Hay pocas certezas en el deporte, menos incluso que en la vida. Una victoria nunca es segura, tampoco una derrota, ah� la gracia, pero, pero, pero. La Espa�a de balonmano. Desde que Jordi Ribera es seleccionador, hace ya casi siete a�os, cada enero el mismo grupo repite los mismos movimientos, se seca los mismos sudores, comparte las mismas ideas. Y alcanza los mismos resultados. Este jueves empez� otro Mundial con una victoria ante Montenegro (30-25) y es imposible imaginar a esta selecci�n fuera de los cuartos de final, incluso de las semifinales.
En este tiempo se retiraron varios de los mejores jugadores de la historia del pa�s, Ra�l Entrerr�os, Julen Aguinagalde o Viran Morros, y nada ha cambiado. Quien no haya visto balonmano desde los Juegos de Tokio o, m�s atr�s a�n, desde los dos Europeos ganados puede engancharse ahora; encontrar� lo mismo. Una selecci�n que defiende, que corre y que crea. Ni los m�s altos, ni los m�s fuertes, pero los m�s unidos.
Ante Montenegro, Espa�a ni tan siquiera necesit� un buen partido para ganar. Le bastaron dos ratos, en el ecuador de ambas partes, primero para generar una ventaja de tres goles (15-12 al descanso) y luego para afianzarla. Y eso que el partido lo ten�a todo para acabar en un disgusto: era el debut en un gran campeonato, la selecci�n se entren� con muchos j�venes, Montenegro estaba excitad�sima, emocionada, en el partido de su vida, y su portero, Nebojsa Simic, acert�, acerc� much�simo. Pero el conjunto de Jordi Ribera sab�a que con hacer lo suyo ser�a suficiente.
La gesti�n de Dujshebaev
La selecci�n nunca estuvo c�moda, pero en esos periodos de bonanza, dos o tres contraataques de �ngel Fern�ndez o Kauldi Odriozola le sirvieron para crear la distancia necesaria para la victoria. Este s�bado se enfrentar� a Chile y el lunes a Ir�n en una primera fase que no deber�a ser m�s que un tr�mite. Una suerte de preparaci�n antes de una fase principal en la que Francia, Eslovenia o Polonia aumentar�n la exigencia. Como demostr� ayer el seleccionador, el objetivo de estos d�as es ahorrar esfuerzos y que todos los jugadores contin�en sanos.
Por eso ayer no jug� Joan Ca�ellas, veteran�simo, pero seguramente muy importante cuando lleguen las eliminatorias. Por eso otros treinta�eros, como Jorge Maqueda, Gede�n Guardiola o Adri� Figueras, no asumieron los minutos de siempre. Y por eso incluso tard� en aparecer Alex Dujshebaev, el lider del conjunto. Sabe Jordi Ribera que si Espa�a quiere alcanzar la final del Mundial, incluso ganarlo, el mejor jugador del mismo debe ser el mayor de los Dujshebaev y no puede pasar como en otras ocasiones, que llegue exhausto a las semifinales.
Por eso su protagonismo ser� creciente y tendr� m�s bal�n su hermano Dani. Ayer ambos anotaron los mismos goles -cuatro-, pero Dani necesit� 11 lanzamientos. De la gesti�n de ambos depender� el conjunto. En el deporte hay pocas certezas, menos incluso que en la vida, pero, pero, pero, la Espa�a de balonmano.
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