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Lunes, 8 de julio 2024, 01:02
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La Comunitat Valenciana tiene puntos de excepcional belleza. Tanto en el interior como en la costa. Tierra adentro están Morella, Montanejos, Ademuz, Requena, Guadalest, Alcoy y un sinfín de municipios que han explotado de otra forma ese turismo de no tener playa. Los que sí mojan el Mediterráneo (Peñíscola, Benicàssim, Cullera, Dénia...) juegan en otra liga bien diferente. Hasta estos puntos de costa acuden miles y miles de visitantes cada verano para disfrutar del agua del Mediterráneo, de la gastronomía singular y de un tiempo casi perfecto. Pero en este mes de julio los pasos han de conducir hasta otro municipio de la Comunitat Valenciana, ya que ha sido elegido por National Geographic como «el más bonito al que viajar este julio». No es ninguna sorpresa, simplemente es uno de esos lugares valencianos a los que hay que ir, al menos, una vez en la vida.
Hablar de Altea es hacerlo de uno de los epicentros turísticos de la Comunitat Valenciana. Mantiene ese aroma a pueblo mediterráneo, su casco antiguo ha sabido protegerse de edificios mastodónticos, por lo que la estampa sigue siendo igual de idílica si miramos hacia la zona antigua. Justamente esa imagen, esas calles, las casas blancas y el mantener la «esencia de pueblo mediterráneo» están entre los puntos que han hecho que Altea haya sido elegido como «el pueblo más bonito al que viajar este julio» para National Geographic.
La prestigiosa revista ha publicado un artículo en su página web de viajes en la que se describe a la perfección cómo es Altea y por qué hay que visitarla en este mes de julio. Los turistas ya han comenzado a llegar, porque es uno de esos enclaves en los que el verano parece menos sofocante, en el que un paseo es agradable casi a cualquier hora del día y en el que las noches tienen un color especial.
National Geographic destaca de Altea su «caso antiguo», sobre el que señala sus «callejuelas empedradas y sus casa blancas». Las dos cúpulas azules de la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo hacen que Altea luzca con todo su esplendor y que se haya ganado el apodo de 'la cúpula del Mediterráneo', por estar en el punto más alto del montículo y por coronar el templo parroquial con ese azul tan de la costa valenciana.
Ese mar es el que se puede ver desde los miradores de Altea, como el de la Plaza de la Iglesia, que se destaca en la publicación. Ahora esta localidad de la Marina Baixa comienza a experimentar esa simbiosis entre los turistas y lo local, mostrando una postal perfecta inalterada al paso del tiempo. Desde 'la cúpula del Mediterráneo' el verano es más especial. No es en julio, pero uno de los momentos más esperados del verano en Altea es el Castell de l'Olla, un castillo de fuegos artificiales sobre el mar Mediterráneo que tiene lugar el 10 de agosto.
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