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Histórica reclamación: una familia estadounidense demandó a la Nasa por basura espacial que cayó en su casa

Un fragmento de carga de baterías envejecidas proveniente de la Estación Espacial Internacional en 2021, cayó tres años después en la casa de Alejandro Otero en Naples, Florida. La Nasa se enfrenta a la primera demanda en su tipo que marcará un precedente para próximos casos.

  • La basura que cayó fue un cilindro metálico de aproximadamente 10 centímetros. Según la Agencia Espacial Europea (ESA), hay actualmente más de 36.500 objetos orbitando la Tierra. FOTO: Shutterstock
    La basura que cayó fue un cilindro metálico de aproximadamente 10 centímetros. Según la Agencia Espacial Europea (ESA), hay actualmente más de 36.500 objetos orbitando la Tierra. FOTO: Shutterstock
28 de junio de 2024
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En marzo de 2021, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa), utilizó el brazo robótico de la Estación Espacial Internacional, desde donde liberó un palé de baterías envejecidas, arrojando al espacio unos 2.600 kilos de basura en 2021, según detalló el diario europeo El País.

Tres años después, el 8 de marzo de 2024, un fragmento de esta carga atravesó el techo y el suelo de la casa de Alejandro Otero en Naples, Florida. Este incidente ha llevado a los Otero a presentar una demanda histórica contra la Nasa, la cual podría establecer un precedente legal significativo.

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La familia Otero, representada por la abogada Mica Nguyen Worthy de la firma Cranfill Sumner, ha presentado una reclamación formal contra la Nasa. La demanda incluye daños materiales no cubiertos por seguros, compensaciones por interrupción de negocios, indemnizaciones por angustia emocional y los costos de asistencia de terceros. Medios locales estiman la cifra solicitada en más de 80.000 dólares (unos 75.000 euros).

El objeto que causó el daño es un cilindro de aleación metálica Inconel, de aproximadamente 10 centímetros de alto y 4 centímetros de diámetro, con un peso de 700 gramos. Tras un análisis, la Nasa confirmó que el objeto formaba parte del equipo de soporte de vuelo utilizado para montar baterías en la paleta de carga de la Estación Espacial Internacional. Este hecho ha llevado a la Nasa a investigar detalladamente el incidente para actualizar sus modelos de reentrada atmosférica.

La basura espacial es un problema creciente debido al incremento del tráfico espacial, como aseguró la abogada en un comunicado del bufete de abogados en que anunció la reclamación, que califica de “histórica” y que servirá para asentar bases jurídicas a este tipo de problemáticas.

La órbita baja terrestre está llena de millones de fragmentos de basura, incluyendo partes de cohetes, satélites inactivos y trozos de naves espaciales. Estos objetos pueden alcanzar velocidades de hasta 29.000 kilómetros por hora, representando un peligro significativo para las operaciones espaciales y la vida en la Tierra.

La Agencia Espacial Europea (ESA) estima que hay más de un millón de fragmentos de basura espacial de más de un centímetro y 130 millones de más de un milímetro en la órbita terrestre. Estos fragmentos, especialmente los más grandes, tienen el potencial de causar daños catastróficos a los activos espaciales.

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La reclamación de la familia Otero se ha presentado bajo la Ley Federal de Reclamaciones por Agravios (FTCA), permitiendo a los ciudadanos demandar al gobierno por negligencia. La Nasa tiene seis meses para responder a esta reclamación, como aseguró el medio europeo.

Worthy destacó que los ciudadanos estadounidenses no deberían tener que basar sus reclamaciones en teorías de negligencia cuando el gobierno se ha comprometido a ser “absolutamente responsable” bajo tratados internacionales por los daños causados por objetos espaciales.

Worthy señaló que, si este incidente hubiera ocurrido en otro país, Estados Unidos sería responsable de pagar por los daños en virtud del Convenio sobre Responsabilidad Internacional por Daños Causados por Objetos Espaciales. Por lo tanto, solicita a la Nasa que trate a los ciudadanos estadounidenses con el mismo estándar de responsabilidad y compense adecuadamente a la familia Otero.

Este caso subraya la urgente necesidad de abordar el problema de la basura espacial y sus posibles impactos en la Tierra. La demanda de los Otero contra la Nasa podría establecer un precedente importante para futuros casos y enfatiza la necesidad de medidas más efectivas para gestionar y reducir los desechos espaciales.

La comunidad internacional ya está tomando medidas, como la Carta de Basura Cero firmada por doce países europeos, para mejorar la sostenibilidad de las actividades espaciales y proteger tanto a los activos espaciales como a la vida en la Tierra.

El desafío de la basura espacial

La basura espacial es un desafío creciente que amenaza tanto a las misiones espaciales como a los sistemas de comunicación y navegación en la Tierra.

Según la Agencia Espacial Europea (ESA), hay actualmente más de 36,500 objetos de más de 10 cm orbitando la Tierra, alrededor de un millón de fragmentos entre 1 y 10 cm, y aproximadamente 130 millones de partículas menores de 1 cm.

El impacto de estos desechos no es solo teórico. En promedio, se detectan más de 400 eventos de fragmentación de satélites por año, lo que aumenta la cantidad de basura espacial y el riesgo de colisiones. Un ejemplo notable fue el incidente de 2009, cuando el satélite ruso Cosmos 2251 chocó con el satélite de comunicaciones Iridium 33, generando miles de fragmentos peligrosos.

Además del riesgo de colisión, la basura espacial puede causar daños significativos. La Nasa estima que la Estación Espacial Internacional debe realizar maniobras de evitación de colisiones al menos una vez al año para prevenir impactos con escombros espaciales. En 2021, la ISS tuvo que ajustar su órbita tres veces para evitar colisiones potencialmente catastróficas.

El costo de mitigar y prevenir los efectos de la basura espacial es considerable. Las compañías de satélites invierten millones en desarrollar tecnologías de escudo y en maniobras de evasión.

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Por ejemplo, el escudo Whipple, utilizado en la ISS para proteger contra impactos de micrometeoritos y basura espacial, ha sido crucial en la prevención de daños, pero representa un costo significativo en el desarrollo y mantenimiento de la estación.

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