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Entrevista

Bocas

'Se ha creado un panorama novelesco y amarillista con el Gobierno': Germán Bahamón, presidente de la Federación Nacional de Cafeteros

Germán Bahamón, presidente de la Federación Colombiana de Cafeteros, dice que no cree en hecatombes.

Germán Bahamón, presidente de la Federación Colombiana de Cafeteros, dice que no cree en hecatombes.

Foto:Pablo Salgado / Revista BOCAS

Germán Bahamón, presidente de la Federación Nacional de Cafeteros, habló con BOCAS.

mauricio sáenz
Germán Bahamón, el presidente de la Federación Colombiana de Cafeteros, ha tenido que enfrentar la postura del gobierno del presidente Petro de quitarle el manejo de los dineros parafiscales al Fondo y la inesperada muerte de Carlos Castañeda, el hombre que personificaba a Juan Valdez. Es huilense, tiene su propia marca de café, le gusta montar en bicicleta y antes de estar al frente del FNC su trabajo eran los celulares y encontrar el encanto del papel Scott. Esta es su historia.

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Hoy suena bien decir, por ejemplo, que los 49 son los nuevos 29, pero la verdad es que, en Germán Bahamón, una frase tan manoseada suena razonable. Su aspecto juvenil parece contrastar con la dimensión del cargo que desempeña desde hace poco más de un año, donde estuvieron personajes de la historia como Mariano Ospina Pérez, Manuel Mejía (el legendario Mr. Coffee) y Arturo Gómez Jaramillo. Una gerencia general que, en casi 100 años de existencia de la Federación Nacional de Cafeteros, solo han ejercido 10 ejecutivos, ninguno de los cuales, no sobra decirlo, fue personalmente caficultor, como él.
Me topo con él a la salida del ascensor y me recibe con una sonrisa amplia que contrasta con sus fotos en los periódicos, generalmente adustas y con la frente ligeramente arrugada. Su gestión ha sido todo menos fácil, sobre todo en cuanto a las relaciones con el Gobierno. El ejecutivo actual tiene en la mira a la FNC, encabezada por este opita sonriente que derrotó a su candidato en el 2023 con el apoyo de un Congreso Cafetero que, al votar por él, rechazó mayoritariamente los intentos de la Casa de Nariño. Los voceros oficiales lo niegan, pero sus actos parecen confirmar que la Presidencia quiere apoderarse del gremio. En abril pasado, una Asamblea Nacional Cafetera convocada y financiada por el Gobierno sin el concurso de la FNC le sonó a medio país como el primer paso para minar la existencia misma de la Federación. Y el presidente Gustavo Petro no ha ocultado su interés por quitarle el manejo de los dineros parafiscales del Fondo Nacional Cafetero.
Aún con esa responsabilidad que pesa como un piano sobre sus hombros, Bahamón no refleja ningún tipo de estrés. Su actitud relajada no traiciona a ese personaje que describen sus amigos, un gran estudiante de principio a fin en el Gimnasio La Fragua, de Neiva. Un muchachito muy inquieto que fue convirtiéndose en un líder nato y desde noveno grado se convirtió en representante ante el rector y en “una especie de alcalde”. Un apasionado de los deportes, y en especial del ciclismo. Le encantan la velocidad, las motos, las carreras y el fútbol, y le han cobrado factura: “se ha partido casi todos los huesos, la tibia, el peroné, la clavícula”, dice un amigo suyo.
"Se ha creado un panorama novelesco y amarillista en torno a las relaciones con el Gobierno", dice Bahamón.

"Se ha creado un panorama novelesco y amarillista en torno a las relaciones con el Gobierno", dice Bahamón.

