Guerra de Israel en Gaza: ¿el detonante de una nueva crisis económica?

Un tanque de la guerra de Israel en Gaza

REUTERS/Violeta Santos Moura TPX IMAGES OF THE DAY

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  • Mientras sea un conflicto regional, las consecuencias —aunque ya devastadoras en cuanto a pérdida de vidas— serán locales. Pero si escala, las consecuencias económicas también serán globales, avisan los economistas.
  • La guerra entre Israel y Gaza podría asestar el golpe de gracia a una economía mundial que todavía se arrastra por los efectos de la pandemia y la guerra en Ucrania.

Conforme pasan los días, la guerra entre Israel y Gaza se recrudece y alimenta la angustia por la pérdida de miles de vidas de civiles. La masacre del martes en un hospital de Gaza causó cientos de muertos y está despertando una oleada de indignación en países árabes

Ahora, al miedo a que la escalada de ataques continúe saldándose con muertes y una crisis humanitaria en Gaza, se suma el temor a las consecuencias del conflicto para la economía mundial, que todavía no se ha recuperado del golpe provocado por la guerra en Ucrania.

Huelga decir que el verdadero precio del conflicto lo pagan "los civiles" con sus vidas, tal y como dijo la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, hace unos días. Pero de prolongarse, las consecuencias de esta guerra podrían ser nefastas a nivel global y truncar la recuperación de unas economías que ya se arrastran después de dos crisis; la del COVID-19 y la de la guerra en Ucrania.

Para el FMI todavía es demasiado pronto para estimar el impacto de la guerra. Lo que sí está claro es que el conflicto añade "una nueva nube en el no muy soleado horizonte de la economía global". Una nueva nube para un cielo ya bastante negro.

Por el momento, "el conflicto se percibe de manera local", aclara Judith Arnal, investigadora sénior asociada en el Real Instituto Elcano y consejera independiente del Banco de España. Mientras sea así, las consecuencias económicas tendrán un carácter más local. "Pero si esto escala y pasa a ser global, las consecuencias económicas también serán globales", avisa.

"Si se circunscribe a Israel y Gaza a corto plazo, las implicaciones económicas globales serán menores. Israel ha cerrado su yacimiento de gas en el Mediterráneo, y durante un tiempo estará orientado al esfuerzo bélico por lo que ralentizará su actividad en startups tecnológicas", coincide Francesc Xavier Mena, profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade. 

Pero algunos efectos ya han empezado a producirse. Para Diego López Garrido, vicepresidente de la Fundación Alternativas y ex secretario de Estado para la Unión Europea, "hay dos implicaciones económicas que ya pueden verse".

Hala System es un sistema de alerta temprana que avisa a la población antes de un ataque.

 Carrera armamentística en Europa

La primera de todas es el aumento del gasto en defensa. "No se está hablando de ello, pero este conflicto recrudece la reacción que Europa ya ha tenido con la guerra en Ucrania", explica López Garrido.

Hace unos años, la Unión Europea se mostraba más bien remolona a la hora de cumplir con el objetivo de llegar al 2% del PIB en inversión en defensa que se acordó en la Cumbre de la OTAN de Cardiff. Pero tras la invasión rusa de Ucrania, a las puertas de Europa, las tornas han cambiado.

"El gasto y el tamaño de la industria de defensa va a aumentar en Europa, y va a suponer un salto cualitativo", observa López Garrido.

"Parece que el gasto público va a aumentar, sobre todo en materia de Defensa y green transition", coinciden desde la gestora Muzinich&Co, para reducir la dependencia energética de Rusia, pero también del petróleo del Golfo.

Energía Eólica

Sube (todavía más) el precio de la energía

El segundo efecto que también se está dando ya es la subida de precios energéticos. "Vemos aumentos en los precios de la energía y del petróleo. Lo hemos visto en crisis y conflictos anteriores y, por supuesto, esto refleja el riesgo potencial de que pueda haber una interrupción en la producción o el transporte de petróleo en la región", dijo la semana pasada el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas.

