Llegado hasta aqu�, y por lo abrupto del camino, resulta complicado imaginar que Carlos Alcaraz no salga este domingo (22.00 h., Eurosport) campe�n del Abierto de Estados Unidos y n�mero 1 del mundo. No es un juicio de parte sino respaldado por el aura que se ha ganado a lo largo de un torneo en el que encadena tres cad�veres prendidos en la hoguera de su car�cter indesmayable, con una madurez y una gesti�n emocional impropia de sus 19 a�os.
Queda Casper Ruud, quinto cabeza de serie, con id�nticas aspiraciones a las del espa�ol, la copa y la primera plaza del r�nking, merecedor de todo el respeto en el que ser� su segundo asalto a un torneo de m�xima categor�a, tras perder frente a Nadal la �ltima final de Roland Garros. El noruego, que ha ca�do en sus dos citas con Alcaraz, cuartos del ATP 250 de Marbella de 2021, 6-2 y 6-4, y final del pasado Masters 1000 de Miami, 7-5 y 6-4, es la �ltima estaci�n en el apasionante viaje del murciano, que ha estado 13 horas y 33 minutos sobre la Arthur Ashe, la central, la sede de todos sus partidos, para superar consecutivamente a Marin Cilic, Jannik Sinner y Frances Tiafoe.
�Nos hemos aplicado con la evidencia cient�fica de las llamadas cuatro erres: rehidrataci�n, reposici�n de dep�sitos de gluc�geno, reparaci�n muscular y recuperaci�n del sistema inmunol�gico�, explica en conversaci�n telef�nica desde Nueva York Juanjo Moreno, fisioterapeuta de su equipo junto a Sergio Hern�ndez, en un grupo que lidera su preparador f�sico, Alberto Lled�, y en el que tambi�n vela por el bienestar del tenista su m�dico, Juanjo L�pez. �Tras el partido ante Tiafoe se acost� sobre las cuatro y media de la madrugada y le dimos un suplemento natural para inducir el sue�o, pero la noche m�s dif�cil fue la de Sinner, por la intensidad y la duraci�n del encuentro�, a�ade Moreno.
Proceso de madurez
Muchas cosas han cambiado en muy poco tiempo en el jugador que el pasado a�o se fue hasta los cuartos del US Open en su primera participaci�n. No se trata s�lo de su vertiginoso ascenso hacia el cielo del circuito, de los sucesivos r�cords de precocidad, de los dos Masters 1000 y los dos ATP 500, del drama con feliz ep�logo ante Sinner, de la predisposici�n para cualquier combate, sea cual sea el enemigo, sin importarle el n�mero de rounds ni los golpes encajados.
Se trata tambi�n, y ese cambio es significativo a la hora de entender por qu� est� donde est�, de una actitud m�s adulta sobre la cancha, tanto en su concepci�n del juego, con mejor selecci�n de golpes, como en la puesta en escena. Como hizo Nadal atendiendo los consejos de su entorno, en particular tras su papel estelar en la final de la Copa Davis de 2004, el murciano ya no se desgasta tanto en su interacci�n con el p�blico. La coreograf�a, a todas luces excesiva, posterior a los formidables puntos que sigue suscribiendo, ha dejado paso a reacciones mucho m�s contenidas.
Sin perder la sonrisa que forma parte de su propia esencia y manteniendo la asunci�n de riesgos, mayores si cabe en las situaciones cr�ticas, Alcaraz es ahora pasi�n templada, un hombre que ya no pierde el guion de los partidos, que sigue ah�, simplemente reafirm�ndose con gestos de aseveraci�n hacia el rinc�n desde donde le observa y ahora asesora sin las restricciones otrora reglamentarias Juan Carlos Ferrero, corresponsable no s�lo de su continuo crecimiento competitivo sino tambi�n de su educaci�n sentimental.
Sobrellevar la presi�n
Es tambi�n m�s medido su discurso, sin perder la espontaneidad propia de sus 19 a�os. Los discretos resultados posteriores a la espectacular victoria en Madrid, con Nadal, Djokovic y Zverev derribados en el camino, han contribuido a su progresi�n. Despu�s de aquello, se qued� en cuartos de Roland Garros (Zverev), en octavos de Wimbledon (Sinner), en la final de Hamburgo (Musetti), en la de Umag (Sinner), en su primer partido en Montreal (Tommy Paul) y en cuartos de Cincinnati (Norrie). Despu�s del partido contra Paul, reconoci� que hab�a sentido por primera vez la presi�n de figurar entre los favoritos.
Tras apabullar a Pablo Carre�o en la final del Conde de God�, record� que las finales no estaban para jugarlas sino para ganarlas. Hab�a vencido en las cinco primeras: Umag, NextGen ATP Finals, R�o, Miami y Barcelona. Lo har�a a continuaci�n en Madrid. Sentirse vulnerable, caer en las de Hamburgo y Umag, acompa�� un proceso l�gico. Lo extra�o no era que ahora perdiera, sino su impresionante primera parte del curso, la prolongaci�n de un estallido que sucedi�, precisamente, en el Abierto de Estados Unidos de 2021.
Ha habido que esperar nueve a�os para que un espa�ol distinto a Rafael Nadal se proyectase hacia la final de un torneo del Grand Slam. David Ferrer ten�a un monta�a casi inabordable, al encontrarse con el hoy ya 14 veces campe�n de Roland Garros. Magn�fico competidor, el de J�vea estaba lejos de las condiciones de Alcaraz y vivi�, adem�s, en una �poca de plena hegemon�a del denominado Big Three, con Nadal, Djokovic y Federer en plena efervescencia.
El murciano puede convertirse hoy en el n�mero 1 m�s joven de la historia, por delante de Lleyton Hewitt. En el l�der de un tiempo nuevo, donde, inevitablemente, los grandes dominadores del circuito en los �ltimos tres lustros, ceder�n el testigo.
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