Foto:Pablo Salgado / Revista BOCAS

Ese mismo hombre que valora su vida familiar por sobre todas las cosas, que es el gran animador de su grupo íntimo de amigos del colegio, que les da clase de caficultura en los paseos a la finca, que aspiró a la alcaldía de Neiva como sin querer, porque según sus palabras “no es político”, es el primer finquero que ha llegado a dirigir la Federación Nacional de Cafeteros. No solo su familia estuvo entre las primeras en cultivar el grano en el Huila –hasta llevar al departamento a ser el primer productor del país– sino que ya adulto, él personalmente se convirtió en productor, en sociedad con sus hermanos, y ya tiene una marca consolidada. Es ingeniero de producción industrial y domina el proceso completo, tiene entre sus programas principales el lanzamiento de 18 centros de Industrialización y Mercadeo del Café, para que los cafeteros no tengan que trasladarse y hacer grandes esfuerzos para promover su café o hacer sus marcas, tostar, empacar y exportar individual, sino colectivamente; para garantizar un solo protocolo en cada paso como la trilla, la tostión, el empacado, y así cuidar la calidad del café de cada región.
Fue buen amigo de Carlos Castañeda, el hombre que encarnó a Juan Valdez durante los últimos 18 años, y estuvo con él en la feria de cafés de Chicago 15 días antes de la cirugía a corazón abierto en la que falleció. Recuerda con cariño sus anécdotas, como que cuando los numerosos sellos en su pasaporte causaban suspicacias en algún aeropuerto, él sacaba su foto como símbolo de los cafeteros y era inmediatamente reconocido en cualquier parte del mundo. Por ahora la elección del nuevo Juan Valdez apenas comienza y tomará un tiempo, dice.
Comencemos por el principio, ¿cuántos cafés se toma al día?
En la mañana me tomo cerca de 10 cafés, desde las 6 de la mañana hasta el mediodía. En la tarde me tomo, si acaso, uno o dos. Pero en la mañana es cuando lo necesito, el organismo me pide la cafeína para trabajar…
¿Es necesario tomar café?, ¿por qué es recomendable tomar café?
Porque el café es bueno para la salud. A nosotros nos habían vendido, cuando estábamos pequeños, que el café era solo para las personas adultas, pero el hecho es que hoy hasta los deportistas tienen entre sus bebidas energéticas la cafeína. Según los estudios que hay, ayuda al sistema cardiovascular y da energía. Como en las mañanas, cuando necesitamos comenzar la jornada. A mí, los fines de semana me pasa igual. Para levantarme un sábado o un domingo en mi casa yo mismo preparo mi café, yo mismo hago la molienda antes de ponerme a leer y ese tipo de cosas.
La entrevista con Germán Bahamón está en la nueva edición de BOCAS.

La entrevista con Germán Bahamón está en la nueva edición de BOCAS.

Foto:Hernán Puentes / Revista BOCAS

Pero usted nació en un cafetal. Sus recuerdos deben estar relacionados con el grano…
Sí, pero si somos más justos, yo nací dentro de la agricultura. Yo me crie y me eduqué gracias al agro. Mi papá y mis abuelos fueron agricultores, pero en el Huila, en Neiva, en donde nací, existía en ese momento algodón, soya y arroz. Y café. Pero fue más adelante en mi vida, en mi desarrollo, que mi papá se estuvo metiendo más en el café. Toda la vida estuve entre esos cultivos; mi abuelo también fue caficultor. Hoy en día soy caficultor, al igual que mi hermano. Toda la vida hemos estado conectados con el sector agropecuario.
Entonces ustedes fueron testigos del proceso en el que el Huila empezó a ser el mayor productor del grano en el país, más allá del Eje Cafetero…
Yo vi ese proceso con mi abuelo. Hubo unos personajes que llegaron a vivir a Huila, eran manizalitas, ellos fueron los que empezaron a decir, ‘oiga, aquí debería haber más café, ustedes tienen condiciones’. Nosotros éramos muy de las zonas bajas, en zonas planas, donde los cultivos que nos gustaban eran el arroz, el sorgo, la soya y el algodón. Los manizalitas les decían a mis abuelos y a mi papá que teníamos laderas andinas también, a lado y lado del río Magdalena, donde yo nací… y así empezó el Comité Departamental, con influencia de estos manizalitas. Por lo menos para mí, en mi historia, son esenciales estos personajes que venían de la zona cafetera de antaño. Y tenían razón: el departamento del Huila se convirtió en el mayor productor de café.
Y con todo esto en la cabeza usted decidió estudiar ingeniería de producción agroindustrial…
Tal cual. Mi papá era ingeniero civil, pero fue un finquero de toda la vida. Su pasión era la finca. Él quería que yo también fuera ingeniero civil. Pero todo lo que yo veía era materias primas. El Huila es materias primas por excelencia, y sabíamos que la transformación de los productos agrícolas es lo que genera valor. En el departamento hubo momentos en los cuales se crearon fábricas para transformar la materia prima y sacar aceite. Desde entonces me nació el deseo por estudiar ingeniería de producción agroindustrial, porque sé perfectamente que transformar la leche, el arroz, el algodón, la soya y el café es lo que genera valor…
Germán Bahamón dice que fue un error no haber estado tan presente en China.

