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¿Cómo sería un mundo sin Airbnb o viviendas de alquiler, el negocio que mueve al turismo?
El modelo de negocio de Airbnb comienza a peligrar en algunas ciudades capitales el mundo por la crisis de vivienda, una problemática que se incrementa con este tipo de proyectos.
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Airbnb es una compañía que ofrece una plataforma digital dedicada a la oferta de alojamientos a particulares y turísticos mediante la cual los anfitriones pueden publicitar y contratar el arriendo. Foto: Airbnb.
08 de julio de 2024
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En Barcelona, España, el alcalde Jaume Collboni hizo un anuncio sobre los alquileres temporales, como Arbnb: estarán prohibidos en la ciudad a partir de noviembre de 2028, para enfrentar “el mayor problema de Barcelona”, una crisis de vivienda que ha dejado a residentes y trabajadores por fuera del mercado inmobiliario debido al incremento en los precios de los arriendos.
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La estrategia incluye la reincorporación al mercado residencial de 10.000 apartamentos actualmente registrados como alquileres temporales en plataformas como Airbnb.
Esta acción se enmarca en un esfuerzo global por regular y, en algunos casos, prohibir los alquileres temporales, en un intento por aliviar las crisis de vivienda en diversas ciudades.
Barcelona no está sola en este tipo de iniciativas. Desde septiembre de 2023, Nueva York exige que cualquier alquiler a corto plazo esté registrado con las autoridades y que el propietario esté presente durante la estancia de los inquilinos.
Berlín también prohibió los Airbnb en 2014, aunque permitió su regreso en 2018 bajo estrictos controles. En muchas ciudades costeras de California, los alquileres temporales están prohibidos o severamente regulados.
La cuestión de fondo es si los alquileres temporales realmente contribuyen a la crisis de vivienda. Según una investigación de la Harvard Business Review sobre la prohibición en Nueva York, estos alquileres no son los principales responsables del aumento de los arriendos y que las regulaciones podrían ofrecer mayores beneficios que una prohibición total. Sin embargo, las restricciones envían una señal clara a los residentes de que sus necesidades son una prioridad.
Otros problemas que incrementan la crisis de vivienda son los sueldos congelados, especialmente para trabajadores del sector público, y reducidos programas de construcción residencial.
Airbnb, que domina el mercado con más del 50% de las reservas online, ha transformado la industria del alojamiento turístico desde su lanzamiento en 2007, ofreciendo la posibilidad de “vivir como un residente local”. Sin embargo, ha enfrentado críticas por inflar los precios de la vivienda y convertir áreas residenciales en zonas turísticas.
La prohibición de los alquileres temporales plantea una incógnita: ¿cómo afectará esto a la experiencia de viaje y a los precios de alojamiento? Lucy Perrin, editora de artículos de viaje en The Times, señaló para el medio BBC, que estos alquileres ofrecen una experiencia más auténtica y precios competitivos, especialmente beneficiosos para familias y grupos.
Caitlin Ramsdale, de la plataforma Kid & Coe, destacó para el mismo medio que los hoteles no siempre son una opción viable para familias, y la prohibición de los alquileres temporales podría limitar las opciones disponibles.
El equilibrio entre las necesidades de los residentes y los turistas es delicado. En British Columbia, Canadá, el primer ministro David Eby expresó que la prioridad debe ser la vivienda para familias e individuos por encima de las inversiones para alquileres temporales. Esta perspectiva resuena en muchas ciudades que buscan limitar el impacto negativo del turismo en la vivienda local.
Mientras tanto, la industria hotelera podría beneficiarse de la reducción de competencia, elevando los precios de las habitaciones. No obstante, Perrin argumenta que la eliminación de alquileres temporales podría hacer que ciudades como Barcelona ofrezcan una experiencia más auténtica y culturalmente rica, al permitir que los locales permanezcan en el centro de la ciudad.
La regulación de los alquileres temporales, con limitaciones de tiempo y controles estrictos, podría ser una solución intermedia. Sin embargo, la implementación y el coste de estas regulaciones siguen siendo un desafío.
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En resumen, la prohibición de los alquileres temporales en Barcelona y otras ciudades refleja un esfuerzo por equilibrar los beneficios del turismo con las necesidades de los residentes. El futuro dirá si estas medidas lograrán aliviar la crisis de vivienda sin sacrificar la vitalidad turística que muchas ciudades buscan mantener.
