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FORO LAS PROVINCIAS

Camp de Túria, una joya en la encrucijada entre el crecimiento y la sostenibilidad

Cinco alcaldes reclaman en un foro organizado por LAS PROVINCIAS más infraestructuras para no colapsar la comarca

EXTRA

Jueves, 27 de junio 2024, 14:13

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La Casa Gran Museu Etnogràfic de La Pobla de Vallbona acogió el encuentro comarcal 'Somos+', en este caso, centrado en el Camp de Turia. El diario LAS PROVINCIAS promueve este tipo de foros y eventos desde principios de año para fomentar el diálogo y la reflexión, en esta ocasión, sobre las potencialidades y sobre necesidades de la comarca del Camp de Túria.

El encuentro 'Somos+ Camp de Túria', celebrado el martes, contó con las colaboración del Ayuntamiento de la Pobla de Valbona, y la presencia de cinco ponentes que pudieron departir sobre el estado de la comarca y sus retos de futuro: los alcaldes de la Pobla de Vallbona, Abel Martí; l'Eliana, Salva Torrent; Vilamarxant, Héctor Troyano; Riba-roja de Túria, Robert Raga, además del concejal y teniente de alcaldía de Bétera, Carlos Abad. El encuentro estuvo presentado y moderado por la redactora de LAS PROVINCIAS, María José Carchano.

Grandes coincidencias

Durante el debate, hubo más coincidencias que puntos de fricción entre los participantes, que mostraron un diagnóstico similar, aunque con matices. Camp de Túria, señalaron, crece en población de manera exponencial, en actividad económica y en construcción de nueva vivienda de manera más que notable. En mayor o menor medida, este es un fenómeno que se detecta en todas las localidades, especialmente, en las grandes.

La coincidencia también fue plena en los principales retos que afronta la comarca: la necesidad imperiosa de infraestructuras de conexión, tanto de transporte público como para el transporte privado, con la gran ciudad y entre las localidades, especialmente, con Llíria, donde se realizan numerosos trámites por tratarse de la capital comarcal. Camp de Túria es, se llegó a decir, «una joya» que necesita inversiones del Estado, la Generalitat y la Diputación «para no colapsarse». También para seguir ofreciendo servicios públicos de calidad en pro del bienestar de la ciudadanía.

Explosión demográfica

Como anfitrión del evento, el alcalde de la Pobla de Vallbona, Abel Martí, fue el encargado de abrir el turno de intervenciones. Durante su alocución, Martí relató cómo su localidad y muchos pueblos de la comarca viven una situación de «explosión demográfica». Como ejemplo, en la Pobla de Vallbona han pasado de 11.000 a 28.000 habitantes, un 159% más, en los últimos 25 años. Ese es, comentó, el «reto demográfico» al que tiene que atender el ayuntamiento aunque se mostró partidario de «aprovechar el tirón», porque no quieren «cerrar las puertas a nadie». Eso sí, hay que crecer «de manera sostenible» y aprovechar todas las oportunidades comerciales e industriales que este crecimiento poblacional ofrece.

Para el alcalde de l'Eliana, Salva Torrent, el Camp de Túria «afronta un futuro esplendoroso». Su cercanía a la ciudad de Valencia, la cohabitación con tres parques y espacios naturales como La Vallesa, la Calderona y el parque fluvial del Túria y su situación privilegiada, así como su dinamismo económico e industrial, auguran un crecimiento poblacional y económico notable en los próximos años. En concordancia con su homónimo de la Pobla de Vallbona, Torrent apostó por un crecimiento «controlado y sostenible», para el que puso como ejemplo su propia localidad, que apostó hace décadas por un urbanismo de casas bajas, alejado del modelo de grandes edificios. Torrent también reivindicó utilidad de mecanismos como los planes urbanos de actuación municipal (PUAM), de los que l'Eliana fue pionera en todo el estado, y que sirvren para controlar y planificar el crecimiento, alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

Para que los mejores augurios se cumplan, el alcalde de l'Eliana puso en la lista del 'debe' de las administraciones como la Generalitat, la Diputación de Valencia y el gobierno central «mejores vías de comunicación», tanto con la ciudad de Valencia como entre los pueblos, especialmente, con Llíria; transporte público frecuente, de calidad y pensado para interconectar núcleos urbanos y urbanizaciones. Este mejor transporte público evitaría, a ojos de Torrent, el colapso diario de vías como la CV-35, que une la comarca con la capital.