Germán Bahamón dice que fue un error no haber estado tan presente en China.

Foto:Pablo Salgado / Revista BOCAS

Pero también hizo un par de maestrías en materias relacionadas con mercadeo, y luego tuvo experiencias que no tienen nada que ver con el agro…
Uno toma decisiones de hacia donde quiere dirigir su vida, pero la vida se encarga de ponerlo a uno en los sitios. Yo tomé la decisión de ser un ingeniero de planta de transformación de materias primas, y en algún momento un jefe que tuve en la primera empresa en la que trabajé, en Alquería, me dijo: “usted tiene pensamiento estratégico; yo no sé usted qué hace en temas de producción”. Mi deseo era estudiar finanzas después, y él me dijo: “está errado; váyase por este lado, porque me gustaría tenerlo en desarrollo de productos”. Y ahí empecé a conectarme con el consumidor, porque en esa línea tocaba evaluar con el consumidor final, como el ama de casa. Y así encontré lo bonito que es el marketing, oír a la gente, llevarle lo que está pidiendo, y empecé a pasarme hacia la línea comercial.
Y luego tuvo experiencias en el área tecnológica…
Pero antes, después de la Alquería, participé en un proceso de selección y me llamaron de Kimberly-Clark, una empresa que tiene productos poco sexis, como el papel higiénico (risas), en el tema de mercadotecnia o marketing. Estuve trabajando con la marca Scott, con el reto de cómo generar sensaciones bonitas a productos tan fríos como las toallas de cocina. Ese tipo de experiencias me permitieron adentrarme en el mundo del consumidor. Luego me llamaron a Sony, y entré a otro mundo totalmente distinto: en el de la electrónica. Y ahí consolidé mi carrera profesional. Trabajé 13 años en Sony.
¿Y en esos años se imaginaba llegar a la gerencia de la Federación Nacional de Cafeteros?
No, nunca. Yo estaba absolutamente involucrado en el sector tecnológico, y uno queda un poco encasillado en esa industria. Estuve en Sony en la parte de electrónica, luego estuve en la de telecomunicaciones, con los celulares Sony Ericsson, y además tuve esa posibilidad de tener experiencias internacionales, de ir a vivir a Ecuador, a Panamá, a México. Y después tuve la oportunidad de volver aquí a trabajar para toda Latinoamérica, pero desde Bogotá. Yo estaba muy metido en el cuento de la electrónica y creía que ese era mi acuario natural y que de ahí no me iba a sacar nadie, después vino Apple…
Sony, Apple, y entonces qué pasó…
Cuando vi que la Federación estaba buscando nuevo gerente quise aplicar, porque yo ya había empezado en el 2016 a hacer mi propia marca de café. Yo soy caficultor, y con esa semillita que tengo como ingeniero de producción agroindustrial empecé a generar mi transformación del producto agrícola, a crear una marca, a generar experiencias en el consumidor; invité a mis hermanos a que trabajaran conmigo en eso, creamos una tienda, tuvimos una página en internet para vender nuestro producto. Y cuando vi que la Federación estaba buscando gerente, me dije, “bueno, nada se pierde con poner la hoja de vida”. Participé en el proceso, y digamos que llevé un mensaje a los comités departamentales en invitarlos a recorrer la cadena de valor, a trabajar por la experiencia del consumidor, a dejar de pensar como agricultores y pensar como transformadores, como la economía de mercado, y aquí estoy…
Pero la gestión, en estos tiempos que corren, ha resultado un ‘chicharrón’ desde el día uno, ¿o no?
Pues depende de cómo uno la quiera ver. A mí me ha parecido ‘demasiado energética’, para ponerlo de otra manera. Me ha retado enormemente. Habría sido totalmente distinto llegar a una organización gremial de esta naturaleza con todo hecho, o con un funcionamiento perfecto, no solo en las relaciones con otras entidades, sino al interior de la misma gremialidad. Yo creo que lo más bonito ha sido, aun con estrés, vivir esos retos, y la posibilidad de armar un equipo de trabajo (porque uno se debe al equipo) y buscar cuáles deberían ser las soluciones a todo lo que está enfrentando la caficultura. La caficultura lleva 96 años, así que no vamos a reinventarla, pero sí tenemos que ponernos a tono de transformarnos y ponernos a punto y a tono del comercio mundial.
"Hoy el Gobierno quiere revisar si las cosas que hicimos están bien hechas o si las podemos mejorar", dice Bahamón.

