¡Cuidado con las bebidas vegetales! La OMS alerta sobre sus posibles riesgos para la salud

Los lácteos de origen vegetal como la leche de almendras o los yogures de soja cada vez cobran más peso en Europa, lo que podría estar repercutiendo en la salud. 

Según un informe del organismo sanitario, la creciente popularidad y disponibilidad de alternativas vegetales a fuentes clave de este mineral, como la leche, los productos lácteos y el pescado, está contribuyendo a que la "ingesta insuficiente de yodo sea persistente y creciente" en la Región Europea de la OMS. Esto aumenta los riesgos para la salud de las personas, en particular para las mujeres embarazadas, que tienen mayores necesidades de yodo.

Europa se rinde a los lácteos vegetales

En Europa cada vez se bebe menos leche. Según una investigación de Rabobank, las ventas de productos lácteos en este territorio fueron “flojas” en 2023. Las previsiones para 2024 son igualmente débiles.

De acuerdo a las cifras publicadas el año pasado,recogidas por Vegconomist, las ventas de leche vegetal en Europa aumentaron un 49% en dos años, lideradas por Alemania. En Suiza, las ventas de alternativas a la leche aumentaron casi un 80% entre 2017 y 2021. El mercado del queso de origen vegetal es particularmente fuerte, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 15,1% prevista para la próxima década.

Cuáles son los riesgos

 La ingesta de yodo es especialmente importante para el desarrollo cerebral del feto antes y durante el embarazo. La deficiencia de yodo está también asociada con un aumento del volumen tiroideo. 

Además del signo visible del bocio, que es un bulto o hinchazón en la parte delantera del cuello causado por una tiroides inflamada, la deficiencia de yodo también aumenta la frecuencia de trastornos tiroideos como el hipertiroidismo. Cuando no es tratado aumenta el riesgo de arritmia cardíaca, insuficiencia cardíaca, osteoporosis, resultados adversos del embarazo y deterioro cognitivo en personas mayores.

 “El cambio hacia alternativas lácteas de origen vegetal, en particular entre las mujeres, que ya tienen un mayor riesgo de deficiencia de yodo y enfermedades tiroideas que los hombres, es preocupante para su nutrición en yodo, especialmente en los países que dependen de la leche como fuente de yodo, ya que la mayoría de las alternativas lácteas no lo contienen”, advierte Dr. Hans Henri P. Kluge, Director Regional de la OMS para Europa. 

La yodación de la sal sigue siendo la principal estrategia para garantizar una ingesta adecuada de yodo en la región, "pero también se ve afectada por los cambios en la dieta y el estilo de vida", alerta el informe.

Los alimentos producidos o cocinados fuera del hogar, como el pan, las carnes procesadas o las comidas preparadas, son ahora las principales fuentes de sal en la dieta occidental, y representan el 70-80% del total. Sin embargo, estudios de mercado recientes revelaron que solo el 9% de la sal de los productos alimenticios procesados

en Alemania y el 34% en Suiza estaba yodada. En 24 países con yodación voluntaria o nula, los alimentos de consumo habitual suelen producirse con sal no yodada.