseguir ser muy competentes en lo que hacían.

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    Hazlo tan bien que no puedan ignorarte

Ser uno más, un gris... no es bueno en nada. Y para destacar en el mundo laboral tienes que dar algo tú, aportar. No esperar a que el trabajo te aporte a ti (eso vendría después), que es lo que hace mucha gente que busca pasión y, claro, se frustra y cambia de trabajo todo el tiempo. ¿Cómo hacer las cosas tan bien que no puedan ignorarnos? Esfuerzo y horas (de hecho, Newport cita a expertos que establecen que, para alcanzar la excelencia en una tarea compleja, hacen falta unas diez mil).

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    Rechaza un ascenso

Llegados a este punto, algunos ya no entenderán nada. ¡¿Pero cómo vas a rechazar un ascenso?! Significa más pasta, reconocimiento, poder... Pero, ojo, según Newport debemos pensar por qué hay gente que nos quiere colocar en ese lugar y pagarnos más por ello. No va a ser gratis. ¿Estamos dispuestos? ¿Estamos preparados? «La clave está en decidir cuándo es el momento de demostrar valor en las decisiones laborales: si sabes medir los tiempos, te espera una vida laboral fantástica, pero, si te confundes y caes en la primera trampa al buscar una mayor autonomía, el desastre acechará», dice Newport.

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    Piensa en pequeño y actúa a lo grande

Pero ¿no había que pensar a lo grande? Fuera con este eslogan. Para no darnos un tortazo laboral, Newport aconseja ejecutar primero pequeños experimentos concretos, que ofrecen una información también concreta, para maximizar las probabilidades de éxito. Es decir, no lanzarse a la piscina a grandes cosas hasta que hayamos ensayado. La estrategia de las pequeñas apuestas produce satisfacción personal y, a larga, reconocimiento. ¡Y aprendizaje! Porque nos ayudarán a educar el olfato para elegir después, si queremos, iniciativas atractivas y más grandes. «Abundan las personas que son buenas en lo que hacen pero que no han sabido orientar su carrera en una dirección atractiva», asegura. ¿Por qué? Porque no han diseñado una ruta lógica que les haya permitido avanzar con confianza.

DOS PILARES, SEGÚN NEWPORT

  • «Puede que 'sigue tu pasión' sea un pésimo consejo» Cal Newport dice que es difícil predecir por adelantado lo que se acabará queriendo (laboralmente) y que las cosas pasan por etapas. La primera debe ser obligarse a trabajar bien, obligar a las habilidades a nacer, «esa es la fase más dura». Según él, si Steve Jobs hubiese seguido solo su pasión, habría terminado de gurú zen (que era el trabajo que amaba de joven).

  • «Músicos, atletas y jugadores de ajedrez, entre otros, son conscientes de la práctica deliberada (desarrollar habilidades a base de esforzarse más allá de la zona de confort), pero los trabajadores no» Huir del esfuerzo como de la peste es un error y una fuente de insatisfacción a medio y largo plazo. Hay que aceptar que el esfuerzo es algo bueno. ¿Cómo ha aplicado esto Newport a su exitosa carrera profesional? Pone un ejemplo: durante un tiempo se impuso la tarea de leerse estudios científicos complicados. Al principio no entendía mucho, pero fue habituándose. Es decir, entrenó en algo difícil para mejorar

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