"Hoy el Gobierno quiere revisar si las cosas que hicimos están bien hechas o si las podemos mejorar", dice Bahamón.

Foto:Pablo Salgado / Revista BOCAS

¿Y cuáles son los problemas a los que usted se refiere y cuáles serían las políticas para enfrentarlos?
Yo creo que lo más importante es modernizar. Yo he venido diciendo que quiero traer las buenas prácticas del gobierno corporativo, de la empresa privada, de las multinacionales a la multinacional más importante de los colombianos, que es la Federación Nacional de Cafeteros. Recorremos toda la cadena de valor, porque acompañamos el cultivo, las buenas prácticas agrícolas, hacemos la trilla, llevamos el producto a los puertos, controlamos la exportación, hacemos transformación, bien sea para producto soluble o producto tostado, y tenemos incluso las tiendas de experiencia. Somos exportadores, es decir, estoy en lo que soñé siempre, en el sentido de tener una compañía que de principio a fin pueda generar valor. Eso, definitivamente, en el mundo global hoy, nos genera muchos retos. El no haber estado tan presentes en China, el no haber sido tan presentes en el Medio Oriente, ese tipo de creación de demanda es lo que yo quiero traer a la Federación. Siempre hemos actuado como el agricultor que produce y luego ve a quién se lo va a vender. Y yo creo que lo más importante es al contrario, y haciendo ese cambio de mentalidad, de creación de demanda para poder cultivar, puede haber un cambio notable en lo que podría ser el precio, porque toda la vida nos han enseñado los economistas que esto es elasticidad precio-demanda. Entonces, si hay una sobreoferta, cae el precio, pero si mejoramos la demanda, siempre va a haber unos precios atractivos para el productor.