Imagen principal - Camp de Túria, una joya en la encrucijada entre el crecimiento y la sostenibilidad
Imagen secundaria 1 - Camp de Túria, una joya en la encrucijada entre el crecimiento y la sostenibilidad
Imagen secundaria 2 - Camp de Túria, una joya en la encrucijada entre el crecimiento y la sostenibilidad

El caso de Vilamarxant es similar al del resto de localidades, como explicó su alcalde, Héctor Troyano. Desde 2019, la localidad ha pasado de 9.000 a 12.000 habitantes, lo que atribuye a un «cambio de paradigma a raíz de la pandemia», que ha reforzado aún más el papel de Camp de Túria como segundo anillo del área metropolitana de Valencia. Para Troyano, «es fundamental encontrar el equilibrio entre este crecimiento demográfico y el mantenimiento del bienestar, la calidad de vida y la igualdad de oportunidades» de todos los habitantes de la comarca.

En este sentido, el alcalde de Vilamarxant se quejó de cómo su localidad tiene que afrontar la prestación de servicios a una población de 12.000 habitantes con el mismo presupuesto que tenían cuando el pueblo tenía 7.000 u 8.000 habitantes. «No damos abasto», explicó Troyano. Robert Raga, alcalde de Riba-roja de Túria, recogió el guante y añadió que hay que reivindicar mayores transferencias al gobierno central, y que hay que tener en cuenta «las problemáticas singulares para ofrecer soluciones singulares», como es la de Camp de Túria.

Troyano introdujo, además, otros retos para la comarca: El de evitar que los pueblos y ciudades se conviertan en simples dormitorios para personas que trabajan en Valencia o sus pueblos más cercanos, y el posible fenómeno de la despoblación que puede afectar, aunque todavía no se detecta, a los núcleos más pequeños. Para evitar estas amenazas, abogó por trabajar para que los nuevos habitantes se sientan parte del municipio, integrándolos en el día a día y el mundo asociativo, lo que debe reforzar las raíces y el sentimiento de pertenencia al pueblo, y una clara apuesta por las infraestructuras necesarias, materializadas en equipamientos públicos como centros de salud, centros educativos, y nuevas vías, como la que necesita su localidad, Vilamarxant, para dejar de ser un nudo entre dos carreteras que atenaza el bienestar de la ciudadanía, algo en lo que coincidieron el resto de participantes. Troyano llegó a calificar la situación de la localidad como una «olla a presión» por esta circunstancia, y reclamó soluciones para realizar la circunvalación por fuera del núcleo urbano.

Ilusión y preocupación

El alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga, coincidió en el diagnóstico de sus predecesores, a los que reclamó unidad de acción, y describió el sentimiento que se tiene desde su consistorio como de «ilusión y preocupación». Entre las preocupaciones, Raga destacó las políticas urbanísticas que, en el caso de Riba-roja de Túria, están lastrando las posibilidades de la gestión municipal, ya que tienen paralizadas 22 unidades urbanísticas fruto de un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) «mal planificado, que fue un gran error» de administraciones locales anteriores.

Para Raga, que también es vicepresidente de la Mancomunitat de Camp de Túria, la comarca tiene una «potencialidad brutal» de crecimiento, pero necesita una apuesta decidida en infraestructuras que van más allá de las competencias y las posibilidades de las administraciones locales. En este sentido, tanto para él como para todos, la CV-50, es decir, el segundo 'bypass', es una obra fundamental. No solo por lo que significaría para la interconexión entre polos de la comarca, sino también para aligerar el tráfico de camiones en la A-7, continuamente colapsada, y para conectarse con la salida hacia Zaragoza y el norte de España.

Por su parte, el concejal de Bétera, Carlos Abad, describió los problemas de su localidad como similares a los del resto. Eso sí, remarcó que su pueblo cuenta con 25 urbanizaciones, lo que complica enormemente la movilidad y la prestación de servicios, y reveló cómo Bétera suma cada año 2.000 nuevos habitantes a una población que ya supera en este 2024 los 28.000 habitantes.

En Bétera, los núcleos disgregados por el término municipal y la población creciente provoca graves problemas de movilidad. «Algunos vecinos tardan más de una hora poder salir de casa», comentó, lo que desemboca en situaciones como que cuesta más salir de algunas partes de Bétera que el propio viaje a Valencia. Abad criticó soluciones como el carril exclusivo para Vehículos de Alta Ocupación (VAO) en la CV-35. Para el edil de Bétera, las soluciones llegarán si se da una unidad de acción y reivindicaciones, ya que es fundamental que «todos vayamos a una, si no, no vamos a arreglar los problemas de la comarca».

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