Alquilar en España, un lujo cada vez más caro

El acceso a la vivienda se ha convertido en un reto cada vez mayor para muchos españoles, especialmente para aquellos que viven de alquiler, con inquilinos cada vez más ahogados por un pago obligado e imprescindible, que supone en muchos casos, cada vez más, acercarse a la mitad del sueldo para afrontarlo.

Un reciente informe del Banco de España (aquí puedes ver todo lo referente a la vivienda) revela que dos de cada cinco inquilinos destinan más del 40% de sus ingresos al pago del alquiler. Esta situación es especialmente grave entre los hogares con menor renta, que no tienen opción de acceder a la compra de una vivienda. 

Comparativa con las hipotecas

Aunque el esfuerzo requerido para pagar la hipoteca ha aumentado en los últimos dos años debido al alza de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), el esfuerzo necesario para hacer frente al alquiler sigue siendo más elevado para los hogares con menores ingresos. Pero lo peor es que la compra no es una opción para el 82,5% de las familias, al no poder acceder a una hipoteca o que el esfuerzo sería aún mayor. 

Mientras que la proporción media de ingresos necesaria para pagar una hipoteca ha crecido hasta rozar el 40% de la renta bruta disponible de los hogares, la proporción de renta destinada al alquiler ha disminuido ligeramente en la última década. Sin embargo, esta disminución no se refleja en los hogares con menores ingresos, que dedican una media del 45% de sus ingresos al pago del alquiler.

¿Qué contribuye al aumento del costo del alquiler?

El Banco de España señala también que los problemas en el funcionamiento del mercado del alquiler son una de las principales razones detrás del elevado coste del alquiler. La escasez de oferta de viviendas en alquiler y la alta demanda han llevado a un incremento de los precios. 

Además, la probabilidad de impago se incrementa al sobrepasar el umbral máximo recomendado del 35% de la renta, lo que agrava aún más la situación de los inquilinos.

Se supone que en España "faltan" 600.000 viviendas, pero casi 4 millones están vacías

Comparemos con otras economías europeas

El informe del Banco de España destaca que la sobrecarga por el gasto en vivienda de alquiler es más intensa en España que en otras grandes economías europeas. La proporción del 40% de hogares arrendatarios en España que se encuentran en situación de sobreesfuerzo duplica la media de la Unión Europea. En Francia, esta proporción está alineada con el promedio europeo, mientras que en Alemania e Italia se sitúa en el 15% y 25%, respectivamente.

¿Cuál es el impacto en diferentes regiones y colectivos?

Las comunidades autónomas más afectadas

Dentro del mercado del alquiler, la situación es aún más complicada en el centro de las ciudades y en determinadas comunidades autónomas especialmente tensionadas. 

En la Comunidad de Madrid, Andalucía, Baleares y Cataluña, más del 50% de los hogares arrendatarios en los centros urbanos destinan más del 40% de su renta neta al alquiler. En la periferia de las ciudades, esta proporción es del 35%, y fuera de estos núcleos urbanos, cae al 30%.

Jóvenes y otros colectivos vulnerables

La dificultad de acceso a la compra de vivienda se focaliza especialmente en colectivos como los jóvenes. Según el Banco de España, el 65,9% de las personas de entre 18 y 34 años vivían todavía con sus progenitores en 2022. Este elevado porcentaje refleja los problemas crecientes de acceso a la vivienda, ya sea en alquiler o en propiedad, de un colectivo que también enfrenta peores condiciones en el mercado laboral.

Datos reveladores que no ayudan 

La tasa de paro y la de parcialidad de la población de entre 15 y 29 años duplican la del resto de rangos de edad. Además, los jóvenes han sufrido una importante pérdida de poder adquisitivo, con un crecimiento salarial del 25% entre 2015 y 2022, mientras que los precios de la vivienda y el coste del alquiler han aumentado un 42% y un 28,5%, respectivamente.

¿Hay solución?

Las políticas públicas y las medidas gubernamentales se enfocan normalmente en aumentar la oferta de viviendas en alquiler y regular los precios; ofrecer incentivos fiscales a los propietarios para que pongan más viviendas en el mercado de alquiler; proporcionar subvenciones y ayudas a los inquilinos con menores ingresos para que puedan hacer frente al pago del alquiler, e incrementar la construcción de vivienda social destinada al alquiler para aumentar la oferta y reducir los precios.