El presidente Gustavo Petro y la Federación

Pero la realidad es que, como usted lo decía, el escenario actual no ha sido ideal, y uno de los factores ha sido la posición del Gobierno, y en particular del presidente Gustavo Petro. ¿A qué atribuye esa oposición a su nombre al frente de la Federación?
Yo no lo personificaría. Yo creo que el presidente de la República tiene en la Federación una necesidad de entender esa historia de la que él, de pronto, tiene una sola versión, que es la que de pronto tenía la oposición. Los gobiernos siempre han estado con la Federación, llevamos 96 años trabajando armónicamente, no ha habido ninguna decisión que no haya estado acompañada por cuatro ministros y por el presidente. Hoy el Gobierno quiere revisar si las cosas que hicimos están bien hechas o si las podemos hacer mejor. Y esa invitación me parece adecuada. Yo estoy diciendo que hay que transformar las empresas del gremio para ponerlas a tono con el comercio mundial. Y en ese orden de ideas hay que revisar lo que se puede mejorar, cómo podemos lograr una organización más ágil, más liviana, que tenga más eficiencia en las operaciones logísticas y que permita que el cafetero deje de estar en esa odiosa frase del “living income” que nos han vendido los economistas del exterior, para que de verdad generemos riqueza. Yo no quiero que los cafeteros sigan viviendo pobres; lo que quiero es que tengan la posibilidad de recorrer la cadena de valor en cierta medida, para poder generar prosperidad a sus familias. En eso estamos trabajando.
Algunos lo han criticado por no haber tenido la suficiente cintura, para decirlo en términos futbolísticos, para acercarse al Gobierno y tener una relación más fluida, ¿qué validez tienen esas críticas?
Yo creería que es una crítica infundada. Lo único que hemos hecho es trabajar de la mano con el Gobierno. Una cosa es que nos hayan querido vender como enemigos acérrimos del Gobierno, y otra cosa es la realidad: desde el día uno de mi gestión hay mesas de trabajo abiertas que se reúnen semanalmente con el Ministerio de Agricultura, con el de Comercio, incluso con el Ministerio de Hacienda, y ahora con la Dirección Nacional de Planeación. Es decir, si bien es cierto que ha habido cuestionamientos del Gobierno acerca del pasado de la Federación, hemos demostrado que en el presente trabajamos firmemente y con resultados.
Germán Bahamón tiene su propia marca de café y fue un buen amigo de Carlos Castañeda, el último Juan Valdez.

Germán Bahamón tiene su propia marca de café y fue un buen amigo de Carlos Castañeda, el último Juan Valdez.

Foto:Pablo Salgado / Revista BOCAS

Y en concreto…
Por ejemplo, no habría un Incentivo a la Capitalización Rural (ICR) cafetero el año pasado sin la concurrencia de la Federación, no habría un ICR cafetero hoy desarrollándose de una manera importante en beneficio de la renovación de los cafetales. Hemos acompañado al Gobierno en las mesas técnicas para crear esos programas, como el Fondo de Acceso a Insumos Agropecuarios (FAIA) cafetero. Y la ejecución de esos programas oficiales no sería exitosa sin el concurso de nuestro servicio de extensión, para generar esos créditos de incentivo a la capitalización rural con Banco Agrario y Finagro. Entonces, creo yo, que más bien se ha creado un panorama novelesco y amarillista en torno a las relaciones con el Gobierno y la realidad es que, si bien es cierto no nos sentamos todos los días con los ministros, ellos se sientan conmigo cada mes y medio, en el Comité Nacional, y todas las decisiones que estamos tomando en torno al manejo del Fondo Nacional del Café tienen el beneplácito del Gobierno nacional.
Pero, ¿cómo se ve, desde la Federación, la intención del Gobierno, más o menos expresa, de crear una institucionalidad paralela, como quedó claro en la asamblea del mes pasado?
Yo lo que le puedo decir es lo siguiente: yo debo confiar en las personas, por principio, y el ministro de Hacienda, el doctor Ricardo Bonilla, nos ha dicho, no solo en el Congreso Cafetero de noviembre pasado, sino en el último Comité Nacional, que ellos no querían trabajar de espaldas a la Federación ni crear una entidad paralela. Eso no es óbice para que la ministra de Agricultura tenga las facultades y la oportunidad de crear las cadenas agrícolas y agropecuarias. En otros gremios hay cadenas productivas en donde lo que hacen es que crean capítulos regionales. Yo soy huilense y sé que en el departamento está la cadena del café, creada por la Gobernación, y la Federación participa en cada uno de los eslabones.
Y sobre los dineros del Fondo Nacional del Café, que usted sostiene que son de los cafeteros, mientras el presidente dice que son de la Nación, ¿por qué existe esa diferencia de opiniones?
Yo creo que quien ha estudiado el nacimiento de la parafiscalidad en Colombia, que no es exclusiva de los caficultores, se da cuenta de que, desde que nació el concepto con el FoNC, en 1940, lo que hace es buscar sumar esfuerzos. Cuando nació la Federación en 1927, se reunieron cafeteros de todas las regiones productoras de ese momento, en beneficio de protegerse, de proteger los intereses de los caficultores colombianos y buscar mancomunadamente encontrar las oportunidades para defenderse de cualquier tipo de mercado. Y lo que está haciendo la Federación desde 1940, y que sirvió para esa génesis de la parafiscalidad colombiana en otros renglones agrícolas del país, es que nosotros ahorramos con una contribución cafetera de las exportaciones en un fondo común para ser invertido solo en los cafeteros.  
Antes de llegar al gremio de los cafeteros, Bahamón hizo carrera en el sector tecnológico.

