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Perro de monte: ¿conoce a este animal que rescataron en el Valle de Aburrá?
Esta semana llegó esta especie al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre para evaluar su estado de salud.
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Los kinkajú ( Potos flavus) están presentes en gran parte de Antioquia. FOTOS Cortesía Área Metropolitana -
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03 de julio de 2024
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Para nadie es un secreto que como el Valle de Aburrá tiene una topografía montañosa, está rodeado de flora, y por consiguiente, de animales silvestres. Lo que sí lo es, es cuáles de ellos son.
Esta semana, por ejemplo, el Área Metropolitana reportó que al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CAVR), que opera en conjunto con la Universidad CES, llegó un “perro de monte” cachorro, con la urgente necesidad de recibir atención médica especializada.
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“Durante su valoración médico veterinaria se le encontró una hemorragia nasal y una neumonía leve, por lo que fue necesaria la asistencia con oxígeno. Actualmente, está en tratamiento y en constante monitoreo en la sala de neonatos, y se esperan los resultados de sus exámenes de laboratorio”, escribieron los voceros de la autoridad ambiental en Instagram.
El reporte de este animal, que posiblemente fue víctima de la tenencia ilegal de fauna silvestre, se dio gracias a la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Alcaldía de Itagüí.
No obstante, el biólogo de la Universidad de Antioquia, José Fernando Navarro, le explicó a este medio que el animal que en la actualidad se encuentra al cuidado del Área Metropolitana, ha sido mal llamado “perro de monte”, pues en realidad se trata de kinkajú (Potos flavus), una especie de mamífero carnívoro de la familia de los prociónidos, a la que también pertenecen los olinguitos.
Estos se caracterizan por tener el “dorso pardo rojizo, pardo amarillento o pardo grisáceo ahumado (existe variación cromática); a menudo con una línea dorsal parada oscura que se extiende a lo largo del lomo. Pelaje corto y denso, de textura suave. Cabeza pardo rojiza a pardo negruzca, redondeada, cara plana, con rostro corto; de coloración similar a la cabeza; rinario desnudo, pardo; ojos grandes, redondos y bastantes separados. Lengua muy larga y altamente extensible. Orejas pequeñas cubiertas de pelo, redondeadas, dispuestas de manera baja y muy lateralmente, de color pardo. Manos y patas de coloración similar al dorso, con cinco dedos, con garras largas, curvas y afiladas. Cola ligeramente más que la longitud de la cabeza y cuerpo, prensil y robusta que actúa como quinto miembro para mantener el equilibrio de coloración similar al dorso; la cola hacia la punta se hace más aguzada, y se torna más oscura. Vientre de coloración amarillenta a pardo anteado o anaranjado”.
Usualmente se encuentran en bosque, en general, poco intervenidos (primarios y secundarios), plantaciones y bosques de galería. Viven en la vegetación boscosa, rala o densa, media o alta, multiestratificada o no. En zonas bajas y húmedas o montañosas y templadas, pues son animales estrictamente silvícolas, que se adatan fácilmente en los bosques secundarios y en los cafetales; que se alimentan de frutas, néctar, miel, aves, huevos, mamíferos, pequeños invertebrados y vertebrados; y que “Tienen hábitos nocturnos y arborícolas, o sea, pueden hallarse aislados o en grupos, formados por la madre y cría, más o menos desarrolladas, pero en arboles que visitan en procura de alimento, pueden localisarse pequeños grupos activos de noche, su presencia se conoce fácilmente por el ruido, produciendo una gran perturbación que altera la tranquilidad de las noches en los bosques, tumbando ramas, flores y hasta nidos de aves, a las cuales también atacan y comen, comportándose agresivamente”.
¿Qué son entonces los perros de monte?
Su nombre científico es Speothos venaticus, y según la revista científica Scholarly Community Encyclopedia, son una especie de cánidos pequeños que habitan bosques densos y humedales de América Central y del Sur, pero que poseen características físicas distintivas que les permiten adaptarse a estos entornos complejos. No obstante, su tamaño es compacto, con una longitud de 63 a 76 centímetros, excluyendo la cola, y una altura en el hombro de alrededor de 22 a 30 centímetros. Tienen un pelaje corto y áspero, en el que predominan el color marrón rojizo y el marrón oscuro, que les ayuda a camuflarse en sus entornos.
Además, “los perros de monte son principalmente carnívoros y su dieta incluye roedores grandes como acuchís, agutíes y pacas, además de animales de mayor tamaño como capibaras y aves como el ñandú”, explica la página Animal Diversity, y su estructura social es notable, ya que forman manadas cooperativas compuestas por unidades familiares, lo que les permite cazar de manera efectiva y cuidar colectivamente de sus crías.
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Estos animales son principalmente nocturnos y territoriales, utilizando marcas de olor y vocalizaciones para establecer y defender su territorio, sin contar con que la razón por la que prefieren hábitats densos y remotos, es que estos les ofrecen el camuflaje y la protección necesarios para tener un estilo de vida secreto.
En términos de conservación, el perro de monte está clasificado como Vulnerable (VU) a la extinción en la Lista Roja de la IUCN. “Las principales amenazas incluyen la pérdida y fragmentación de su hábitat debido a actividades humanas como la agricultura y la deforestación. También enfrentan riesgos por conflictos con actividades humanas y enfermedades transmitidas por perros domésticos. Existen programas de cría en cautiverio en varios zoológicos para ayudar a conservar esta especie única”.
¿Qué hacer si se encuentra con uno de estos animales en el Valle de Aburrá?
Llamar de inmediato a la línea de emergencias de fauna silvestre del Área Metropolitana para generar el reporte. El número es 3046300090.
En ese momento, los encargados le pedirán un registro fotográfico o de video del animal, datos de contacto y ubicación en tiempo real y le darán una seríe de indicaciones dependiendo de la especie que está reportando.