Después de dar algo de tregua durante la primera mitad del año, la energía (y, más concretamente, el petróleo) han vuelto a incendiar la cesta de la compra. Si la inflación repuntó en agosto y septiembre ha sido por el encarecimiento de la gasolina, derivado de la subida de precios del crudo.

El 8 de octubre, un día después del primer ataque, el petróleo subió un 5%, aunque después se normalizó hasta los 90 dólares por barril de Brent en que está actualmente. 

El mayor riesgo: la intervención de Irán (o de otros países)

La clave de todo, aclara López Garrido, es si el conflicto se expande. "Si se extiende a otros gobiernos del mundo árabe, algo que probablemente pretendía Hamás, aumentará todavía más el precio de la energía. Y si Israel se dedica a cometer crímenes de guerra habrá una pulsión importante a intervenir el conflicto".

Oriente Próximo es una mina de petróleo, con algunos de los principales países productores, como Arabia Saudí, que se encontraba en pleno proceso de normalización de relaciones con Israel antes del ataque de Hamás; o Irán, país aliado de Palestina.

"Un enfrentamiento directo entre Irán e Israel globalizaría el conflicto. Si, por ejemplo, Irán cierra el estrecho de Ormuz (puerta de salida del petróleo de todo el Golfo pérsico, controlada por Irán), el precio del crudo podría llegar a los 150 euros por barril, según Bloomberg", ilustra Arnal. 

Irán había incrementado este año su producción diaria en 700.000 barriles, ahora que parecía que sus relaciones con EEUU se estaban destensando. Pero la guerra de Israel ha vuelto a prender la llama.

Putin 3

"Si el conflicto se extiende a la región, con la intervención de Irán, las consecuencias serían relevantes", advierte Xavier Mena: "El cierre de sólo un día del estrecho de Ormuz en el Golfo dispararía el precio en los mercados de futuros de petróleo del NYMEX y del ICE".

Si la energía sube, la inflación volverá a crecer y complicará todavía más la tarea de los bancos centrales, que llevan ya años tratando de calmar las presiones inflacionistas con una subida histórica de tipos de interés. El Banco Central Europeo (BCE), por ejemplo, ya ha anunciado 10 subidas de tipos en 12 meses. Pero el riesgo de seguir apretando las tuercas de la política monetaria es pasarse de frenada y arrastrar a las economías a una recesión.

"En un escenario adverso en el que una escalada del conflicto a nivel regional se tradujera en unos precios del petróleo que superaran de forma sostenida los 100 dólares por barril, aumentaría la preocupación por las perspectivas mundiales de inflación y la respuesta de los bancos centrales", observa Thomas Gillet, analista de Scope Ratings.

Según estimaciones del FMI, cada subida del 10% en el precio del petróleo podría restar 0,15 puntos al crecimiento del PIB mundial y añadir 0,4 puntos a la inflación. "Esto da una idea aproximada de la magnitud de los efectos, aunque es demasiado pronto para llegar a una conclusión", advirtió Gourinchas. Por el momento, el FMI mantiene sus previsiones económicas, presentadas hace una semana, inalterables.

Todo este efecto dominó terminaría llegando hasta el bolsillo de los hogares en forma de calefacción, electricidad o combustibles más caros, pero también a través de más subidas de tipos de interés (o durante más tiempo) lo cual terminaría enfriando el consumo y el empleo, poniendo en jaque la recuperación económica.

Por lo pronto, sin embargo, los mercados no parecen muy asustados. "El mercado está nervioso, no aterrorizado", explicaba a Financial Times el director de la consultora Pickering Energy Partners, para quien esta crisis, a diferencia de la del petróleo de 1973, es manejable.

"De momento el conflicto no ha tenido prácticamente impacto en los mercados. Hay aversión al riesgo, pero nada más", coincide Luciana Taft, economista jefe del área de economía y mercados de Analistas Financieros Internacionales (Afi).

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