Antes de llegar al gremio de los cafeteros, Bahamón hizo carrera en el sector tecnológico.

Foto:Pablo Salgado / Revista BOCAS

Entonces…
Entonces ahí no hay posibilidad de ambigüedad: son recursos de los cafeteros que administra su organismo más representativo y que se reinvierte en los cafeteros. Pero como nadie distinto del Gobierno nacional puede cobrar impuestos, surgió ese término de parafiscalidad, para que el Gobierno nos diera permiso para administrar esos dineros públicos como Federación Nacional de Cafeteros. Eso pasa en otros gremios. No hay posibilidad de ambigüedad: la plata es de los productores, se reinvierte en los productores y la debe administrar, por contrato con la Nación, el organismo más representativo de los productores, en este caso, la Federación Nacional de Cafeteros.
Y ante la posibilidad de que el Gobierno dé por terminado ese contrato, ¿cuál sería la defensa…?
Vuelvo y le repito, yo no estoy pensando en hecatombes, pero muchas veces lo único que están pensando algunos es si va a haber un raponazo. Y yo no creo. Yo creo que este país ha sido siempre respetuoso del derecho, de las leyes, y en ese orden de ideas tenemos un contrato que dice que la Federación será la administradora del Fondo hasta julio del 2026. En esa fecha debemos buscar que pase lo que siempre ha pasado en los últimos 60 años, y es que se renueve ese contrato por 10 años más. Entonces esperamos que en julio del 2026 podamos sentarnos con el Gobierno a mostrar los resultados de la eficiencia y la transparencia en el manejo del Fondo por la entidad más representativa del gremio, y que se renueve el contrato.
En su vida personal entiendo que usted es una persona muy dada a su casa, a su esposa, que conoció en la adolescencia, a sus dos hijas, pero ahora debe faltarle tiempo para eso, y para su bicicleta…
La bicicleta se quedó colgada en una pared, lastimosamente. Llevo un año sin montar con la frecuencia que tenía cada semana. Este trabajo consume mucho tiempo, porque invita a estar viajando mucho a las regiones, y cuando llego a un sábado o un domingo, que son sagrados para mí y para mi familia, no puedo decirles que me voy a montar bicicleta y se los dedico totalmente. Soy poco sociable, no me gustan los cocteles y no soy una persona pública.
¿Y qué lo hace más feliz?
Acompañar a mis hijas a sus deportes. Mi hija mayor tiene una pasión que yo comparto: es adiestradora de caballos. Y mi hija menor hace gimnasia olímpica. Y tengo una esposa maravillosa que ha aceptado esa enorme tarea de ser mamá. Ángela ha sido, absolutamente, el mayor soporte de mi vida.
¿Y qué lo preocupa del país?
Creo que como sociedad estamos viviendo un reto: tratar de entender hacia dónde queremos dirigir este país. Y eso lo tenemos que hacer de manera colectiva. A veces nosotros los ciudadanos somos menos solidarios, y creo que en este momento el país necesita que todos los ciudadanos sean solidarios, es decir, que participen, opinen, estén ahí, sin esperar a que los políticos resuelvan por nosotros. Y parte fundamental de lo que ha venido ocurriendo, para mí, es que, a falta de partidos políticos fuertes que representen a la ciudadanía, los gremios han tenido que salir de su zona de confort y han tenido que actuar de una manera importante en la dirección de la sociedad.
Y cómo se ve en 10 años…
En 10 años espero estar retirándome de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y dedicándome a mis caballos…
mauricio sáenz
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